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Hace falta una revolución para adquirir nuevas habilidades. Aquí explicamos cómo hacerlo

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A medida que el mundo del trabajo cambia, también debe cambiar nuestro enfoque hacia la educación y las habilidades. © Reuters


A medida que el mundo encara los desafíos transformadores en materia económica, social y ambiental de la Globalización 4.0, (i) las inversiones en las personas adquieren más importancia que nunca.

Valorar el capital humano (i) no solo permite dotar a las personas de los conocimientos y las habilidades necesarios para responder a los cambios sistémicos, sino que también las empodera para participar en la creación de un mundo más igualitario, inclusivo y sostenible.

La educación es y seguirá siendo fundamental para promover un crecimiento económico inclusivo y ofrecer un futuro de oportunidades para todos.  Sin embargo, a medida que las tecnologías de la Cuarta Revolución Industrial generan nuevas presiones sobre los mercados laborales, la reforma de la educación, el aprendizaje permanente y las iniciativas orientadas a la adquisición de nuevas habilidades (i) serán fundamentales para garantizar, por una parte, que las personas tengan acceso a oportunidades económicas permaneciendo competitivas en el nuevo mundo laboral y, por la otra, que las empresas tengan acceso a personas dotadas de las competencias necesarias para los empleos del futuro.

La Cuarta Revolución Industrial está provocando una disminución considerable de algunas funciones a medida que estas se van eliminado o automatizando. Según la publicación titulada The Future of Jobs Report 2018 (El futuro del trabajo: informe 2018), (i) se prevé que para 2022 se desplazarán 75 millones de empleos en 20 de las principales economías.  Al mismo tiempo, los adelantos tecnológicos y las nuevas modalidades de trabajo también podrían crear 133 millones de nuevos empleos , impulsados por el gran aumento de nuevos productos y servicios que permitirían a las personas trabajar con máquinas y algoritmos para atender las necesidades de los cambios demográficos y económicos.

Proporción de horas de trabajo entre el hombre y la máquina, 2018 en comparación con 2022 (proyecciones)
Fuente: Encuesta sobre el futuro del trabajo 2018, Foro Económico Mundial.


Para materializar en forma proactiva las ventajas de estos cambios, para 2022 al menos el 40 % de todos los empleados deberá adquirir nuevas y mejores habilidades.  Sin embargo, tan solo el 30 % de los empleados que corrían el riesgo de un desplazamiento laboral debido al cambio tecnológico recibieron capacitación el año pasado, y quienes corren mayor riesgo suelen ser las personas con menos probabilidades de recibir capacitación en nuevas habilidades.

Para crear una revolución para adquirir nuevas habilidades (PDF, en inglés) se requerirán inversiones. Por ejemplo, en Estados Unidos, la transición del 95 % de los trabajadores que corren el riesgo de desplazamiento a nuevos empleos mediante la adquisición de nuevas habilidades puede llegar a costar más de USD 34 000 millones. Sin embargo, en la actualidad, el sector privado solo podría reentrenar en forma rentable a alrededor del 25 % de esos trabajadores, lo que indica la necesidad de colaboración entre las empresas, inversión pública y trabajo conjunto de los sectores público y privado a fin de reducir los costos y lograr economías de escala.

Si las empresas colaboran para crear economías de escala, colectivamente podrían volver a capacitar al 45 % de los trabajadores que corren riesgo de verse desplazados de sus empleos. Si los Gobiernos se suman a este esfuerzo, podrían reconvertir al 77 % de todos los trabajadores en situación de riesgo y, al mismo tiempo, beneficiarse de la rentabilidad de la inversión en la forma de mayores ingresos tributarios y costos sociales más bajos, entre ellos las indemnizaciones por desempleo. Cuando las empresas no logran cubrir los costos en forma rentable y los Gobiernos no pueden dar soluciones por sí solos, es imperativo recurrir a alianzas público-privadas que reduzcan los costos y provean beneficios sociales concretos y soluciones viables a los trabajadores.

Además, tales medidas deben complementarse con un replanteamiento estratégico de la regulación laboral y de los ámbitos de creación de empleo que podrían mejorar los beneficios para la sociedad. En un documento técnico (i) reciente se señala que los países deben esmerarse en aumentar la inversión pública y privada en tres áreas: las capacidades de las personas; las instituciones y las reglas relacionadas con el trabajo, y los sectores con perspectivas de crecimiento y que beneficien a la sociedad, incluidos los de cuidados, educación, agua, energía e infraestructura digital y de transporte.

El Foro Económico Mundial es una plataforma al servicio de este tipo de alianzas para entregar con urgencia nuevas habilidades a la fuerza de trabajo actual y diseñar la educación de la fuerza laboral del futuro. La iniciativa Closing the Skills Gap (Cerrando la Brecha de Habilidades) (i) sirve de plataforma para enfocar acciones fragmentadas en una misión principal orientada a abordar la adquisición de habilidades con miras al futuro y, al mismo tiempo, promover una colaboración constructiva de los sectores público y privado en la reforma urgente y fundamental de los sistemas educativos y las políticas laborales, a fin de preparar a la fuerza laboral para los empleos del futuro a través de programas específicos para los países, el intercambio de mejores prácticas a nivel mundial y regional, y compromisos de empresas a nivel mundial.

Estos esfuerzos han dado como resultado una red mundial de grupos de trabajo público-privados nacionales en India, Sudáfrica, Argentina y Omán; además, varias compañías internacionales asociadas se han comprometido a impartir nuevas y mejores habilidades a 17 millones de trabajadores de todo el mundo, (i) cifra que supera la meta fijada en 2018 de ayudar a 10 millones de trabajadores para 2020.

A medida que se van transformando los mercados de educación y de trabajo, también es imperativo tener en cuenta los efectos específicos de ello en los diversos grupos. Por ejemplo, dada la forma en que están segmentados actualmente los mercados laborales, el peso de las tendencias del desplazamiento laboral y de la brecha de habilidades probablemente recaiga desproporcionadamente en las mujeres. (i) Ellas desempeñan muchos trabajos que tal vez sean reemplazados, y están subrepresentadas en los ámbitos que tienen mayores probabilidades de experimentar un crecimiento del empleo. Por ejemplo, solo el 22 % de las personas que trabajan en el campo de la inteligencia artificial son mujeres.

Con todo, las nuevas fuentes de creación de empleo también brindan una excelente oportunidad para incorporar la paridad de género en el futuro del trabajo. El salto a la paridad de género exige adoptar medidas proactivas por parte de las empresas y los Gobiernos, a fin de asegurar que las mujeres estén representadas equitativamente en las ocupaciones de mayor crecimiento y en los conjuntos de habilidades que registran mayor demanda. El Foro Económico Mundial hace un llamado a las empresas (i) a identificar los cinco empleos de mayor crecimiento y a comprometerse a contratar igual número de hombres y mujeres.

Estas y otras acciones dirigidas a invertir en el desarrollo del talento y el potencial de todas las personas pueden constituir el puente que necesitamos para avanzar hacia un crecimiento inclusivo y sostenible que aproveche la tecnología para crear oportunidades para todos. Invertir en las personas puede convertirlas de observadores pasivos de la disrupción en líderes activos de cambios positivos en sus comunidades locales, regionales y mundiales.

Børge Brende es presidente del Foro Económico Mundial y promotor del capital humano en el marco del Proyecto de Capital Humano, una iniciativa del Banco Mundial cuyo objetivo es aumentar la equidad y el crecimiento inclusivo. Este artículo se publicó originalmente en el blog del Foro Económico Mundial. (i)

Siga en Twitter (@wbg_jobs) al grupo del Banco Mundial dedicado al tema del empleo.


Autores

Børge Brende

President, World Economic Forum

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