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¿Cómo podemos ayudar a las ciudades a proporcionar los elementos básicos para el crecimiento futuro?

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La infraestructura básica marca la diferencia en la vida de la gente. A veces, basta con un camino… 

El acceso a agua potable y saneamiento puede mejorar la salud infantil, reducir las enfermedades transmitidas por el agua y disminuir el riesgo de retraso en el crecimiento. 

El alumbrado público puede mejorar la seguridad de una comunidad, reducir la violencia de género y aumentar las horas productivas de los negocios y de las actividades económicas , lo que puede ayudar a las personas a escapar de la pobreza.

Un camino pavimentado puede abrir un mundo de posibilidades para los propietarios de pequeñas empresas, dándoles mayor acceso a otros mercados y proveedores, así como a oportunidades para hacer crecer sus negocios.

El déficit de financiamiento para infraestructura urbana

Las ciudades representan ya aproximadamente entre el 70 % y el 80 % del crecimiento económico mundial, y esto seguirá aumentando a medida que las ciudades continúen creciendo. Se estima que en los próximos 35 años, la población en las ciudades aumentará en otros 2500 millones de habitantes, casi el doble de la población de China. Como un vital componente para la conectividad, la salud pública, el bienestar social y el desarrollo económico, la infraestructura en todas sus formas —básica, social y económica— es crítica para el crecimiento urbano previsto. 

A nivel mundial, se calcula que la inversión anual necesaria para subsanar el déficit de infraestructura resiliente llega a entre USD 4500 millones y USD 5400 millones.  Las ciudades necesitarán asociados que les ayuden a proporcionar dichos elementos básicos para el crecimiento futuro. El sector público no puede responder a estas necesidades por sí solo, y la asistencia oficial para el desarrollo en general apenas llega al 3 % de este monto. Las ciudades deberían empezar a buscar opciones de financiamiento innovadoras y en el sector privado.

El noveno Foro Urbano Mundial (WUF9) (i) realizado este año, en que se reconoció lo anterior, congregó a los sectores público y privado, los bancos multilaterales de desarrollo (BMD) y la sociedad civil para analizar de manera conjunta el desafío de cómo financiar la nueva agenda urbana. El Banco Mundial, la principal fuente de financiamiento de desarrollo urbano entre los BMD, participó en el debate, (i) compartiendo conocimientos y experiencias de expertos y proponiendo estrategias para el futuro.

Las ciudades sostenibles son sólidas desde el punto de vista financiero

Para facilitar la inversión privada en proyectos urbanos, las ciudades necesitan generar ingresos, mejorar su gestión financiera y establecer marcos regulatorios. El Banco trabaja con los Gobiernos nacionales, regionales y municipales para ayudarles a fortalecer sus capacidades institucionales y fiscales, mejorar su gestión de los recursos existentes y prepararlos para atraer capital comercial.

A través de una serie de instrumentos técnicos, el Banco Mundial apoya el desarrollo de infraestructura urbana para crear oportunidades de crecimiento, en particular para los pobres y grupos vulnerables. 

Aprovechar los sistemas de transferencias basadas en el desempeño

El mecanismo Programa por Resultados (PporR) del Banco Mundial utiliza las instituciones y procesos propios de un país, y vincula directamente los desembolsos de fondos con la obtención de resultados específicos. Esta estrategia ayuda a crear capacidad en el país, mejorar la eficiencia y la eficacia y conducir al logro de resultados tangibles y sostenibles.

Por ejemplo, el PporR de fortalecimiento del Gobierno local urbano en Tanzanía (i) tiene el objetivo de mejorar la prestación de servicios urbanos en 18 jurisdicciones locales urbanas mediante el fortalecimiento de un sistema ya existente de transferencias basadas en el desempeño. Se usarán los fondos de la donación para mejorar caminos, espacios públicos para el comercio y la gestión de residuos sólidos, y otras obras de infraestructura de pequeña escala, proporcionando servicios y oportunidades a las comunidades de dichas jurisdicciones.

Otros proyectos vinculados con los resultados que financia el Banco Mundial en Senegal (i) y Kenya (i) han establecido sistemas de transferencias fiscales intergubernamentales poniendo énfasis en incentivos de desempeño. Los recursos financieros adicionales que obtienen como resultado los Gobiernos locales les han permitido proporcionar infraestructura urbana necesaria en materia de agua, saneamiento, caminos locales y servicios, como salud y educación.

Fortalecer las finanzas municipales

La Iniciativa de Capacidad Crediticia de las Ciudades (CCI) (i) brinda otro enfoque para fortalecer el desempeño institucional y financiero de los Gobiernos locales urbanos. La CCI proporciona apoyo práctico a 600 autoridades municipales de 250 ciudades en 25 países en materia de finanzas municipales, asesorándolos en temas como generación de ingresos de fuentes propias, racionalización del gasto, gestión de activos y capacidad crediticia.

En los programas de cinco días de duración de las academias para la capacidad crediticia municipal participan tanto municipios y servicios de ciudades pequeñas de ingreso bajo y con menos capacidad como municipios y servicios de megaciudades de ingreso alto y gran capacidad. En Uganda, la CCI dio asistencia a la autoridad municipal de la capital Kampala (i) para lograr su primera calificación crediticia en escala nacional de grado de inversión.

Aumentar las inversiones en infraestructura urbana resiliente

En el marco de la estrategia de desarrollo “maximizar el financiamiento para el desarrollo”, el Grupo Banco Mundial colabora con los Gobiernos y el sector privado en diferentes enfoques para abordar las necesidades de infraestructura física y social.  Las soluciones abarcan desde la facilitación de alianzas público-privadas (APP), la ayuda a los Gobiernos para que estos tengan acceso a mercados de capital hasta la entrega de garantías para incentivar la inversión del sector privado.

Actualmente, el Banco Mundial implementa un importante programa mundial —el Programa de Ciudades Resilientes (CRP)— (i) que aplica la estrategia “maximizar el financiamiento para el desarrollo”, con el fin de ayudar a las ciudades a subsanar su déficit de financiamiento para infraestructura. Con este programa adaptado especialmente se aprovecha el sólido marco financiero establecido con el apoyo y la asistencia técnica del Banco Mundial a los Gobiernos para ayudarlos a atraer inversiones.

El CRP colabora con las ciudades para identificar y diseñar proyectos que representen oportunidades de inversión. Posteriormente, expertos en capital privado ayudarán a las ciudades a ampliar sus opciones de financiamiento y a conectarlos con otras fuentes, incluidos inversionistas institucionales y de capital privado. Al movilizar financiamiento tanto oficial como privado, el CRP a su vez ayuda a las ciudades a mantener la infraestructura y a ampliar los servicios de manera sostenible. Alrededor de 50 ciudades participan en la actualidad.

A medida que más personas se mudan a las ciudades, es necesario priorizar la búsqueda de “vías” hacia oportunidades y enfoques integrales en materia de desarrollo urbano. Abordar estos desafíos de desarrollo de manera conjunta es la manera cómo los Gobiernos, el sector privado, los BMD y la sociedad civil pueden ayudar a crear ciudades y comunidades inclusivas, resilientes y sostenibles para todos. 

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Autores

Sameh Wahba

Director mundial del Departamento de Prácticas Mundiales de Desarrollo Urbano, Gestión de Riesgos de Desastres, Resiliencia y Tierras

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