Tómese un momento para recordar quién le enseñó algunas de sus habilidades más valiosas. ¿Fueron sus padres, sus maestros, un entrenador deportivo o alguien en su trabajo al principio de su carrera? ¿Todos ellos?
Para progresar en el mundo de hoy que está en rápida evolución (i), los jóvenes deben adquirir habilidades sociales y emocionales (i) esenciales, conocimientos digitales y una base sólida de lectura, escritura y matemáticas. Para desarrollar estas habilidades es necesaria la exposición a diferentes entornos de aprendizaje. El acceso a la educación moderna, las actividades extracurriculares y la experiencia laboral son todos elementos fundamentales para tener éxito.
Los sistemas educativos deben reinventarse
A nivel mundial, solo dos de cada cinco jóvenes (i) adquieren las habilidades básicas, digitales y socioemocionales necesarias para lograr buenos resultados en la escuela, el trabajo y la vida. Los jóvenes en los países de ingreso bajo y mediano bajo están particularmente rezagados.
Los planes de estudios ya no se pueden limitar a asignaturas como la lectura y las matemáticas. Las escuelas están comenzando a fomentar una amplia gama de habilidades, entre ellas el pensamiento crítico, la comunicación y la alfabetización digital, necesarias en muchas carreras profesionales.
Por lo tanto, los sistemas educativos deben alejarse del generalizado modelo educativo “industrial” (i) que prioriza la conformidad y la memorización de conocimientos. En su lugar, los nuevos principios y métodos pedagógicos (i), tales como el aprendizaje basado en proyectos y el aprendizaje experiencial, se están convirtiendo en la nueva normalidad.
En Asia oriental, por ejemplo, los países con los sistemas educativos más sólidos están abandonando la pedagogía focalizada en los docentes y orientada a los exámenes para adoptar vías de aprendizaje centradas en el estudiante (i) que permiten desarrollar competencias para el aprendizaje permanente. En Nigeria, las inversiones en educación secundaria hacen hincapié en la capacitación en habilidades para la vida y la alfabetización digital (i) dirigidas a las niñas.
La educación empresarial en la escuela también puede ser una plataforma para aprender y poner en práctica habilidades esenciales. Por ejemplo, en Uganda, la capacitación en habilidades socioemocionales y empresariales en las escuelas secundarias ha tenido impactos prometedores (i). De manera similar, el Gobierno de Mongolia promueve las habilidades socioemocionales focalizadas en la actividad empresarial (i) en todas las escuelas secundarias.
Ampliar las oportunidades de aprendizaje fuera de la escuela
La participación en actividades extracurriculares, como deportes, clubes de música, voluntariado u otros grupos comunitarios, representa un canal importante para el desarrollo de habilidades fuera de la escuela. Por ejemplo, los deportes organizados requieren entrenar periódicamente, comunicarse con los entrenadores y compañeros de equipo, rendir bajo presión y recuperarse de derrotas o lesiones. Permiten cultivar la disciplina, la regulación emocional, el trabajo en equipo, el liderazgo y la perseverancia. Del mismo modo, los programas extraescolares centrados en las áreas de iencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (CTIM) y durante las vacaciones, como los clubes para aprender a programar y los campamentos, pueden impulsar la alfabetización digital, la creatividad y las habilidades para resolver problemas.
Los Gobiernos están mejorando el acceso a las actividades extracurriculares como parte de su estrategia de preparación de los jóvenes para el mundo laboral y la vida. Por ejemplo, el Gobierno de Tayikistán está ampliando las oportunidades extraescolares y de medios de subsistencia (i) mediante la remodelación de instalaciones juveniles y el fortalecimiento de servicios que fomentan las habilidades para la vida y las habilidades digitales, y proporcionan apoyo psicosocial. En otros países, como la República Centroafricana, el Banco Mundial está ayudando a crear clubes para mujeres y hombres jóvenes (i) como espacios seguros para conectarse con sus pares, reforzar las habilidades básicas, desarrollar comportamientos saludables y buscar nuevas oportunidades laborales. En el Líbano, el Programa Nacional de Servicio Voluntario contribuyó a un mayor sentido de pertenencia a la comunidad y una mayor tolerancia (i), lo que demuestra que estas iniciativas también pueden fomentar la cohesión social.
Ayudar a los jóvenes a ingresar y ascender en la escala laboral
Los niños y los jóvenes basan sus aspiraciones de aprendizaje y una carrera profesional en las personas que conocen: por lo general, sus padres, familiares y pares. Para muchos, esto significa una exposición limitada a diferentes oportunidades educativas y laborales.
Los planes de vida, las charlas profesionales o las visitas a los lugares de trabajo desde una edad temprana pueden ayudar a los jóvenes a ampliar sus horizontes y experimentar diferentes opciones. En un estudio se comprobó (i) que los estudiantes que exploran, experimentan y piensan sobre su futuro tienen niveles de desempleo más bajos, reciben salarios más altos y son más felices en su vida adulta. Al exponer a los jóvenes a modelos a seguir, la orientación profesional también ayuda a acabar con los estereotipos de género, lo que puede incentivar la participación de las jóvenes en las áreas de CTIM (i).
La exposición a los lugares de trabajo y la experiencia laboral también son vitales para el desarrollo de habilidades, ya que muchas competencias se adquieren o demuestran “con la práctica”. Los programas de trabajo dirigidos a los jóvenes deben dar prioridad a la formación en el empleo, como pasantías y actividades de capacitación informales (i), para ayudarlos a postular, practicar y mostrar las habilidades que han aprendido, desde competencias profesionales hasta competencias digitales. Este es el primer peldaño esencial en lo que el presidente del Banco Mundial, Ajay Banga, denominó la “escalera de oportunidades”.
El Banco Mundial apoya a muchos países en este esfuerzo. Por ejemplo, el Proyecto para Mejorar la Empleabilidad de los Jóvenes de Mauritania (i) ofrece orientación profesional, asistencia en la búsqueda de empleo, preparación para la vida y formación técnica combinada con pasantías para jóvenes vulnerables. Del mismo modo, los participantes en el Proyecto de Inclusión de los Jóvenes de Benin (i) reciben capacitación en el trabajo en habilidades técnicas y socioemocionales a través de períodos de prácticas de tres a 12 meses.
Se necesitan reformas ambiciosas
Desarrollar las habilidades adecuadas para el futuro no es solo responsabilidad de las escuelas. Se necesitan reformas integrales que permitan modernizar la educación, proporcionar oportunidades de aprendizaje no formal y ofrecer experiencia laboral práctica a los jóvenes.
Los pasos pequeños no serán suficientes. Para liberar todo el potencial de la futura fuerza laboral, los países deben realizar hoy inversiones audaces en las bases del capital humano de los jóvenes.
Este blog es un artículo de seguimiento de las Reuniones Anuales de 2024, en las que el Banco Mundial convocó a ministros de la Red de Capital Humano y otras voces influyentes del sector privado, los círculos académicos y la sociedad civil para participar en el Cónclave sobre Capital Humano titulado “Preparar a las mujeres y los hombres jóvenes para un mundo que cambia rápidamente” (i).
Este es el tercer blog de una serie en la que se ponen de relieve las inversiones en habilidades cruciales necesarias para ayudar a los jóvenes a prosperar en un mundo cada vez más complejo. El primer blog está disponible en esta página (i) y el segundo, en esta página (i).
Agradecemos a Sarah Eleuterio Comer sus valiosos comentarios y opiniones sobre este artículo.
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