Eleanor, una madre de dos hijos del norte de Madagascar, inscribió su microempresa en el departamento de impuestos para poder acceder a los pagos móviles. Con esta nueva cuenta, puede recibir fondos y pagar bienes y servicios, de modo de establecer un historial de transacciones que la podría ayudar a obtener un préstamo.
El Proyecto de Inclusión Financiera en Madagascar (i) del Banco Mundial demuestra el potencial que presentan los servicios financieros digitales y las tecnofinanzas para contribuir a la recuperación económica e impulsar la inclusión financiera en esta nación insular, que desde hace mucho tiempo se encuentra expuesta al cambio climático.
El sector financiero de Madagascar continúa ampliándose, pero la inclusión financiera sigue siendo baja.
El sector está compuesto por más de 30 instituciones financieras, incluidos bancos, instituciones de microfinanciamiento y entidades dedicadas a las operaciones con dinero electrónico. La adopción del dinero móvil (i) aumentó considerablemente entre 2017 y 2020, de 277 cuentas a 645 por cada 1000 adultos. El valor de las transacciones como porcentaje del producto interno bruto (PIB) aumentó del 12 % al 47 % en el mismo período.
Aun así, solo el 18 % (i) de los adultos malgaches accedió a servicios financieros formales en 2017 (i), con brechas entre hombres y mujeres, así como entre zonas urbanas y rurales.
Las tecnofinanzas y la digitalización de los servicios financieros pueden reducir los costos, resolver las asimetrías de información y aumentar la velocidad y la accesibilidad. Este potencial se ha demostrado a nivel mundial, incluso en África oriental (PDF, en inglés), a través del dinero móvil y el crédito digital, que benefician en gran medida a los pobres.
El acceso a una tecnología de internet de calidad (4G/5G, banda ancha), la electricidad (solo el 33 % tiene acceso) y los costos conexos limitan la adopción de las tecnofinanzas y los servicios financieros digitales. También existen otros obstáculos: el 63 % de la población del país vive en zonas rurales con tasas de pobreza más altas, y una cuarta parte carece de un documento de identidad formal.
Los servicios financieros digitales podrían acelerar la recuperación económica y la inclusión en Madagascar
Las instituciones financieras están digitalizando las transacciones para satisfacer necesidades urgentes, como el pago de servicios de salud, agua, luz o beneficios sociales, a bajo costo. Estas oportunidades han sido sumamente valiosas en medio de la pandemia.
Las empresas de telecomunicaciones de Madagascar están autorizadas a prestar servicios de dinero electrónico, y más de 10 millones de personas han abierto cuentas de este tipo. Otras entidades no bancarias también participan en la oferta de servicios financieros digitales, como el correo, que ayuda a distribuir los pagos en respuesta a la pandemia, gracias a su amplia red de puntos de acceso.
Los clientes de las instituciones de microfinanciamiento pueden solicitar préstamos y establecer un historial para mejorar su capacidad crediticia. Una nueva alianza entre ACEP, una filial de microfinanzas malgache, y SAYNA, una empresa emergente, otorga préstamos de entre USD 50 y USD 600 a estudiantes. Las instituciones de microfinanciamiento distribuyeron 448 000 microcréditos a microempresas o pequeñas empresas, lo que ayudó a generar resiliencia.
Con el apoyo del Proyecto de Inclusión Financiera en Madagascar (i) del Banco Mundial, el Gobierno malgache desarrolló un sistema que permitió a las pequeñas y medianas empresas pagar impuestos digitalmente en cuatro regiones. Se estimó que el valor de los impuestos recaudados era de aproximadamente USD 18 millones a fines de 2021.
La pandemia, con sus medidas de bloqueo y sus confinamientos, ha acelerado el avance de varias plataformas de comercio electrónico en Madagascar, como e-sakafo, MyTsena.mg y Mbike Express Delivery.
Como parte de la Estrategia Nacional de Inclusión Financiera del país, elaborada con la asistencia técnica del Banco Mundial, el Gobierno puso como objetivo aumentar la inclusión financiera al 45 % para 2022. Se establecieron las bases de un marco jurídico favorable para la creación de empresas emergentes de tecnofinanzas. Se están aplicando nuevas regulaciones para garantizar que los procesos de “conocimiento del cliente” sean proporcionales al riesgo y no innecesariamente complicados. Las directrices contra la corrupción y los delitos financieros ya se aplican a las empresas de tecnofinanzas.
Los actores locales del ámbito de las tecnofinanzas han formado una asociación y han mantenido conversaciones con el Banky Foibeny Madagasikara (Banco Central de Madagascar) para conocer los requisitos regulatorios aplicables a los prestadores de servicios financieros, crear conciencia acerca de sus actividades y ayudar a orientar la evolución del marco regulatorio para las tecnofinanzas.
Tomando como referencia la Agenda de Bali sobre Tecnofinanzas (i) y las respuestas normativas del Banco de Pagos Internacionales a las tecnofinanzas (i), sugerimos cinco enfoques para acelerar el desarrollo de las tecnofinanzas y los servicios financieros digitales en Madagascar:
- Adaptar el marco regulatorio y de políticas necesario. Se puede crear el marco jurídico propicio estableciendo normas claras y predecibles que permitan adaptarse al cambio tecnológico y, al mismo tiempo, respaldar la confianza de las partes y la confiabilidad en los productos y servicios financieros (en particular, los que no afecten al medio ambiente). Con este marco se deben crear condiciones equitativas que promuevan la innovación, la elección de los consumidores y el acceso a servicios financieros de alta calidad, independientemente del tipo de participante o la tecnología del mercado.
- Adoptar la identificación digital para facilitar el acceso a los servicios financieros. En un contexto en el que la mayoría de los adultos aún carece de una identificación formal, será esencial garantizar que cada ciudadano malgache pueda registrarse fácilmente para acceder a servicios formales.
- Ofrecer incentivos de mercado para impulsar el acceso a los servicios de tecnofinanzas. Por ejemplo, se pueden implementar competencias de modelos de negocios de tecnofinanzas, mecanismos de reducción de riesgos y esquemas de apoyo a laboratorios e incubadoras de innovación. Se necesitará apoyo particularmente para las empresas emergentes dirigidas por mujeres, de modo de acompañar el desarrollo de aptitudes, el financiamiento y la entrada en el mercado.
- Construir los pilares de una economía digital inclusiva. Como se ha mostrado a través de la Iniciativa Economía Digital para África, del Banco Mundial (i), la mejora de la conectividad digital solo podrá generar el impacto transformador deseado en términos de oportunidades económicas y crecimiento inclusivo si se combina con un mejor acceso a los pagos digitales y otros servicios financieros, así como con el apoyo digital a las empresas emergentes y existentes.
- Establecer una infraestructura crediticia sólida e innovadora para promover la seguridad del crédito digital y garantizar que se establezcan requisitos de divulgación adecuados para los nuevos productos y proveedores financieros digitales, a fin de proteger a los clientes.
Únase a la conversación