Todos estamos muy conscientes que las comunidades costeras enfrentan tiempos difíciles en el futuro.
La erosión de las costas, en particular en África occidental, ya ha desplazado a comunidades, y se han registrado pérdidas económicas de alrededor del 2,3 % del PIB solo en Togo. En los últimos 60 años, la temperatura en el océano Índico occidental aumentó 0,6 °C, provocando un masivo blanqueamiento de corales y desastres mortíferos relacionados con el clima en toda la región. Zanzíbar y Mombasa fueron afectados por el fenómeno del blanqueamiento de corales en 1998, sufriendo un costo económico de decenas de millones de dólares. El costo para la naturaleza aún se desconoce.
Se proyecta que el nivel de captura de peces disminuya debido al cambio climático si no se adoptan medidas. Esta caída podría ser del 50 % en Ghana, Côte d’Ivoire, Liberia, Togo, Nigeria y Sierra Leona, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Cuando conversamos con los pescadores y los pescaderos de las comunidades costeras sobre sus desafíos diarios en materia de sobrevivencia y sus miedos acerca del futuro, aumenta nuestra determinación de apoyar la visión de África de desarrollar el potencial económico de sus océanos.
Pese a estos desafíos, somos optimistas.
En la conferencia sobre cambio climático de las Naciones Unidas efectuada el mes pasado en Marrakech (Marruecos), el Banco Mundial, la FAO y el Banco Africano de Desarrollo anunciaron un Plan de medidas para potenciar la resiliencia al clima de las economías oceánicas de África. Con este ambicioso plan de asistencia financiera y técnica se implementarán actividades de adaptación y mitigación del cambio climático, y se aprovecharán las ventajas comparativas de las tres organizaciones.
El plan para África reúne conocimientos y actividades sobre el cambio climático que se enfocan en los sectores relacionados con el océano, concentrándose en vulnerabilidades climáticas específicas de los sectores económicos, incluida la pesca, y de las comunidades que dependen directa e indirectamente de esos sectores.
Nos comprometemos a usar con eficiencia los recursos, fomentando al mismo tiempo el secuestro de carbono y el desarrollo de sistemas hidrometeorológicos y de observación de los océanos para crear mecanismos de alerta temprana y realizar evaluaciones de las amenazas de desastres naturales.
Todos estamos muy conscientes que las comunidades costeras enfrentan tiempos difíciles en el futuro.
La erosión de las costas, en particular en África occidental, ya ha desplazado a comunidades, y se han registrado pérdidas económicas de alrededor del 2,3 % del PIB solo en Togo. En los últimos 60 años, la temperatura en el océano Índico occidental aumentó 0,6 °C, provocando un masivo blanqueamiento de corales y desastres mortíferos relacionados con el clima en toda la región. Zanzíbar y Mombasa fueron afectados por el fenómeno del blanqueamiento de corales en 1998, sufriendo un costo económico de decenas de millones de dólares. El costo para la naturaleza aún se desconoce.
Se proyecta que el nivel de captura de peces disminuya debido al cambio climático si no se adoptan medidas. Esta caída podría ser del 50 % en Ghana, Côte d’Ivoire, Liberia, Togo, Nigeria y Sierra Leona, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Cuando conversamos con los pescadores y los pescaderos de las comunidades costeras sobre sus desafíos diarios en materia de sobrevivencia y sus miedos acerca del futuro, aumenta nuestra determinación de apoyar la visión de África de desarrollar el potencial económico de sus océanos.
Pese a estos desafíos, somos optimistas.
En la conferencia sobre cambio climático de las Naciones Unidas efectuada el mes pasado en Marrakech (Marruecos), el Banco Mundial, la FAO y el Banco Africano de Desarrollo anunciaron un Plan de medidas para potenciar la resiliencia al clima de las economías oceánicas de África. Con este ambicioso plan de asistencia financiera y técnica se implementarán actividades de adaptación y mitigación del cambio climático, y se aprovecharán las ventajas comparativas de las tres organizaciones.
El plan para África reúne conocimientos y actividades sobre el cambio climático que se enfocan en los sectores relacionados con el océano, concentrándose en vulnerabilidades climáticas específicas de los sectores económicos, incluida la pesca, y de las comunidades que dependen directa e indirectamente de esos sectores.
Nos comprometemos a usar con eficiencia los recursos, fomentando al mismo tiempo el secuestro de carbono y el desarrollo de sistemas hidrometeorológicos y de observación de los océanos para crear mecanismos de alerta temprana y realizar evaluaciones de las amenazas de desastres naturales.
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