El Día Internacional de la Juventud es una ocasión para analizar la situación de los jóvenes en los mercados laborales. Una cantidad sin precedentes de jóvenes en todo el mundo no trabaja y no estudia o participa en algún programa de capacitación. Muchos se sienten desanimados debido a la falta de oportunidades y no siguen buscando empleo.
Existe una enorme brecha entre el número de jóvenes que ingresa a la fuerza laboral y los trabajos disponibles. Durante los próximos 15 años, se necesitarán 600 millones de nuevos empleos para los jóvenes que ingresan a la fuerza de trabajo.
Los objetivos de desarrollo sostenible propuestos reconocen que será beneficioso para los países contar con fuerzas laborales que tengan buena educación y salud y los conocimientos y las habilidades necesarias para conseguir un trabajo productivo y gratificante, y que participen plenamente en la sociedad.
Sin embargo, la capacidad de los Gobiernos de responder a este inmenso desafío se ve dificultada por la insuficiente evidencia sobre qué medidas son eficaces para dar acceso a trabajos productivos a los jóvenes a escala mundial. La situación es más grave en los países en desarrollo, donde unos 75 millones de jóvenes están actualmente desempleados. Los jóvenes tienen tres veces más probabilidades de estar desocupados que los adultos, y cientos de millones más están subempleados.
Aunque esta descripción da paso a un desafío mundial urgente, Plan International cree que con las inversiones apropiadas, la creatividad y la energía de la juventud actual puede traducirse en una gran fuerza de trabajo económicamente productiva que puede impulsar beneficios económicos, un fenómeno conocido como el dividendo demográfico.
Ampliar las transformaciones
En los últimos años, con el apoyo de varios donantes, muchas organizaciones han implementado programas que ayudan a cantidades de jóvenes a obtener trabajos o empleos por cuenta propia. No hay duda de que estos programas han mejorado las condiciones de vida de muchos jóvenes; sin embargo, estas iniciativas individuales no son suficientemente amplias para lograr transformaciones. Algunos plantean que se necesitan más inversiones de los donantes para expandir estos programas.
El examen del Grupo de Evaluación Independiente (IEG) del Banco Mundial sostiene que no existe evidencia suficiente sobre qué medidas son efectivas para dar acceso a trabajos decentes a los jóvenes, recomendando como un enfoque estratégico que se realicen actividades multisectoriales e investigaciones y evaluaciones rigurosas para recopilar más pruebas.
El todo es mayor que la suma de sus partes
El Grupo Banco Mundial comprende que invertir en programas de empleo para los jóvenes es esencial para poner fin a la pobreza extrema y aumentar la prosperidad. Por ello, aunó esfuerzos con Accenture, Plan International y otras organizaciones y creó en octubre de 2014 una coalición mundial que aborda el desafío del empleo juvenil, llamada Soluciones para el Empleo de los Jóvenes (S4YE). (i)
Se formuló una estrategia quinquenal para la iniciativa S4YE (i) con la colaboración de Gobiernos, instituciones internacionales, fundaciones, organizaciones de la sociedad civil y el sector privado. Esta estrategia —la primera de tres que se elaborarán durante esta iniciativa de 15 años— establece la ambiciosa meta de dar acceso a empleo y trabajos productivos para 150 millones de jóvenes a más tardar en 2030.
El enfoque básico se centrará en invertir en soluciones eficaces y sostenibles, sobre la base de la congregación de distintos actores y el aprendizaje sobre qué acciones funcionan en materia de desempleo juvenil. La coalición pondrá atención particularmente en las regiones donde el problema del empleo de la juventud sigue siendo más acuciante, y en la inclusión de los jóvenes vulnerables y la igualdad de género en los trabajos productivos.
El programa de investigación de la iniciativa apunta a una mayor comprensión de la demanda y las habilidades que necesitan los empleadores; el rol de la tecnología en la configuración de los mercados laborales y la fuerza de trabajo, y las maneras efectivas de promover el espíritu empresarial, el trabajo independiente y los empleos de buena calidad.
Trabajo conjunto con miras a un mejor futuro para todos
La nueva estrategia de la iniciativa S4YE propone —para atender el desafío mundial del siglo XXI relacionado con el empleo de los jóvenes— unir fuerzas y asumir el compromiso de mejorar los resultados en materia de empleo juvenil mediante medidas concretas y medibles.
El empoderamiento económico, a través del empleo productivo y trabajos de buena calidad, puede posibilitar que las mujeres y hombres jóvenes se conviertan en agentes de cambio fundamentales y que canalicen sus capacidades ilimitadas para el activismo, creando un mundo mejor. Esperamos que en los próximos meses muchos Gobiernos, empresas comerciales, interlocutores sociales y organizaciones de la sociedad civil aporten sus conocimientos especializados a la coalición y trabajen de manera conjunta en todos los niveles para incorporar a los jóvenes a la fuerza laboral en todo el mundo.
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