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¿Qué se necesita para lograr la contención de la COVID-19 (coronavirus) y la reactivación económica?

Un centro donde se toman pruebas para detectar la COVID-19 en el hospital de Viet Phap en Hanoi, Vietnam. Fotografía: © Vietnam Stock Images/Shutterstock. Un centro donde se toman pruebas para detectar la COVID-19 en el hospital de Viet Phap en Hanoi, Vietnam. Fotografía: © Vietnam Stock Images/Shutterstock.

La pandemia de coronavirus es la crisis mundial más urgente de nuestra época, y expone debilidades estructurales y exacerba la desigualdad. Mientras los países enfrentan los impactos de la COVID-19, los encargados de formular las políticas buscan soluciones eficaces y equilibradas para abordar los desafíos tanto en materia de salud pública como de recuperación económica. 

Para comprender qué enfoques han tenido éxito y cómo podrían ayudar a otros países y regiones, organizamos una sesión con funcionarios responsables de formular políticas en Colombia, Ghana, Sudáfrica, Vietnam y la región italiana de Véneto. Procuramos aprender de sus experiencias en las áreas del diseño, la comunicación y la implementación de estrategias para mitigar la crisis de salud pública y prepararse para la reactivación económica. Los expertos mundiales en salud y economía Peter Piot y Carmen Reinhart aportaron sus ideas sobre el complejo, pero necesario equilibrio entre la salud pública y las necesidades económicas. En el debate se destacó que los países y los asociados en la tarea del desarrollo siguen aprendiendo mientras ponen en práctica medidas de mitigación de riesgos.

Durante la conversación surgieron algunos aspectos críticos:

  • Una acción rápida y decidida es fundamental. Las respuestas exitosas han implicado medidas tempranas y pruebas a gran escala, seguimiento de contactos y aislamiento físico de pacientes enfermos y, al mismo tiempo, una adaptación rápida a la evolución de las circunstancias.
  • Los líderes deben generar confianza y comunicarse con honestidad. Esto significa ser abiertos y colaborar con los asociados y las comunidades para ayudar a las personas a responder a la pandemia y tomar las precauciones necesarias.
  • La crisis presenta una oportunidad para mejorar la calidad y el alcance de los servicios esenciales, no solo de la atención de la salud sino también de la protección social, por ejemplo con los pagos digitales para llegar a poblaciones vulnerables que trabajan en la economía informal o carecen de acceso a cuentas bancarias.

Los oradores señalaron que todavía nos encontramos en los primeros días de esta pandemia. Una respuesta eficaz requerirá un alto nivel de coordinación y cooperación dentro de los países y entre países, usando toda la gama de herramientas y opciones posibles.

Vietnam se vio obligado a actuar rápidamente y movilizar a su población debido a los limitados recursos de atención médica, una población numerosa, ciudades densamente pobladas y fronteras con otros países afectados por el brote. El Dr. Dang Quang Tan, del Ministerio de Salud, explicó que la respuesta incluyó una detección estricta en los puertos de entrada y testeos, rastreo de contactos y cuarentena eficaces. El Gobierno divulgó información a través de diversos medios y colaboró con las comunidades para combatir la enfermedad. Dichas estrategias se basaron en la experiencia con epidemias anteriores, incluido el síndrome respiratorio agudo grave (SRAG) y la gripe A (H1N1). Hasta la fecha, el impacto sanitario de la COVID-19 ha sido relativamente menor en Vietnam, y la actividad económica ha vuelto en gran medida a la normalidad. 

Si bien Italia es un país más rico, tiene una población de mayor edad, lo que lo hizo más vulnerable. En el país existe un sistema de salud descentralizado y se ha visto menos afectado por otros brotes recientes de enfermedades transmisibles. A la región del Véneto le fue mejor que a muchas otras regiones del norte de Italia. El Dr. Andrea Crisanti, asesor regional, describió cómo el Véneto respondió rápidamente mediante testeos rápidos, rastreo de contactos, aislamiento y vigilancia para monitorear la propagación, especialmente entre los trabajadores esenciales, los ancianos y otros grupos vulnerables,  con un confinamiento temprano en la ciudad que se registró el primer brote. El enfoque evitó que los hospitales se vieran desbordados o se convirtieran en puntos críticos de transmisión de la enfermedad. El Véneto también está innovando al ayudar a las empresas a tomar pruebas a los empleados usando inteligencia artificial para medir su perfil de riesgo en función del volumen de contacto y la movilidad, y así poder testear con más frecuencia a aquellas personas en mayor riesgo.

Ghana respondió rápidamente a la pandemia cerrando los aeropuertos, desplegando a los trabajadores de salud comunitarios para tomar pruebas y rastrear contactos, y aislando los casos positivos. Las medidas incluyeron el aumento de la capacidad de producción local de equipos de protección personal (EPP) y otros suministros médicos. El Dr. Anthony Nsiah-Asare, asesor del presidente, comentó que el país impuso un confinamiento en las dos ciudades más grandes y redujo la propagación comunitaria promoviendo el lavado de manos, el distanciamiento social y el uso de mascarillas. Se transmitió un mensaje del presidente de este país en que puso énfasis en lo siguiente: “Les aseguro que sabemos qué hacer para recuperar nuestra economía, pero no sabemos cómo recuperar las vidas que se perdieron”. Los esfuerzos, basados en sistemas sólidos, frenaron la propagación del virus y permitieron que ciertos sectores de la economía volvieran a abrirse cuidadosamente, brindando al mismo tiempo apoyo a otros, como el turismo,  que aún no se han recuperado.

Sudáfrica respondió a la pandemia imponiendo un confinamiento y destinando trabajadores de la salud comunitarios para tomar pruebas a las personas, sobre la base de la experiencia adquirida durante la lucha contra el VIH y la tuberculosis. Trudi Makhaya, asesor económico del presidente, mencionó los desafíos para obtener suficientes kits de prueba, abordar los riesgos en los sistemas de transporte público y gestionar rápidamente los epicentros de la enfermedad. Dado que la crisis exacerba la desigualdad, Sudáfrica se centró en distribuir fondos de ayuda social para llegar a un porcentaje mayor de la población y, especialmente, para evitar que las personas se suman aún más en la pobreza.  En el país también se escalonaron los días de pago para evitar la aglomeración en los puntos de pago o las zonas de compras y se están aumentando las obras públicas para crear más empleos. En el futuro, el objetivo será abordar los déficits fiscales, promoviendo al mismo tiempo una economía más ecológica y una mayor integración regional para impulsar la recuperación.

Colombia enfrenta el desafío de realizar suficientes pruebas, mientras llega y apoya al 50 % de su población que trabaja en la economía informal. Luis Guillermo Plata Páez, quien estuvo al frente de la respuesta a la COVID-19, enfatizó que no se puede elegir entre salvar vidas y salvar la economía —ambos objetivos son necesarios— y que un mayor testeo puede acelerar la reapertura económica. El Gobierno trabajó de manera estrecha con el sector privado, impulsando a decenas de empresas a cambiar su producción y empezar a fabricar equipos de protección personal y respiradores.  La crisis aceleró también el uso de la tecnología y la digitalización, lo que es motivo de esperanza de un futuro más próspero para todos los colombianos.

La sesión dejó en claro que los encargados de formular las políticas reconocen que la salud pública y la recuperación económica están interconectadas. Los panelistas se mostraron optimistas de que los países estarán mejor preparados para una nueva oleada de la enfermedad, teniendo mayores conocimientos y experiencias ahora respecto de lo que funciona para minimizar los impactos económicos y sanitarios de la pandemia. Como resumió el moderador Martin Wolf: “Entramos juntos en esto y saldremos juntos de esto. Será difícil para la mayoría de los países recuperarse por completo si el mundo no se cura en conjunto”. Creemos fervientemente que este es el caso.

ENLACES RELACIONADOS

El Grupo Banco Mundial y la COVID-19 (coronavirus)

 

El foro fue un esfuerzo conjunto de Victoria Kwakwa, vicepresidenta de la Oficina Regional de Asia Oriental y el Pacífico, y Annette Dixon, exvicepresidenta de Desarrollo Humano. El equipo fue dirigido por Roberta Gatti, economista en jefe de Desarrollo Humano, y Aaditya Mattoo, economista en jefe de la región de Asia oriental y el Pacífico, y estuvo conformado por Federica Secci (equipo mundial del Departamento de Prácticas Mundiales de Salud, Nutrición y Población), Chloé Desjonquères y Jigyasa Sharma (Grupo de Prácticas de Desarrollo Humano), Maya Brahmam y Aaron Buchsbaum (Proyecto de Capital Humano), y Joe Qian (Relaciones Externas e Institucionales).

Autores

Mari Elka Pangestu

Ex directora gerente de Políticas de Desarrollo y Alianzas del Banco Mundial

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