¿Qué genera el 70% de los gases de efecto invernadero emitidos por ciudades como Nueva York, Beijing, o Nueva Delhi? No hace mucho tiempo, hubiera respondido “los automóviles”. Pero los verdaderos culpables son los edificios: nuestros hogares, oficinas, escuelas y hospitales. Muchos de ellos usan electricidad, agua y combustibles de manera muy ineficiente debido a cómo fueron diseñados originalmente. De hecho, alrededor del 40% de la electricidad en el mundo se utiliza para refrigeración, iluminación y ventilación de los edificios, a pesar de que existe tecnología mucho más eficiente.
La longevidad de los edificios nos obliga a pensar mucho más sobre ellos cuando se planea realizar nuevas edificaciones. Las decisiones acerca de los materiales de construcción, el aislamiento y la plomería pesan por décadas o más. Es por eso que la Corporación Financiera Internacional (IFC), la institución del Grupo del Banco Mundial que se dirige al sector privado, está trabajando para ayudar a los constructores y desarrolladores de los mercados emergentes a tomar elecciones inteligentes en relación con el clima en las fases iniciales de diseño.
Nuestro nuevo instrumento de certificación EDGE, que son las siglas en inglés de “Excelencia en el Diseño para Promover la Eficiencia”, fue diseñado específicamente para los mercados emergentes, donde se prevé que las necesidades de vivienda crecerán de manera exponencial como consecuencia de la rápida urbanización. Este mecanismo se basa en Internet y es fácil de usar. Ofrece a los desarrolladores una amplia gama de opciones de diseño de bajo costo que de otro modo podrían ser pasadas por alto debido a la prisa por construir. Los edificios certificados por EDGE utilizan un 20% menos de energía que sus pares, lo que redunda en un ahorro de emisiones a largo plazo y cuentas de servicios públicos más bajas, lo que es un gran beneficio para los programas de vivienda asequible.
La planificación y las políticas urbanas pueden ayudar a fomentar este cambio hacia un desarrollo con bajas emisiones de carbono a gran escala. Nuestros colegas del Banco Mundial están trabajando con los Gobiernos para ayudar a las autoridades municipales a planear un crecimiento con bajas emisiones de carbono, hacer seguimiento de las emisiones y aumentar la capacidad crediticia de las ciudades de modo de garantizar la existencia de financiamiento para invertir en edificios e infraestructura inteligentes en relación con el clima y con capacidad de adaptación. El cambio climático ya está elevando el costo del desarrollo y en la actualidad solo el 4% de las 500 ciudades más grandes de los países en desarrollo se considera solvente en los mercados financieros internacionales. Para reducir el impacto de la urbanización en el cambio climático y fomentar ciudades habitables para el futuro será fundamental garantizar que las urbes cuenten con financiamiento que les permita elegir aquella construcción que tenga en cuenta la eficiencia energética.
Vemos un enorme potencial para que existan edificios ecológicos, y estamos explorando actualmente oportunidades para el programa EDGE en mercados como Sudáfrica, Colombia, India, China y Filipinas, entre otros. Al alentar a las ciudades de rápido crecimiento a tomar decisiones inteligentes en relación con el clima en sus nuevas edificaciones, podemos marcar una diferencia real y duradera en los países en desarrollo. Tengo claro que la construcción ecológica es factible y económica, y puede tener efectos positivos a largo plazo en los mercados emergentes en los que operamoss.
Foto: Trinn Suwannapha / Banco mondiale
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