Tanto en los pueblos rurales más pequeños de Bangladesh como en los grandes y bulliciosos centros urbanos de El Cairo o Estambul, las pequeñas y medianas empresas (pymes) son vitales para las comunidades islámicas de todo el mundo y mantienen a las economías locales en plena forma.
Me interesé por primera vez en la posible movilización del financiamiento conforme a los principios del islam para hacer crecer a las pymes cuando encabecé un seminario sobre el tema en 1997. Cerré el círculo casi 20 años después, cuando tuve la oportunidad de hablar la semana pasada en Estambul (Turquía) en la conferencia “Movilizar las finanzas islámicas para promover las pymes”, (PDF, en inglés) organizada por el Grupo Banco Mundial, el Departamento del Tesoro de Turquía, el Banco Islámico de Desarrollo y TUMSIAD, la mayor asociación de pymes del país que agrupa a 10 000 miembros.
Según un informe que se dio a conocer en la conferencia, las pymes representan más del 60 % del empleo y el 50 % del producto interno bruto (PIB) en las economías de ingreso alto. Son igualmente importantes en las economías emergentes, en las que contribuyen en promedio con más del 50 % del empleo y el 40 % del PIB.
Pero a pesar de que las pymes desempeñan un papel tan trascendental en la economía mundial, históricamente han tenido dificultades para conseguir un acceso confiable al capital. Nuestra base de datos de IFC sobre el déficit de financiamiento empresarial (i) indica que entre el 55 % y el 68 % de las pymes en los países en desarrollo se encuentran insuficientemente atendidas o totalmente desatendidas desde el punto de vista financiero.
Estas cifras tan elevadas se traducen en importantes oportunidades perdidas para desarrollar empresas viables. Incluso en los países del Grupo de los Veinte (G-20), se estima que las pymes enfrentan un déficit de financiamiento de US$1,3 billones.
La industria de las finanzas islámicas se ha ampliado rápidamente durante la última década, con tasas de crecimiento anual de más del 15 %. Hoy en día, los activos financieros islámicos se estiman en más de US$1,7 billones. En muchos países de mayoría musulmana, los activos bancarios islámicos han crecido más rápido que los activos bancarios convencionales.
También ha aumentado el interés en las finanzas islámicas en los centros financieros no musulmanes como el Reino Unido, Luxemburgo, Sudáfrica y Hong Kong. Por ejemplo, el Banco Mundial, que actúa como tesorero del Mecanismo de financiamiento internacional para la inmunización, ha ayudado a recaudar US$700 millones a través de dos emisiones de “sukuk” (bonos islámicos).
La movilización de financiamiento de los canales no bancarios, como el capital privado, el capital de riesgo y los mercados de capital, ofrece productos financieros novedosos basados en el capital y en los activos que superan las limitaciones de financiamiento bancario para las pymes.
Creo que es imprescindible que las autoridades y los profesionales del desarrollo liberen el potencial de las finanzas islámicas. Si bien los principales organismos de fijación de normas, como la Junta de Servicios Financieros Islámicos (IFSB, por sus siglas en inglés) y la Organización de contabilidad y auditoría de las instituciones financieras islámicas (AAOIFI, por sus siglas en inglés), han logrado avances sustanciales para las instituciones financieras islámicas, aún es necesario establecer y aplicar plenamente el marco normativo, los procesos de supervisión y las normas para la industria.
Abordar estos desafíos de manera efectiva pondrá a las instituciones financieras islámicas en condiciones de diseñar y ofrecer productos financieros que sean relevantes para las pymes, reduciendo al mismo tiempo los costos de transacción y garantizando adecuadamente su exposición a riesgos financieros.
Las finanzas islámicas son importantes en el conjunto de soluciones en materia de desarrollo que ofrece el Grupo Banco Mundial. En 2013, creamos el Centro Mundial de Finanzas Islámicas (i) en Estambul. Este sirve como un centro de conocimientos que realiza actividades de investigación y capacitación, y brinda servicios de asesoría destinados a mejorar la comprensión general de las finanzas islámicas a nivel mundial y apoyar a los entes reguladores y las autoridades a desarrollar y mantener instituciones y mercados financieros conforme a la ley islámica sostenibles.
Las medidas de reforma prioritarias respaldadas por el Grupo de Trabajo sobre Inversiones e Infraestructura del G-20 y la Base de Datos de la Alianza Mundial para la Inclusión Financiera (i) podrían proporcionar una hoja de ruta para el uso de los productos financieros islámicos por parte de las pymes. Espero que todos continuemos trabajando en conjunto para lograr el desarrollo sostenible de la industria de servicios financieros islámicos y afiancemos su contribución al alivio de la pobreza y el fomento de la prosperidad compartida en los mercados emergentes y en desarrollo.
Para averiguar cómo el sector privado puede ayudar a cumplir los objetivos mundiales de desarrollo, regístrese hoy en el curso abierto y masivo en línea “Financiamiento para el desarrollo”. (i) Este curso, de carácter gratuito, comienza el 16 de noviembre.
Bertrand Badré, es el director gerente y oficial financiero principal del Grupo Banco Mundial. Este artículo fue publicado por primera vez en LinkedIn.
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