Tomar la temperatura de nuestras ciudades para mejorar la calidad de vida

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Espacio público debajo de la autopista Espacio público debajo de la autopista

Cuando caminas por tu ciudad, ¿sientes que hay zonas más calurosas que otras?

Puede que sea más que una sensación, ya que la forma en la que crecen las ciudades tiene un impacto en la temperatura. La temperatura media anual del aire en una ciudad con un millón y medio o más de habitantes puede ser de entre 1 °C y 3 °C más alta durante el día en comparación con su entorno, mientras que por la noche esa diferencia puede llegar hasta los 10 °C.

En América Latina, por ejemplo, el proceso de expansión urbana no planificado ha estado acompañado de drásticos cambios en los usos del suelo, reemplazando la capa vegetal original por materiales asfálticos, impermeables y absorbentes de radiación solar.

A su vez, la multiplicación de los automóviles en ciudades cada vez más extensas ha generado un aumento de las emisiones de calor antropogénico o residual y de contaminantes atmosféricos, los cuales quedan atrapados en las áreas urbanas más densas por la concentración de edificaciones.  

Estas condiciones dan lugar a un fenómeno conocido como islas de calor urbanas, que tienen consecuencias negativas en la vida de las personas y el medio ambiente. Entre los impactos clave podemos destacar un mayor consumo de energía debido a un aumento en la demanda para el enfriamiento; ramificaciones en la salud humana, incluidos problemas respiratorios, deshidratación e incluso tasas de mortalidad más altas debido a la insolación; y mayor contaminación atmosférica por peor calidad del aire.

Este fenómeno afecta de manera desproporcionada a los barrios más vulnerables, que muchas veces crecen sin planificación, carecen de áreas verdes y se caracterizan por las malas condiciones habitacionales. Por lo tanto, comprender las islas de calor urbanas y sus impactos es clave para revertir la situación y planificar ciudades más sostenibles y equitativas. 

La experiencia de Buenos Aires

En el 2017 empezamos a trabajar con el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires en el programa de integración social y urbana del Barrio Mugica (ex Villa 31), en el centro de Buenos Aires. Barrio Mugica es una de las zonas más densas de la ciudad, donde en promedio las personas viven en un espacio de 42m2, y disfrutan de menos de 1.6m2 de espacio público por persona, cuando el promedio en la ciudad es de 6m2.

Poco después de que el Banco Mundial empezara a trabajar allí, comenzamos a escuchar a la gente decir que la temperatura en el barrio era más alta que en el resto de la ciudad. Durante los meses de verano comenzamos a sentirlo. Sin embargo, no había datos disponibles para entender esta dinámica

Estudio de la isla de calor urbana Barrio Múgica

Con el apoyo del Programa de Asistencia para la Gestión del Sector Energético (ESMAP), El Banco Mundial trabajó junto con la Unidad de Proyectos Especiales (UPE) del Barrio Padre Carlos Mugica (ex Secretaría de Integración Social y Urbana) en el estudio de isla de calor urbana del Barrio Mugica.  

Utilizando termómetros móviles y una estación meteorológica instalada en el barrio, hicimos mediciones en diferentes días y periodos del año. Además, se procesaron imágenes satelitales para entender el avance en la impermeabilización de suelos en las últimas tres décadas.

Los resultados indicaron que efectivamente el barrio forma parte del foco más cálido de la ciudad: en verano, la temperatura del microcentro y de ciertas áreas del Barrio Mugica es 3°C más elevada que en Aeroparque. Dentro del barrio se registró una amplitud térmica de hasta 6°C entre lugares de alta exposición al sol y zonas de nula insolación como las calles más estrechas.

A partir de estos resultados se pudieron identificar medidas para reducir los efectos observados e informar el programa. Por ejemplo, la necesidad de aumentar la superficie arbórea y generar diseños con vegetación de hoja caduca -que pierden sus hojas en otoño- en los playones para reducir los focos cálidos de verano permitiendo una adecuada insolación en invierno.

Considerando estos aspectos, la UPE está finalizando la construcción de un nuevo espacio público bajo la Autopista Illia, donde antes había viviendas. De esta forma, se sumarán 23 mil m2 de parque al barrio, aumentando el espacio público por habitante en un 36%. Asimismo, el gobierno también está implementando un plan de arbolado urbano, y ha avanzado en la plantación de más de 1.300 especies.

Gracias a estas y otras obras realizadas en el espacio público, el Barrio Mugica cuenta ahora con más de 7.400 m2 de espacios verdes nuevos, fundamentales para reducir el efecto de isla de calor urbana. Además, como parte del programa, se construyeron nuevas viviendas con medidas de diseño pasivo, como ventilación cruzada y techos reflectivos. El diseño pasivo tiene como objetivo lograr el confort térmico utilizando recursos naturales a través de medidas como la orientación del edificio, el sellado de aire, el aislamiento continuo y la iluminación natural.

Este ejemplo demuestra que algo tan simple como tomar la temperatura y estudiar su evolución, puede tener un gran impacto en mejorar la calidad de vida en las ciudades, particularmente de los más vulnerables.

La Guía para Refrigeración de Espacios, publicada por el Banco Mundial, aporta más información con respecto a iniciativas para promover métodos sostenibles para el enfriamiento de espacios.

Conoce los testimonios de los vecinos.

Fotos de Espacio Público Bajo Autopista:

Antes

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Después

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Después

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Autores

Bernadette Gordyn

Consultora en Desarrollo Urbano

Beatriz Eraso Puig

Especialista sénior en Desarrollo Urbano

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