Publicado en Voces

Datos mundiales demuestran la pobreza y la exclusión que sufren los pueblos indígenas

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Mujeres Hmong Flor, mercado de Bac Ha, Vietnam. Foto: Tran Thi Hoa/World Bank
Este es el primer blog de una serie relativa a los pueblos indígenas basada en un seminario web realizado recientemente por el Banco Mundial.

Según estimaciones, (PDF, en inglés) en todo el mundo existen actualmente unos 370 millones de indígenas. Ellos representan alrededor del 5 % de la población mundial y viven en más de 90 países, pero constituyen al menos el 15 % de la población extremadamente pobre del mundo y un tercio de los pobres rurales. Habitan, poseen y ocupan aproximadamente la cuarta parte de las tierras y las aguas de todo el mundo, que representan el 80 % de la biodiversidad del planeta. Sin embargo, las investigaciones muestran que los indígenas no solo viven en zonas rurales; también se establecen en zonas urbanas. Según el informe Latinoamérica Indígena en el Siglo XXI: Primera década, (PDF) publicado recientemente por el Banco Mundial, casi la mitad de la población indígena de América Latina vive actualmente en zonas urbanas. Dondequiera que habiten, los pueblos indígenas enfrentan presiones específicas, como el hecho de pertenecer a los sectores más pobres y más marginalizados de sus sociedades.

 
¿Dónde están esos 370 millones de personas, quiénes son, y por qué constituyen un porcentaje tan considerable de la población pobre?
 
Solo un 8 % de la población indígena del mundo vive en América Latina —cifra mucho menor de lo que supone la mayoría de las personas. Por otro lado, más del 75 % de los indígenas habita en China, Asia meridional y Asia sudoriental, según el primer estudio mundial sobre la pobreza entre los pueblos indígenas en el mundo en desarrollo, titulado Indigenous Peoples, Poverty, and Development (Pueblos indígenas, pobreza y desarrollo). (i)  
 
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Estimación de la distribución de los pueblos indígenas. Fuente: Pueblos Indígenas, Pobreza y Desarrollo (i), 2014

¿Quiénes son indígenas?
 
La respuesta a esta pregunta es compleja porque no existe una definición universalmente impuesta o aceptada, pero la Organización de las Naciones Unidas ha señalado algunas características generales. En la legislación internacional o nacional se reconoce que los pueblos indígenas tienen un conjunto de derechos específicos, fundados en sus vínculos históricos con un territorio determinado, así como en su especificidad cultural, lingüística o histórica respecto de otras poblaciones que a menudo son políticamente dominantes. La identidad indígena puede ser polémica y estar cargada de susceptibilidades políticas, ya que el reconocimiento de un grupo determinado puede dar paso a obligaciones en materia de derechos humanos y a reivindicaciones sobre los recursos.
 
La condición de indígena también puede variar considerablemente a lo largo del tiempo y según la definición empleada. En un informe (i) se presenta un ejemplo sobre Guatemala, donde muy pocas personas se identificaban a sí mismas como indígenas durante los disturbios civiles de los años ochenta y noventa, pero tras los acuerdos de paz de 1996, cuando ya no era peligroso declarar la identidad indígena, esa cifra de personas aumentó seis puntos porcentuales. Según el informe Latinoamérica Indígena en el Siglo XXI: Primera década, (PDF) en Perú casi un tercio de la población se autoidentifica como indígena; sin embargo esa proporción baja al 16 % si solo se clasifican aquellas personas que hablan una lengua indígena.
 
Además, , en distintas partes del mundo se utiliza una terminología diferente: En China, la expresión “minoría étnica” a menudo denota lo que en otros países se considera indígena, mientras que en India comúnmente se habla de “tribu registrada” o adivasi (primeros habitantes). En la región septentrional de Escandinavia y en algunas partes de Rusia, el término s aami se refiere a los indígenas de esa región. En África también se usan expresiones que describen medios de subsistencia socioeconómicos, tales como pastores, cazadores-recolectores y, en algunos casos, pescadores y agricultores. La clave está en aplicar el concepto con flexibilidad, poniendo énfasis en la autoidentificación y teniendo en cuenta el contexto y el país de que se trate.
 
En todo el mundo, los pueblos indígenas son más pobres
 
En el informe (i) ya mencionado se compilan datos de encuestas nacionales de 10 países de América Latina, Asia y África, lo que permite determinar las tasas de pobreza, y sus tendencias, de alrededor del 80 % de la población indígena de todo el mundo. Hemos utilizado un universo muy amplio, al incluir a todas aquellas personas que —en la medida que lo permiten los datos disponibles— cumplen con cualquier definición de la condición de indígena establecida por un Gobierno, una institución o una organización autoidentificada como indígena.
 
En las investigaciones se comprobó que  en cada país estudiado, los pueblos indígenas son más pobres. El índice de recuento de la pobreza entre la población indígena (el porcentaje de la población que vive por debajo de la línea de pobreza) es mucho mayor que el de la población no indígena, y la brecha de pobreza (la distancia con respecto a la línea de pobreza) es mucho mayor que el promedio nacional. Esto significa que no solo hay más indígenas que no indígenas clasificados como pobres, sino que su nivel de pobreza es más severo.  Ello se manifiesta de diversas maneras, como inseguridad de los derechos a la tierra y a la propiedad, discriminación, mayor vulnerabilidad al riesgo y al cambio climático, y una amplia gama de disparidades en materia de salud, educación y otros aspectos socioeconómicos conexos.
 
Al construir líneas de tendencia de las tasas de pobreza y retroceder lo más posible en el tiempo —en algunos casos, más de 20 años—, quedó de manifiesto que, en casi todos los casos, las tasas de pobreza de las poblaciones indígenas disminuían más lentamente que las correspondientes a las poblaciones no indígenas  indígenas (gráfico 2), lo que significaba que la desigualdad entre ambos grupos iba en aumento. Esta tendencia se mantiene, ya que en  informes recientes de América Latina se muestra que la brecha entre las tasas de pobreza de la población indígena y la población no indígena no se está acortando, y que en algunos casos va en aumento. China aparece como una excepción a esta tendencia mundial, pero los datos correspondientes a ese país abarcan un período mucho más corto que los datos disponibles sobre otros países, por lo que ese resultado no es tan contundente.
 
 
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Las tasas de pobreza de las poblaciones indígenas caen más lentamente.
Fuente: Indigenous Peoples, Poverty and Developmen (i) 

¿Qué se puede hacer?
 
¿Por qué la pobreza ha sido más generalizada, más aguda y más difícil de superar entre los pueblos indígenas, y qué se puede hacer al respecto? Probablemente sean muchísimos los factores que inciden en la persistencia de la brecha de pobreza indígena exclusión geográfica y política, opresión histórica, escasez de infraestructura y de bienes de capital físico, mayor exposición al riesgo, entre otros— pero hay nuevos datos que muestran que la clave fundamental para que los pueblos indígenas puedan salir de la trampa de la pobreza es invertir en el desarrollo en la primera infancia y reducir la discriminación Estas son dos áreas que merecen mayor atención en las políticas y las investigaciones, y en los próximos dos blogs las analizaremos en mayor profundidad. ¡Así que siga atento!
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Para ver la charla sobre pueblos indígenas y pobreza realizada por Gillette Hall en el Banco Mundial, visite la página de la serie de seminarios web sobre inclusión social . (i)
 

Autores

Gillette Hall

Professor in the Practice and Director of Teaching in the Global Human Development Program, Georgetown University

Ariel Gandolfo

MA Candidate in Global Human Development, Georgetown University

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