El Grupo Banco Mundial aumenta el apoyo (i) a los refugiados, los desplazados y las comunidades que los acogen, y en este contexto el Programa de Arte del Banco Mundial organizó la exposición de arte multidimensional titulada Uprooted: The Resilience of Refugees, Displaced People and Host Communities (Desarraigados: La resiliencia de los refugiados, los desplazados y las comunidades de acogida) para aportar una perspectiva única. En esta exhibición se presentaron obras de artistas afectados por la crisis de refugiados, o de artistas que han sido refugiados.
En la exposición Uprooted, que incluyó obras de arte visual (i) y actuaciones musicales, (i) participaron más de 30 artistas de Bangladesh, Pakistán, Colombia, Líbano, Iraq, Siria, Jordania, la República Centroafricana, Burundi y Guinea. Las obras de los artistas cuestionaron el impacto de la transitoriedad en las vidas de las personas y en las comunidades.
Una piedra angular de la exposición fue la construcción de una caseta para evocar los albergues que se encuentran en lugares como el campamento de refugiados de Azraq en Jordania. Todos los costados de la caseta fueron adornados con murales pintados por los siguientes artistas: Suhaib Attar de Jordania e hijo de padres refugiados palestinos; Marina Jaber de Iraq, un país con millones de desplazados internos; Diala Brisly, una refugiada de Siria, y Didier Kassai de la República Centroafricana, un país en el cual la violencia y la guerra han obligado a cientos de miles de personas a desplazarse.
Yuxtaposición de la realidad y el deseo
Se congregaron estos diferentes artistas para crear imágenes profundas sobre la esperanza, la belleza y la alegría en la caseta que simbolizaba el desplazamiento masivo, y además para ilustrar los desafíos que impiden que este tipo de esperanzas y sueños se hagan realidad. Los espectadores tuvieron la oportunidad de observar una yuxtaposición estremecedora de la realidad y el deseo: lo que es y lo que se desea.“Mi idea es retratar a un cuervo albino para representar el estado de suspensión y excepción de los refugiados en Jordania”, dijo Suhaib Attar. Los cuervos, agregó, eran mensajeros de los dioses en los relatos mitológicos, y representan el movimiento y el desplazamiento.
“Los cuervos albinos, sin embargo, además de ser hermosos y puros, son mensajeros malditos que simbolizan el triste camino y el estado de suspensión de los refugiados”, señaló.
La inmensidad del desplazamiento en el mundo
En la exposición participaron también el artista sirio Mohammad Hafez y el iraquí Ahmed Badr, quienes crearon la obra Unpacked: Refugee Baggage (Deshacer las maletas de los refugiados), (i) un conjunto de piezas escultóricas con grabaciones de audio. Sobre la base de valijas antiguas y técnica mixta, Hafez recreó escenas de hogares bombardeados y devastados por la guerra junto con grabaciones de voz de personas reales que vivieron esas experiencias.
Por su parte, los músicos de Guinea Abdoul Mbaye y Moussa Mbaye interpretaron canciones de rap acerca de la dura realidad de la migración y el desplazamiento, mientras el pintor burundés Delphin Starr Niyonkuru (i) pintaba en vivo el retrato de una madre y un niño desplazados.
La exposición constituyó una expresión multidimensional de la miríada de historias, individuos y experiencias —un tipo de imagen instantánea— sobre el desplazamiento en el mundo. Comprender estas historias, y el contexto en el que están sucediendo, nos recuerda que esta crisis, ante todo, se relaciona con la gente. La gran resiliencia de los refugiados nos inspira a pensar cómo el desarrollo puede ayudar a todas las personas afectadas a reconstruir sus vidas, mientras se siguen realizando esfuerzos para apoyar a los refugiados, los desplazados internos y las comunidades que los acogen.
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