La relación entre el comercio, el crecimiento y la reducción de la pobreza es innegable. Entre 1990 y 2017, la proporción de las exportaciones mundiales de los países en desarrollo aumentó del 16 % al 30 %. Al mismo tiempo, la pobreza extrema cayó del 36 % al 9 %.
Pero por cada arancel que se levanta o reglamentación que impulsa la competencia, hay un posible empresario o empleado cuyo sustento está en riesgo.
Los cambios en la política comercial originan ganadores y perdedores, y a veces socavan el apoyo popular a la liberalización del comercio, provocando un creciente respaldo al nacionalismo económico.
Incluso para los defensores acérrimos del comercio, es necesario reconocer que los impactos distributivos del comercio han sido desiguales. Las ganancias y las pérdidas se han concentrado en gran medida en algunos sectores, tipos de empleos y regiones. Para asegurar el apoyo al comercio, debemos reducir las disparidades regionales y sectoriales, implementando políticas para extender los beneficios de forma más amplia.
En el informe del Banco Mundial que acaba de publicarse “The Distributional Impacts of Trade: Empirical Innovations, Analytical Tools, and Policy Responses” (Los impactos distributivos del comercio: Innovaciones empíricas, herramientas de análisis y respuestas de políticas) no solo se examinan los vínculos indiscutibles entre el comercio mundial y la reducción de la pobreza, sino que se avanza en la comprensión de cómo las "perturbaciones comerciales" —aumentos o disminuciones rápidas del comercio— afectan a los pobres y de qué manera las políticas pueden asegurar que los beneficios se distribuyan más ampliamente.
En la publicación se analiza detenidamente el impacto del comercio en los salarios, el empleo y los ingresos de los pobres en cinco países: Bangladesh, Brasil, México, Sudáfrica y Sri Lanka. Este trabajo es necesario en un momento en que los impactos distributivos adversos del comercio asociados con la globalización se utilizan cada vez más para defender el proteccionismo.
Aunque los beneficios agregados del comercio están claramente establecidos, un número cada vez mayor de estudios económicos ha demostrado que las pérdidas del comercio pueden ser más profundas, más concentradas y más duraderas de lo que se había pensado. Sin embargo, las investigaciones se han centrado principalmente en las economías avanzadas. Con este nuevo informe se mejora nuestra comprensión de los impactos distributivos del comercio en los países en desarrollo y se proporciona orientación sobre políticas para lograr que el comercio sea más inclusivo.
"Mientras el mundo se esfuerza para recuperarse de la pandemia de COVID-19, la importancia del comercio será más esencial que nunca para el crecimiento, la creación de empleo y la reducción de la pobreza".
Tomemos el ejemplo de Bangladesh, donde las mayores exportaciones han aumentado los salarios y han ayudado a las mujeres a transitar hacia empleos en el sector formal. Entre 2005 y 2010, el aumento de USD 100 en las exportaciones por trabajador provocó una disminución del 0,7 % en la informalidad en los distritos con una mayor exposición al comercio. Los efectos positivos en los salarios y la reducción de la informalidad se propagan en toda la economía con el tiempo.
De cara al futuro, las investigaciones indican que si Sri Lanka redujera sus barreras comerciales impulsaría el crecimiento del PIB y el comercio internacional, a la vez que reduciría la pobreza. Pero también generaría una mayor desigualdad salarial. Sin políticas complementarias, los beneficios probablemente se concentrarían en las zonas urbanas. La mejora del entorno empresarial y la reducción de los costos de movilidad para los trabajadores podrían extender los beneficios más ampliamente.
Es importante destacar que el análisis del informe muestra que los países deberían seguir considerando al comercio como una vía de desarrollo. Una de las enseñanzas más críticas es que para maximizar los beneficios del comercio se requiere un enfoque global y que abarque toda la economía.
Los países en desarrollo pueden utilizar estas herramientas para comprender mejor los posibles impactos distributivos antes de implementar las políticas, supervisar su aplicación y coordinar las respuestas en todos los niveles del Gobierno.
En el informe también se proporcionan soluciones prácticas que los países pueden aplicar para garantizar que el comercio apoye la reducción de la pobreza y la prosperidad compartida. Entre estas soluciones se encuentran las políticas que reducen las distorsiones y facilitan la actividad empresarial, que disminuyen los costos comerciales mediante la mejora de la facilitación del comercio y la logística, y que aceleran el ajuste del mercado laboral para que los trabajadores puedan encontrar nuevos empleos.
Mientras el mundo se esfuerza para recuperarse de la pandemia de COVID-19, la importancia del comercio será más esencial que nunca para el crecimiento, la creación de empleo y la reducción de la pobreza.
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