Publicado en Voces

Abordar la crisis de la contaminación para apoyar una población y un planeta más saludables

Pollution is undermining the competitiveness and growth of economies today and setting economies up to fail tomorrow. Pollution is undermining the competitiveness and growth of economies today and setting economies up to fail tomorrow.

En las comunidades afectadas por la contaminación en todo el mundo, la vida cotidiana presenta muchos desafíos.

Con casi 33 millones de residentes, Delhi registra sistemáticamente uno de los niveles de contaminación atmosférica más altos del mundo.  Las consiguientes consecuencias económicas en la capital de India son de gran alcance: las familias reciben menos ingresos producto de los días de trabajo perdidos y los gastos médicos y la reducción de la productividad laboral se traduce en menores ganancias para las empresas locales. A su vez, los Gobiernos municipales y estatales recaudan menos impuestos, lo que repercute en los presupuestos del año siguiente para la construcción y el mantenimiento de los hospitales, el transporte público y la infraestructura, y para otros servicios esenciales. En 2019, estas pérdidas económicas ascendieron al 1,08 % del producto interno bruto (PIB) del estado de Delhi.

Además de estos efectos económicos, la contaminación provoca anualmente la muerte prematura de más de 9 millones de personas en todo el mundo (i). Para poner en perspectiva esta cantidad alarmante, solo la contaminación atmosférica representa 7 millones de estas muertes, que equivalen al número de personas fallecidas cada año debido a la COVID-19 (i) desde marzo de 2020. El costo estimado de los daños a la salud causados por la contaminación atmosférica llega a USD 8,1 billones al año, es decir el 6,1 % del PIB mundial (i). La contaminación limita nuestra capacidad para llevar vidas productivas.

Además, este problema socava la competitividad y el crecimiento de las economías en el presente y las condena a fracasar en el futuro. Unicef y Pure Earth estiman que 1 de cada 3 niños, o hasta 800 millones de niños en todo el mundo, tiene niveles de plomo en la sangre de 5 o más microgramos por decilitro (i), un metal que en cualquier cantidad puede alterar el desarrollo neurológico infantil y causar una muerte prematura.

Y no solo el impacto de la contaminación en las economías causa estragos; la contaminación degrada los ecosistemas de los que depende la riqueza de los pobres, mermando aún más la capacidad de las comunidades para salir de la pobreza.  La contaminación atmosférica y de otro tipo provoca lluvia ácida, un nuevo flagelo que crece en Asia, y que contamina las tierras cultivables y afecta los cultivos. Contaminantes orgánicos persistentes, metales pesados y otros contaminantes químicos que llegan al medio ambiente ingresan en el suministro de alimentos, afectando tanto la inocuidad de los alimentos como la seguridad alimentaria.

Ante los elevados niveles de contaminación, nuestros hábitats y ecosistemas —terrestres y marinos— se vuelven menos resilientes al cambio climático. La contaminación por plásticos es quizás el ejemplo más visible. La eliminación no controlada de plásticos destruye la biodiversidad y contamina la cadena alimentaria. Cada año, 8 millones de toneladas de plásticos llegan a los océanos de los países costeros, lo que afecta la salud de nuestros océanos y de las especies que los habitan.  Si eso no es suficiente para actuar, pensemos en los siguientes datos: según National Geographic (i), 8 millones de toneladas de plásticos equivale a poner cinco bolsas llenas de basura en cada pie (0,3 metros) de las costas de todo el mundo.

En conjunto, los impactos de la contaminación se traducen en una crisis mundial. En las actuales economías lineales durante mucho tiempo se han desconectado los beneficios del comercio y la industrialización de la degradación que dejan tras de sí. Las muertes, las enfermedades y el estancamiento económico causados por la contaminación han mostrado que la teoría de “crecer primero y limpiar después” no es sólida. Dado que la contaminación es un problema para las economías de hoy y los pilares económicos del futuro, la falta de acción ya no es una alternativa. Por ello, el Banco Mundial trabaja en pro de la descontaminación y ayuda a las ciudades y los países a crear un mundo con bajo nivel de contaminación y emisiones, en el cual la existencia de aire, agua y tierra más limpios generen economías verdes, resilientes e inclusivas.

Ayudamos a los países a:

  1. Formular políticas sólidas en que se reconozcan los costos de la contaminación y se promueva el uso de tecnologías y modelos de negocios menos contaminantes y circulares. El informe del Grupo Banco Mundial Pathways out of Plastic Pollution (i) (Vías para salir de la contaminación por plásticos) contiene orientaciones sobre buenas prácticas para apoyar a los países en sus objetivos de reducción de la contaminación por plásticos.
  2. Fortalecer la capacidad para tener instituciones creíbles, y ello incluye ministerios de Medio Ambiente más sólidos que puedan abordar los desafíos ambientales acumulativos y gestionar eficazmente la contaminación, además de aprovechar las nuevas oportunidades que ofrece la economía circular.
  3. Construir la infraestructura pública necesaria para ampliar los enfoques de la economía circular, por ejemplo mediante el fortalecimiento de la arquitectura digital del país, la incorporación de criterios ecológicos en el transporte público y la inversión en soluciones basadas en la naturaleza.
  4. Liberar financiamiento, tanto público como privado, a través de medidas como la reasignación de los subsidios, el apoyo al ecosistema del sector financiero de las pymes y la movilización de financiamiento público internacional y capital privado.

En India, ya están en marcha acciones prometedoras. En 2019, el Gobierno inició el Programa Nacional Aire Limpio, que tiene como objetivo mejorar las condiciones de vida y reducir la contaminación por material particulado en un 30 % para 2024. En tanto, en Egipto, el Banco Mundial ha ayudado al Gobierno a adoptar un enfoque integrado para combatir la contaminación, los desechos y el cambio climático (i). El Gobierno de Egipto está desarrollando los pilares para una economía circular exitosa, adoptando medidas que abarcan desde mejorar la gestión de los residuos sólidos hasta poner a prueba autobuses eléctricos y eliminar los nocivos subsidios a los combustibles.

En Indonesia, el Banco ha ayudado al Gobierno a cumplir sus ambiciosos objetivos relativos a la gestión de desechos sólidos y a reducir la contaminación por plásticos. Nuestro simulador de políticas sobre plásticos (PDF, en inglés) permite a los responsables de formular políticas estimar los impactos de diversas medidas gubernamentales para abordar la contaminación por plásticos en las empresas y los hogares. Con esta herramienta basada en datos, el Gobierno de Indonesia está desarrollando intervenciones normativas mejor fundamentadas para disminuir el problema y, al mismo tiempo, acelerar el crecimiento.

A medida que en el mundo se adoptan medidas enérgicas para revertir los impactos del cambio climático y la pérdida de biodiversidad, abordar la crisis de la contaminación sigue siendo igual de importante y urgente. Combatir la contaminación en el presente generará beneficios tanto hoy como en el futuro. Un estudio del Banco Mundial (i) reveló que una disminución del 20 % en las PM2.5, una forma especialmente nociva de contaminación atmosférica, se asocia con un aumento del 16 % en la tasa de crecimiento del empleo y del 33 % en la productividad laboral. 

Pero podríamos hacerlo aún mejor.

 


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Autores

Valerie Hickey

Directora de la Práctica Global de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Economía Azul del Banco Mundial

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