En un nuevo informe titulado Fragility and Conflict: On the Front Lines of the Fight against Poverty (Fragilidad y conflicto: En la primera línea de la lucha contra la pobreza) se aplican, de manera retroactiva para todo el periodo que se inicia el año 2000, los nuevos criterios de clasificación del Banco Mundial de las economías afectadas por situaciones de fragilidad y conflicto (SFC) (i). Esto permite la segmentación de todas las economías en grupos según su estado de fragilidad y conflicto durante este periodo y luego relacionar los grupos de países con los datos de pobreza.
Los países se agrupan según los siguientes criterios: si estuvieron afectados por SFC crónicas durante todo el periodo, si salieron de una situación de este tipo, si ingresaron a una, si nunca atravesaron por una, o si ingresaron o salieron de manera recurrente de situaciones de fragilidad y conflicto. Los resultados son sorprendentes. En los últimos 20 años, la pobreza disminuyó del 27 % al 4 % en las economías que nunca experimentaron SFC y del 44 % al 19 % en las economías que salieron de SFC. En los últimos 10 años, la pobreza aumentó del 17 % al 23 % en las economías que ingresaron a SFC y se mantuvo de forma constante por encima del 40 % en las economías que se vieron afectadas por SFC crónicas. En la actualidad, una persona que vive en una economía afectada por SFC crónicas tiene 10 veces más probabilidades de ser pobre que una persona que vive en una economía que nunca experimentó SFC.
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