Población en Timbiqui, Colombia, subiendo a una embarcación.
Pese al impresionante crecimiento económico y los avances en el desarrollo registrados en las últimas dos décadas, Colombia sigue siendo uno de los países con mayor desigualdad en el mundo, y donde existen brechas significativas entre los principales centros urbanos y las zonas rurales.
Las vastas regiones rurales, que representan el 88 % del territorio del país, tienen un enorme potencial sin explotar en el área del desarrollo, pero afrontan una serie de desafíos sistémicos. Regiones como el Pacífico, la Amazonía, la Orinoquía y La Guajira se han visto afectadas durante mucho tiempo por la violencia; la falta de inversión estructural en educación, salud e infraestructura, y una presencia limitada del Gobierno, lo cual ha generado que éstas regiones tengan niveles de pobreza extremas comparables a los países más pobres del mundo. Los mapas a continuación muestran la correlación entre la pobreza multidimensional (necesidades de vivienda, alimentación y salud/educación) y la pobreza monetaria (ingresos), y la incidencia de los conflictos en estas regiones.
La conectividad de transporte (o la falta de esta) tiene un papel importante en la situación. Según el Informe sobre la competitividad mundial 2019 del Foro Económico Mundial, Colombia ocupa el puesto 104 entre 141 economías en términos de calidad vial. La infraestructura de transporte rural insuficiente (cobertura limitada, mala calidad) exacerba la pobreza y dificulta el acceso a servicios esenciales como atención médica, educación, mercados e instalaciones básicas . De hecho, uno de nuestros análisis recientes reveló que aproximadamente 10,6 millones de personas en Colombia enfrentan una baja accesibilidad a servicios básicos, es decir que están a más de 60 minutos de distancia de los centros de atención médica esencial, establecimientos educativos y servicios públicos . De esta población, el 63,6 % se concentra en departamentos rurales, como Vichada, Chocó y Putumayo, que se ven particularmente afectados.
Se reconoce que la falta de accesibilidad es un cuello de botella crítico para cerrar las brechas de desarrollo entre las zonas rurales y las zonas urbanas. Para hacer más difícil la situación, existe una oferta limitada de servicios gubernamentales (salud, educación, aplicación de la ley) en las zonas rurales y una falta de capacidad y de recursos para implementar programas integrales y sostenibles.
Esta realidad es demasiado familiar en la región del Pacífico de Colombia, donde las personas afrontan altas tasas de pobreza y acceso limitado a servicios públicos esenciales como abastecimiento de agua, saneamiento, energía y transporte. Las actividades ilegales e ilícitas también tienen un impacto importante en la economía local. El área se caracteriza por una baja accesibilidad, extensas zonas subdesarrolladas y deshabitadas. El principal medio de transporte tanto de pasajeros como carga, es por medio de embarcaciones que navegan por el mar, los ríos o los estuarios, o en algunos casos afortunados tienen servicio aéreos esporádicos. Para los residentes de la región, esto significa que la única forma de llegar a los hospitales o acceder a los servicios de atención médica es un largo viaje por agua en embarcaciones inseguras.
Con el fin de entender la necesidad de movilidad de los residentes locales, realizamos una encuesta que arrojó resultados reveladores. Por ejemplo, en el Pacífico, un solo trayecto en lancha puede costar entre COP 60,000 y COP 140,000, alrededor del 5 % y el 11 % de un salario mínimo mensual (aproximadamente, entre USD 13 y USD 30) y en realidad, muchos habitantes de la región del Pacífico trabajan en entornos informales y tienen dificultades para ganar el salario mínimo. Adicionalmente, alrededor del 35 % de los viajes dura más de tres horas, mientras que alrededor de la mitad, tarda entre una y tres horas.
El 65 % de los encuestados califica la seguridad del viaje como deficiente. La frecuencia del transporte es baja y muchos viajeros a menudo deben esperar a que las embarcaciones se llenen de pasajeros antes de iniciar una travesía, lo que aumenta el tiempo total del recorrido. El costo y el tiempo de viaje desafían aún más la capacidad de las personas para generar ingresos. La disponibilidad de combustible es otro problema importante: el combustible es escaso y se usa en la producción de narcóticos. Esto a menudo redunda en costos artificialmente más elevados, escasez e interrupciones de una semana en los viajes.
Para abordar los desafíos de conectividad en la región del Pacífico, el Banco Mundial y el Gobierno de Colombia están implementando el Plan Todos Somos PAZcífico, que se enfoca en construir infraestructura fluvial resiliente y sostenible en siete municipios costeros, junto con un sistema de señalización para el corredor de vías navegables del sur. Las comunidades locales han participado directamente en el diseño y la implementación del proyecto (en particular, las mujeres, niñas y comunidades indígenas), promoviéndose así la inclusión. El diseño de los muelles busca mejorar la movilidad, de manera de atender las necesidades específicas de las comunidades locales e incorporar innovaciones como paneles solares, recolección de agua de lluvia y grúas para cargas pesadas. El plan apoya también el establecimiento de microempresas rurales, generando oportunidades de empleo.
La construcción de los nuevos muelles dará un impulso considerable a la economía y el desarrollo general de la región, beneficiando a aproximadamente 147 000 colombianos . Los muelles mejorarán la fiabilidad al ampliar el período de operaciones disponible para el atraque y la navegación de los barcos, ya que se han diseñado para adaptarse a los cambios del nivel del agua en la región (cuando sube la marea, el nivel del agua puede elevarse verticalmente entre 3 y 4,5 metros). Las instalaciones para cargamentos y pasajeros reducirán los tiempos de carga y descarga, posibilitando servicios más frecuentes y eficientes.
Estos esfuerzos no se limitan, por supuesto, a la región del Pacífico. El Gobierno de Colombia, tiene claro de que una mejor infraestructura de transporte podría desbloquear importantes avances en el desarrollo en beneficio de las comunidades rurales. Esta visión, que se recoge en el Plan Nacional de Desarrollo recientemente aprobado, incluye programas como Caminos Comunitarios de la Paz Total, que mejorarán y rehabilitarán más de 33 000 km de caminos rurales, y el Plan Amazónico de Transporte Intermodal Sostenible (PATIS) para mejorar la infraestructura de transporte en la región de la Amazonía.
Sobre esta base, el Banco Mundial está preparado para continuar trabajando estrechamente con Colombia y apoyar el desarrollo de programas de infraestructura rural integrales y sostenibles que ayudarán a las comunidades locales a alcanzar su máximo potencial.
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