Imagine un mundo en el que las inversiones estratégicas en salud no solo salvan vidas, sino que también impulsan el crecimiento económico y la resiliencia. Esta visión constituyó el núcleo del Séptimo Foro Anual de Financiamiento de la Salud (i), en el que cientos de participantes y expertos se reunieron recientemente para analizar el financiamiento de la salud en la era posterior a la COVID-19.
Cuando el mundo enfrenta cinco años con el menor crecimiento de las últimas tres décadas, tensiones financieras, inflación y niveles de deuda elevados, es fundamental que se apliquen políticas fiscales innovadoras. La desaceleración económica, agravada por los efectos persistentes del COVID-19, es evidencia de la necesidad de realizar inversiones públicas en salud y otras prioridades sociales, como educación, para recuperar y mejorar la inversión en capital humano (PDF, en inglés).
Los beneficios de los impuestos saludables
En reconocimiento de estos desafíos, a través del Proyecto de Impuestos Saludables del Programa Global de Impuestos (i) del Banco Mundial, se llevó a cabo en el foro una sesión especial sobre el papel estratégico de los impuestos saludables, que son impuestos selectivos al consumo de productos de tabaco, de bebidas alcohólicas y de bebidas azucaradas. Estos impuestos son herramientas de política que actúan como acciones intersectoriales de impacto poblacional, y cuyos efectos se extienden sobre todas las dimensiones del desarrollo, comenzando por los grandes beneficios en salud, ingresos fiscales y crecimiento económico vía capital humano.
Los impuestos saludables tienen como objetivo reducir el consumo de bienes que son nocivos para la salud; debido a esto, ayudan a reducir la carga de enfermedad de las principales causas de muerte, enfermedad y discapacidad, que hoy día son las enfermedades no transmisibles (cáncer, la diabetes, enfermedades cardiovasculares y enfermedades respiratorias crónicas). El tratamiento de estas enfermedades demanda de los sistemas de salud un conjunto de servicios de muy alto costo; además, al causar discapacidad, estas reducen de manera importante la productividad de las personas en el mercado laboral.
Al mismo tiempo, los impuestos saludables son una herramienta fiscal que permite generar un monto importante de ingresos fiscales (i).
Cuando se diseñan e implementan de manera apropiada, los impuestos selectivos al consumo de tabaco pueden generar alrededor del 0,6 % del PIB en ingresos fiscales, y en el caso de los impuestos al consumo de bebidas alcohólicas, alrededor del 0,3 %.
Para garantizar la efectividad y sostenibilidad de estos impuestos, es fundamental incorporar características particulares en su diseño:
Incrementos sustanciales de las tasas, de forma periódica: garantizar que los impuestos mantengan su impacto a lo largo del tiempo, desincentivando continuamente el uso de productos nocivos para la salud.
Estructuras orientadas a reducir el consumo: diseñar los impuesto de forma que considere los patrones de consumo de cada producto, y que en el caso de bebidas, varie de acuerdo al contenido de azúcar o de alcohol.
Ajuste por inflación: indexar el componente especifico del impuesto a la inflación, para que el valor real de estos impuestos no se reduzca en el tiempo; esto permite que sigan siendo una fuente de ingresos fiscales estable y una herramienta para disuadir a las personas de consumir estos productos.
La asignación y el uso de los ingresos: ¿Qué son y por qué son importantes?
En la sesión (i) también se profundizo en el concepto de destinación especifica una práctica que está cobrando fuerza debido a las necesidades de financiamiento sectorial. Pero ¿qué es y por qué es importante? La destinación especifica consiste en asignar recurso de una fuente de ingresos fiscales, en este caso los impuestos saludables, a un rubro particular del gasto, de forma que los recursos se destinen a un objetivo de política determinado, como por ejemplo programas cesación de tabaquismo o de alcohol. Esta práctica puede hacer que las asignaciones sean más focalizadas, pero también puede reducir la flexibilidad en la asignación del presupuesto público. Sin embargo, los impuestos saludables que tiene un diseño adecuado mejoran la salud de la población y reducen los costos de los sistemas de salud independientemente de si se hace o no destinación especifica de los ingresos fiscales que generan.
En el debate también se abordó el concepto del uso de los ingresos fiscales, término que se refiere a los mecanismos para destinar parte de los recursos generados por estos impuestos a gastos prioritarios en el presupuesto, sin tener necesidad de definirlos formalmente como destinación especifica. Estos mecanismos caben dentro de las buenas prácticas fiscales, y a la vez maximizan los beneficios en salud y en ingresos fiscales.
Para lograr estos objetivos, los Ministerios de Salud desempeñan un papel fundamental apoyando el diálogo sobre los impuestos saludables a nivel de país para garantizar un diseño adecuado de dichos tributos y una asignación apropiada de los recursos que generan. La participación ministerial es esencial para asegurar que los impuestos se diseñen de forma adecuada, y que los beneficios de los impuestos se materialicen por completo, independiente de la destinación final de los recursos.
Perspectivas globales y locales sobre las reformas de los impuestos saludables
En otros dinámicos debates de los profesionales y expertos asistentes se aportaron perspectivas diversas y valiosas sobre cuestiones críticas relacionadas con los impuestos saludables:
La necesidad urgente de priorizar las reformas de los impuestos saludables, especialmente los de tabaco y alcohol, debido a sus profundos impactos en la salud y en los ingresos fiscales. En este sentido, los expertos destacaron la importancia de utilizar las herramientas fiscales de manera apropiada en las áreas de política emergentes, y así asegurar que los impuestos saludables se apliquen correctamente. Subrayaron que los impuestos selectivos deberían tener como objetivo los productos que se han identificado como principales factores de riesgo para la salud, y que los impuestos de alcance general, como el IVA, no deberían utilizarse como impuestos saludables porque eso elimina su efectividad.
El apoyo a las reformas de los impuestos saludables a nivel nacional. Con respecto a este tema, los expertos en salud del Banco Mundial destacaron el poder del enfoque “Un solo Banco”, para aprovechar la experiencia integral de la institución en los sectores fiscal, sanitario, de pobreza y de gobernanza. El panel también abordó los desafíos políticos y económicos a la hora de implementar impuestos saludables, como en los sistemas federales, y la importancia de aprovechar las oportunidades estratégicas para lograr avances en implementación de impuestos saludables.
Después del foro: Avanzar en el impacto de los impuestos saludables
En el Foro Anual de Financiamiento de la Salud se puso de relieve la importancia del papel fundamental de estos impuestos para crear un futuro más saludable y resiliente. En este esfuerzo, el Programa Global de Impuestos y el Proyecto de Impuestos Saludables (i) del Banco Mundial proporcionan un apoyo esencial impulsando investigaciones que sirvan de fundamento a la toma de decisiones importantes de política. Nuestro análisis del papel de los impuestos saludables en las economías, el comercio y los mercados laborales, que incluye el uso de datos desagregados por sexo, promueve sistemas tributarios más justos.
En junio, el Banco Mundial y la Organización Mundial de la Salud organizaron el Diálogo Internacional sobre el Financiamiento Sostenible de las Enfermedades No Transmisibles y la Salud Mental para impulsar esta agenda a nivel mundial en colaboración con nuestros asociados y garantizar beneficios duraderos tanto para la salud como para la economía. Obtenga más información sobre el evento en esta página (i).
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