Publicado en Voces

La histórica reposición de los recursos de la AIF muestra el compromiso inquebrantable de la comunidad internacional con los países más pobres

*  Este artículo se publicó por primera vez en International Development Journal de Japón en Febrero de 2022


L'Association internationale de développement

 

El mes próximo se cumplirán dos años desde que el brote de COVID‑19 fue declarado pandemia mundial. En este tiempo, hemos visto que la emergencia sanitaria se ha convertido en una crisis económica, en la cual los países más pobres y vulnerables son los más afectados. 

Como resultado de la pandemia de COVID‑19, la pobreza mundial ha aumentado por primera vez en el transcurso de una generación.  Gran parte de los avances logrados durante los últimos 15 años en educación, salud y nutrición se han revertido como consecuencia de esta crisis. Al mismo tiempo, los efectos del cambio climático plantean desafíos adicionales en los países.

En diciembre de 2021, la comunidad internacional se reunió para respaldar la mayor reposición de recursos de la Asociación Internacional de Fomento (AIF), la institución del Banco Mundial que otorga donaciones y préstamos sin interés o con bajo interés a los países más pobres. Si bien normalmente los fondos de la AIF se renuevan cada tres años, la actual reposición se adelantó un año para responder al aumento de la demanda de nuestros países clientes durante la pandemia. Japón organizó la reunión virtual en la que se comprometieron contribuciones de los donantes por valor de USD 23 500 millones, lo que permitió lograr una reposición total de USD 93 000 millones, el mayor paquete de financiamiento en los 61 años de historia de la AIF.

El apoyo de Japón a la AIF ha sido enorme: fue uno de los mayores donantes tanto en la vigésima reposición (AIF-20) como en la anterior. Con el respaldo de los donantes, que incluye una generosa contribución de Japón, los 74 países que dependen del financiamiento de la AIF (grupo conformado en su mayoría por Estados de África, pero que también abarca países insulares de Asia y el Pacífico, como Bangladesh, Nepal, Camboya, República Democrática Popular Lao, Micronesia y Papua Nueva Guinea) dispondrán en los próximos tres años de un financiamiento en condiciones concesionarias de USD 93 000 millones, de los cuales USD 23 500 millones provendrán de las contribuciones de los donantes y el resto, de una combinación de fondos obtenidos en los mercados de capital, reembolsos y contribuciones del propio Banco Mundial. Esto significa que, por cada USD 1 que los donantes aportan a la AIF, se movilizan casi USD 4 en apoyo de los países más pobres , lo que permite incrementar el valor de los recursos de los donantes a través de una plataforma unificada y lograr mayor eficiencia para profundizar el impacto en el desarrollo.

En los primeros 20 meses de la pandemia, la AIF otorgó donaciones y préstamos de bajo interés por casi USD 57 000 millones, la mayor respuesta de su historia ante una crisis.  Esto implicó trabajar con diversos asociados para ayudar a los países a adquirir y distribuir vacunas. Casi 70 países se beneficiaron con los fondos de la AIF destinados a financiar vacunas, actividades de capacitación de los profesionales de la salud y equipos hospitalarios.

Las contribuciones de los donantes ayudarán a la AIF a respaldar los esfuerzos con los que se busca reconstruir el capital humano, lo que incluye promover la cobertura sanitaria universal, las vacunas y la nutrición; fortalecer la gestión de la deuda y su transparencia; estimular el crecimiento verde con infraestructura de calidad al tiempo que se busca la adaptación a los impactos del cambio climático, e intensificar las iniciativas de preparación para hacer frente a las crisis, entre otras cosas, mejorando la gestión del riesgo de desastres.

La labor de la AIF se basa en sus 60 años de experiencia en la preparación, la respuesta y la recuperación frente a las crisis, ya se trate del ébola, de desastres naturales, de crisis económicas o de pandemias mundiales. En los últimos 10 años, los países clientes de la AIF sufrieron casi ocho veces más desastres naturales que en la década de 1980. Por esta razón, la entidad une sus fuerzas con asociados como Japón para ayudar a los países a adaptarse al cambio climático y mitigar los impactos de los desastres. De hecho, en el ejercicio de 2021, el 61 % del total de su financiamiento climático se destinó a iniciativas de adaptación, y ayudó a 62 países a institucionalizar la reducción del riesgo de desastres como prioridad nacional.

La AIF es también una de las principales fuentes del financiamiento para el desarrollo en condiciones concesionarias que se destina a abordar la malnutrición, la falta de agua potable y la inseguridad alimentaria. La entidad continuará trabajando con sus asociados para ayudar a los países a combatir la malnutrición, mejorar la higiene, ampliar la agricultura climáticamente inteligente y reconvertir los subsidios agrícolas. Estos esfuerzos van de la mano de la atención que se concede en todo el mundo al tema de la nutrición, como muestra la Cumbre de Tokio sobre Nutrición para el Crecimiento, celebrada en diciembre de 2021.

Aún queda mucho por hacer para apoyar a los países en desarrollo durante la crisis de la COVID-19. Los países clientes de la AIF continúan rezagados en lo que respecta a la vacunación y la recuperación económica. Hemos observado que la recuperación ha sido notablemente dispar: el ingreso per cápita en las economías avanzadas ha crecido al 5 %, mientras que en los países de ingreso bajo solo ha avanzado a un ritmo del 0,5 %.  Muchos de estos países también deben lidiar cada vez más con los impactos de los conflictos, el cambio climático y los crecientes desafíos derivados del endeudamiento, por lo que necesitan las donaciones y el alivio de la deuda implícito que proporciona la AIF. La entidad aborda el aumento de los niveles de la deuda en los países más pobres aplicando la Política de Financiamiento Sostenible para el Desarrollo, cuyo objetivo consiste en incentivar a los países que pueden recibir su financiamiento a mejorar la transparencia de la deuda, la sostenibilidad fiscal y la gestión de la deuda.

La confianza y la cooperación de la comunidad internacional siguen siendo cruciales. La AIF‑20 es un claro ejemplo de ese compromiso mundial.  La comunidad internacional agradece al Gobierno de Japón por haber organizado la reunión en la que se comprometieron los fondos para la AIF-20, en diciembre, y por brindar una sólida plataforma para apoyar a los más pobres y vulnerables del mundo en pos de una recuperación resiliente para todos.

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Autores

David Malpass

Expresidente del Grupo del Banco Mundial

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