Publicado en Voces

Calibrar el año 2014

Disponible en:
La economía mundial parece estar preparada para tener un mayor crecimiento en 2014. Los indicadores más importantes muestran una tendencia al alza –o al menos están estables– en los principales polos de crecimiento. Sin embargo, para que esto se haga realidad, los responsables de la formulación de políticas deberán ser lo suficientemente ágiles para calibrar las respuestas a los retos idiosincráticos.

Veamos el caso de Estados Unidos. La creación de empleo se ha acelerado desde agosto pasado. La deuda de los hogares es ahora US$800 000 millones menor que a fines de 2008, debido a la liquidación o refinanciamiento a tasas de interés más bajas. La actual reactivación del sector de la vivienda no parece terminada aún dado que se espera que el nivel de la demanda sobrepasará al nivel de construcción de viviendas este año. Las empresas no financieras tienen mucho dinero en efectivo, lo que les permite responder a mejores perspectivas. Por último, el acuerdo en el Congreso sobre el presupuesto federal para 2014-15 junto con el debilitamiento político de la oposición frente a los ajustes del tope máximo de la deuda pública indica un relajamiento del lastre fiscal que dañó la recuperación de EE. UU. el año pasado.
Pero incluso con estos factores positivos existe un desafío ya que la Reserva Federal comienza a ajustar sus medidas de “distensión monetaria cuantitativa” (QE, por sus siglas en inglés) a partir de este mes con una reducción de US$10 000 millones en sus compras mensuales de activos (actualmente de US$85 000 millones). A pesar de lo limitado de este cambio –si se compara con los US$2 billones de activos actualmente en poder de este organismo- así como su estrategia de forward guidance que señala que las tasas de interés básicas se mantendrán bajas por un periodo prolongado, la escasa reacción inicial en los mercados de bonos fue seguida por rendimientos de los bonos  a 10 años del Tesoro de EE. UU. superiores al 3% a fines de 2013. Como los rendimientos de los bonos a 2 años también subieron, los mercados parecen creer que la Reserva Federal se verá obligada a acelerar el ajuste. Por lo tanto, las autoridades de esta entidad deberán estar seguras de encontrar el justo balance entre acciones y comunicación a fin de evitar alzas de tasas de interés prematuras que puedan perjudicar la recuperación.

En la zona del euro, los riesgos que se percibían de una crisis de divisas y un colapso financiero y económico han disminuido sustancialmente. A pesar de los altos niveles de desempleo en los países afectados por la crisis, el pronóstico del Banco Central Europeo (BCE) de 1,1% de crecimiento del producto interno bruto (PIB) más 1,1% de inflación para 2014 se ha tomado como una señal de que lo peor de la crisis ha quedado detrás.

Sin embargo, la crisis todavía plantea ciertas dudas. Las reformas estructurales en varios países miembros han sido insuficientes. El legado de la deuda pública y privada en esas naciones sigue siendo alto. Por otra parte, el marco institucional de la zona del euro, que ha sido ahora totalmente reconocido como esencial, aún no ha tenido muchas modificaciones. Aunque el plazo para abordar estas cuestiones será necesariamente largo, hay una importante tarea inmediata que deberán enfrentar los responsables de la formulación de políticas: “los controles de salud y remedios” a los que serán sometidos sus bancos este año.
 
El círculo vicioso entre la fragilidad fiscal y el deterioro del balance de los bancos nacionales que aquejó a los países miembros afectados por la crisis se ha roto, gracias a los programas de ajuste fiscal y, sobre todo, a la promesa de que el BCE “hará lo que sea necesario” para impedir un colapso. Sin embargo, el resurgimiento del crédito bancario para el sector privado –en particular las pequeñas y medianas empresas– será fundamental para consolidar la recuperación. Tal resurgimiento solo tendrá lugar cuando los bancos puedan de nuevo ser financiados y crear crédito a tasas de interés mucho más bajas que las actuales. Por esto, el mayor desafío político de la zona del euro consistirá en calibrar el “examen de calidad de los activos”, las pruebas de tensión y los nuevos requisitos de capital para hacerlos lo suficientemente fuertes y poder garantizar que el ejercicio sea creíble, evitando al mismo tiempo asustar a los mercados.

China también enfrentará el desafío de calibrar adecuadamente la aplicación de su paquete de reformas estructurales. (i) Una mayor penetración de empresas no estatales en varios sectores, como el sistema bancario, requerirá algún nivel de aflojamiento de las regulaciones y la eliminación gradual de los controles de las tasas de interés. Antes de eso, sin embargo, el gobierno central tendrá que controlar las finanzas subnacionales y el “sistema bancario paralelo”, mediante el cual los gobiernos locales han derrochado fondos públicos en infraestructura y bienes raíces durante los últimos años. El mes pasado se publicaron los resultados de una auditoría de la deuda pública, que muestra que la deuda de las localidades aumentó un 67% desde fines de 2010 hasta junio de 2013. En ese contexto, de cara al futuro,  otra consideración importante es recordar las turbulencias del mercado interbancario de diciembre, que solo finalizaron cuando el Banco Central de China determinó proporcionar liquidez. Esto ilustra que, para evitar un colapso del crecimiento económico, las autoridades deberán proceder con cautela -una piedra a la vez- para atravesar el río de la transición.

Mientras tanto, en el caso de Japón, la política fiscal será un desafío político clave. Los agresivos estímulos fiscales y monetarios implementados durante el Gobierno del primer ministro Abe han sacudido a la economía japonesa de su letargo deflacionario. Sin embargo, la deuda pública de este país se ha elevado a niveles cercanos al 250% del PIB. Como parte de la solución, el impuesto al consumo subirá del 5% en abril al 8%. También se prevé decidir en noviembre próximo si este gravamen se aumentará adicionalmente al 10% a partir de octubre de 2015. Será crucial que esta carga fiscal más alta no contrarreste la dirección general de la política macroeconómica contra la deflación.

Por último, están las economías emergentes, que enfrentan el actual ajuste de la “distensión monetaria cuantitativa”. El verano pasado (i) -entre el testimonio del presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, ante el Congreso de EE. UU. en mayo cuando aludió a la eventual anulación de la actual tercera ronda de dichas medidas, y la reunión de la Reserva Federal en septiembre que pospuso su inicio- los países denominados “los cinco frágiles” (Brasil, India, Turquía, Indonesia y Sudáfrica) sufrieron masivas salidas de capital y una gran depreciación monetaria. Algunos analistas se refirieron a esa turbulencia como un potencial resurgimiento de las crisis de los mercados emergentes de la década de 1990. Esos países tuvieron en común grandes sistemas financieros con alto nivel de liquidez e integrados, así como déficits de cuenta corriente asociados a entradas sustanciales de capital y apreciación de la moneda desde el comienzo de la aplicación de las “políticas monetarias no convencionales” de EE. UU.
 
Ahora que el ajuste está realmente empezando, el escenario de referencia no es uno de una repetición de las turbulencias, ya que los cambios en los valores de los activos, los tipos de cambio y las posiciones de los inversores no se han revertido. El ajuste en cierta medida ya ha quedado reflejado en los precios. Por otra parte, cuatro de  “los cinco frágiles” (Brasil, India, Turquía e Indonesia) tendrán importantes elecciones en 2014. Dado que siguen siendo vulnerables a las interrupciones súbitas de los flujos de capital, su desempeño macroeconómico dependerá de la calibración de sus políticas macroeconómicas y de los riesgos políticos.

En conclusión: hay motivos para ser optimistas sobre la evolución de la economía mundial en 2014. La clave está en tomar esto con cautela dado que el éxito de la economía mundial dependerá de la capacidad de los responsables de la formulación de políticas para lograr el equilibrio adecuado en varios lugares fundamentales del mundo.

Autores

Otaviano Canuto

Executive Director, International Monetary Fund

Únase a la conversación

Este contenido no se mostrará públicamente
Caracteres restantes: 1000