Publicado en Voces

Los desafíos en materia de empleo son mayores que nunca en los países más pobres

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Durante la próxima década, cerca de 600 millones de personas buscarán empleo, principalmente en los países más pobres del mundo.  Solo la región de Asia meridional tendrá que crear más de 13 millones de trabajos cada año para mantener el ritmo de su crecimiento demográfico. En África al sur del Sahara, a pesar de tener una población menor, el reto será aún mayor: se deberán crear 15 millones de empleos anuales.

Los desafíos en materia de empleo también preocupan en la actualidad, lo que hace la situación aún más compleja. Muchas personas en los países más pobres trabajan en empleos informales, mal remunerados y menos productivos, que suelen estar fuera de la economía formal y sujeta a impuestos.  Y como la urbanización continúa, decenas de migrantes internos buscan trabajo, pero no pueden encontrar empleos de calidad y asalariados, ni tienen las habilidades que demandan los mercados. Como resultado, numerosas personas quedan al margen de la economía y no pueden contribuir al crecimiento de sus países.

Para crear puestos de trabajo productivos y satisfactorios para la creciente fuerza laboral se necesita que la economía crezca y se transforme —permitiendo a trabajadores desempeñarse en empleos de mayor productividad— bajo el liderazgo de un sector privado dinámico y con el respaldo de políticas públicas. A fin de acelerar la transformación económica, es necesario que los países se conecten a los mercados a través de infraestructura y cadenas de valor sólidas, desarrollen habilidades laborales y fortalezcan las capacidades de las empresas, y creen un entorno que facilite la inversión privada. Esta transformación también debe ser inclusiva, con oportunidades para todos: las mujeres, los jóvenes y los grupos desfavorecidos.

La Asociación Internacional de Fomento (AIF), la entidad del Grupo Banco Mundial que trabaja con los países más pobres, ha estado a la vanguardia respaldando los esfuerzos de los países para crear empleos. De hecho, pusimos especial énfasis en el empleo y la transformación económica en la decimoctava reposición de recursos de la AIF (AIF-18), nuestro actual ciclo de financiamiento de tres años, que se extiende hasta mediados de 2020. La AIF-18 financia proyectos innovadores centrados en el empleo, usando instrumentos financieros y mejores análisis, y aplicando nuevas herramientas para evaluar y medir el impacto en el empleo.

La AIF-18 apoya proyectos que fomentan la infraestructura, las cadenas de valor mundiales, la integración regional y la tecnología.  Por ejemplo, el apoyo de la AIF a la red eléctrica regional de África occidental, (i) que incluye energía solar en el Sahel, proporciona infraestructura energética crítica y promueve el comercio de energía regional para suministrar electricidad a millones de empresas y hogares en África occidental. En Côte d’Ivoire, la AIF conecta a los pequeños agricultores con los mercados mundiales, aumentando la productividad agrícola y generando empleos. (i) Y en Kenya, la AIF ayuda a desarrollar las capacidades de los trabajadores y las empresas (i) para que las pequeñas y medianas empresas sean más innovadoras y productivas.

Las intervenciones de la AIF-18 mejoran, además, el entorno para la transformación económica. El apoyo de la AIF-18 para reformas regulatorias y desarrollo de infraestructura en Etiopía (i) mejora el clima para la inversión y apoya los ambiciosos programas de reforma del Gobierno, en tanto que el apoyo específico para políticas de desarrollo centradas en el empleo (i) ayuda a Bangladesh a implementar reformas para mejorar el entorno comercial y el clima para la inversión, fortalecer la protección de los trabajadores y mejorar el acceso a puestos de trabajo para las mujeres y los jóvenes.

Al colocar al sector privado en el centro del empleo y la transformación económica, la AIF se asocia con la Corporación Financiera Internacional (IFC) y el Organismo Multilateral de Garantía de Inversiones (MIGA), dos organismos del Grupo Banco Mundial que se centran en el sector privado y promueven la inversión extranjera directa en los mercados emergentes. El Servicio de Financiamiento para el Sector Privado (SFSP) de la AIF ha comprometido USD 185 millones para 13 proyectos, muchos de los cuales se implementan en Estados frágiles. Este financiamiento de la AIF moviliza USD 600 millones de IFC y MIGA y otros USD 800 millones de inversionistas privados. El SFSP apoya a las pequeñas y medianas empresas (pymes) a través de maneras innovadoras, como un mecanismo de distribución de riesgos para ampliar los préstamos bancarios a las pymes desatendidas, las inversiones de capital en fondos para pymes y las soluciones en moneda local.

Además, reconociendo el potencial de la tecnología digital, la AIF apoya la ambiciosa iniciativa del Grupo Banco Mundial sobre el “despegue digital de África” para hacer posible que todas las personas, empresas y Gobiernos de África tengan acceso digital a más tardar en 2030. Con asociados públicos y privados, estamos sentando las bases de la economía digital, que se sustenta en infraestructura digital, habilidades, plataformas, servicios financieros e iniciativa empresarial.

En general, la AIF invierte en las personas —desarrollando el capital humano de los países— al sentar las bases para una buena salud, educación y sistemas de protección social, ya que estos son fundamentales para la agenda del empleo y la transformación económica.

Nuestros diagnósticos muestran desafíos comunes en todos los países de la AIF. Las inversiones y los empleos se concentran en centros urbanos, dando lugar a brechas en el desarrollo regional en general. Grandes segmentos de la población, incluidas las mujeres, las personas con discapacidad y otros grupos desfavorecidos, no son económicamente activos.  Las intervenciones de la AIF abordan estas cuestiones relacionadas: las mujeres en la fuerza laboral, el comercio y la integración regional, la urbanización y la infraestructura climáticamente inteligentes, la gobernanza, y la migración.

La agenda del empleo y la transformación económica es compleja y requerirá un compromiso sostenido y a largo plazo para lograr los resultados necesarios. Incluso mientras trabajamos para lograr un impacto con la AIF-18, ya estamos pensando en cómo continuar mejor esta tarea en la AIF-19, nuestro próximo ciclo de reposición de recursos que abarca el periodo entre 2021 y 2023.

Por ello, junto con la Comisión Económica para África (CEPA), nos reuniremos el 5 de marzo de 2019 en Addis Abeba con encargados de formular políticas y especialistas, y analizaremos los esfuerzos de los países y las nuevas prioridades. Fortalecer nuestras alianzas con líderes nacionales y regionales y trabajar juntos en esta agenda multiplicará nuestro impacto colectivo para generar un desarrollo económico duradero.

Los desafíos en materia de empleo en la próxima década son evidentes y enormes, y lo que está en juego es importantísimo.  Tener éxito significará generar empleos de calidad y productivos para cientos de millones de personas más, crear un futuro económico mejor para los países y brindar a los individuos las oportunidades que necesitan para salir de la pobreza. La AIF está comprometida a lograr ese éxito.


Autores

Akihiko Nishio

Vicepresidente de Financiamiento para el Desarrollo, Banco Mundial

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