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En la década de 2020, empeora la tendencia de la pobreza mundial

La COVID-19 ha tenido un profundo impacto en la salud y el bienestar en todo el mundo. En este blog, presentamos estimaciones a corto plazo sobre la pobreza mundial actualizadas hasta 2022. Las estimaciones de la pobreza mundial para los años que van hasta 2019 se encuentran disponibles en la Plataforma de Pobreza y Desigualdad (i) del Banco Mundial. En nuestras proyecciones anteriores (por ejemplo, consultar esta página) solo se utilizó el aumento del ingreso nacional promedio para proyectar los ingresos de cada hogar. En este blog presentamos estimaciones de la pobreza mundial que permiten el crecimiento diferencial entre los hogares dentro de un país, según figura en el informe La pobreza y la prosperidad compartida de 2022 (i).

Las nuevas estimaciones se basan en un documento de trabajo de Mahler, Yonzan y Lakner (2022) (i) en el que utilizamos varias fuentes de datos, a saber, encuestas de hogares de 2020, estadísticas de crecimiento tabuladas de oficinas nacionales de estadística, encuestas telefónicas de alta frecuencia (realizadas durante la pandemia de COVID-19) y estudios de países de distintas publicaciones. Gracias a estas fuentes de datos, contamos con proyecciones que tienen en cuenta los cambios distributivos del 82 % de la población mundial en 2020. Para el resto de la población, utilizamos, para cada país, proyecciones del producto interno bruto (PIB) per cápita neutras en cuanto a la distribución, similares a las del trabajo anterior. Respecto de 2021 y 2022, aún no se dispone de datos distributivos de manera generalizada, por lo que utilizamos proyecciones neutrales en cuanto a la distribución basadas en pronósticos de crecimiento del PIB per cápita (extraídos del informe Perspectivas económicas mundiales de junio de 2022 (i) para todos los países.1

Además de la serie de previsiones de la pobreza a corto plazo, también presentamos una serie contrafáctica en la que se intenta esbozar la tendencia que hubiera mostrado la pobreza si no se hubiese desatado la pandemia. Predecir lo que habría sucedido ahora si la pandemia no hubiera ocurrido es una tarea difícil, pero la serie contrafáctica sirve como una buena guía para comparar la trayectoria de la pobreza observada desde el inicio de la pandemia. Con este fin, utilizamos pronósticos de crecimiento per cápita anteriores a la pandemia que figuran en el informe Perspectivas económicas mundiales de enero de 2020 para estimar la pobreza en la serie contrafáctica correspondiente a los años 2020-22.

Observamos que en 2020 había 71 millones de personas más viviendo en la pobreza extrema respecto de 2019, lo que representa un aumento del 12 %. Por el contrario, en un escenario sin pandemia, se preveía que en 2020 cerca de 20 millones de personas saldrían de la pobreza. Como resultado, el impacto neto de la pandemia es que ese año otros 90 millones de personas cayeron en la pobreza extrema. Dicho de otra manera, el impacto neto de la pandemia fue que se sumaron más personas a la pobreza extrema que toda la población de Alemania, Turquía o la República Democrática del Congo. 

Gráfico 1: El mayor impacto sobre la pobreza en décadas

El cambio provocado por la pandemia constituye el mayor aumento de la pobreza en más de tres décadas (desde que se realiza una amplia difusión de los datos de las encuestas de hogares). En relación con el número de pobres (gráfico 1), la crisis de la COVID-19 es mayor que el número acumulado de pobres empujados a la pobreza durante la crisis financiera asiática, el único aumento adicional en esas últimas tres décadas. Si ajustamos para tener en cuenta el crecimiento demográfico, dicha crisis es aproximadamente cuatro veces mayor que la experimentada durante la crisis financiera asiática.  El aumento de la pobreza extrema provocado por la COVID-19 podría ser el mayor registrado desde la Segunda Guerra Mundial.

Además de la actual pandemia, han sucedido muchas cosas desde que el mundo se cerró en 2020. Dos situaciones que aún se están desarrollando en el mundo y que tienen consecuencias potencialmente negativas para la pobreza son las presiones inflacionarias generalizadas y la guerra en Ucrania. Para dar cuenta de esta mayor incertidumbre, también presentamos un escenario desfavorable para 2022. En dicho escenario se supone que, a corto plazo, el aumento de los precios de los alimentos observado durante el primer semestre de 2022 afecta al estrato más bajo de la distribución del ingreso en mayor medida que al más alto (para un análisis más completo del impacto del aumento de los precios de los alimentos en la pobreza, véase el capítulo 1 del informe La pobreza y la prosperidad compartida [PDF, en inglés]). En consonancia con Artuc y otros (2022) (i), asignamos al aumento de los precios de los alimentos un impacto 3 puntos porcentuales mayor en los ingresos del 40 % más pobre que en el 60 % más rico. Hacemos esto de manera tal de mantener el mismo nivel de crecimiento nacional promedio. Básicamente, en el escenario desfavorable se intenta captar perturbaciones distributivas adicionales provocadas por el alza de los precios de los alimentos.

Gráfico 2: Estimación a corto plazo de la pobreza extrema en el mundo

Observamos que la pobreza disminuyó en 2021, lo que permitió cierta recuperación, pero el ritmo de reducción de la pobreza fue similar al de las tendencias anteriores a la pandemia y estuvo muy lejos de revertir el aumento registrado en 2020. En 2021, hay 42 millones más de personas que aún viven en la pobreza respecto de 2019.

En 2022, si todos los hogares de un país experimentaron un aumento de los ingresos congruente con el aumento de las cuentas nacionales, se espera que haya 667 millones de personas viviendo en la pobreza extrema. Esto equivale a 70 millones más que lo proyectado para 2022 antes de la pandemia. No obstante, si el aumento de los precios de los alimentos afecta al estrato inferior de la distribución del ingreso en mayor medida que al superior, es posible que haya hasta 685 millones de personas viviendo en la pobreza, lo que equivale a 89 millones más de personas pobres que lo previsto antes de la pandemia. Esto es casi lo mismo que los 90 millones de personas que cayeron en la pobreza en 2020, lo que significa que, según las previsiones, la desaceleración del crecimiento y el aumento de los precios de los alimentos habrán echado por tierra los avances logrados en 2021.

Estas proyecciones nos indican que dos años después del comienzo de la pandemia hemos tenido poco éxito en eliminar el aumento histórico de la pobreza causado por dicho fenómeno.  Estamos transitando un camino nuevo y más difícil, y es necesario seguir trabajando para corregir el curso que nos ha impuesto la pandemia. El informe La pobreza y la prosperidad compartida (i) de 2022, que acaba de publicarse, ofrece información sobre cómo corregir el rumbo a través de políticas fiscales progresivas y favorables al crecimiento y, en el caso de aquellos países cuya capacidad fiscal se ha reducido considerablemente debido a la pandemia de COVID-19, mediante apoyo fiscal de otros países.

Agradecemos el apoyo financiero otorgado por el Gobierno del Reino Unido a través del Programa de Investigación de Datos y Evidencias para Luchar contra la Pobreza Extrema.

[1] Indonesia es el único país donde se dispone de datos de encuestas de hogares y dichos datos se utilizaron en 2021.


Autores

Nishant Yonzan

Economist, Development Data Group, World Bank

Daniel Gerszon Mahler

Economista senior, Grupo de Gestión de Datos sobre el Desarrollo, Banco Mundial

Christoph Lakner

Economista sénior, Grupo de Gestión de Datos sobre el Desarrollo, Banco Mundial

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