El intenso esmog en Nueva Delhi obligó a declarar una emergencia por contaminación (i) la semana pasada en esta ciudad. Como la contaminación atmosférica subió a niveles peligrosos y los residentes tuvieron que usar máscaras protectoras, la capital de India tomó una serie de medidas, como prohibir el ingreso de la mayoría de los camiones comerciales a la ciudad y cerrar todas las escuelas, en respuesta a la crisis de la mala calidad del aire. Muchos habitantes se quejaron de dolores de cabeza, tos y otros problemas de salud, y la mala visibilidad causó graves accidentes de tránsito.
Sin embargo, los residentes de Nueva Delhi no son los únicos que sufren las consecuencias de la contaminación. La polución fue responsable de aproximadamente 9 millones, o el 16 %, de todas las muertes prematuras en todo el mundo en 2015, según un informe publicado el mes pasado por la Comisión sobre Contaminación y Salud, (i) una iniciativa de The Lancet y otras instituciones. Esta cifra representa tres veces más muertes que las causadas por el sida, el paludismo y la tuberculosis en conjunto; 15 veces más muertes que las ocasionadas por la guerra y todos los tipos de violencia, y más muertes que las provocadas por el alcohol (2,3 millones), los accidentes de tránsito (1,4 millones) o la malnutrición infantil y materna (1,4 millones).
La Comisión informa también que las enfermedades relacionadas con la contaminación causan pérdidas de productividad anuales equivalentes a casi el 2 % del producto interno bruto (PIB). Además, generan costos de salud que contribuyen al 1,7 del gasto en salud anual de los países de ingreso alto y hasta un 7 % del mismo gasto en los países de ingreso mediano con altos niveles de contaminación y de rápido desarrollo. Las pérdidas en términos de bienestar como consecuencia de la contaminación se estiman en USD 4,6 billones al año, lo que equivale al 6,2 % de la producción económica mundial.
La contaminación dista de ser un problema de las personas ricas, ya que mata de manera desproporcionada a los pobres y vulnerables. Casi el 92 % de todos los decesos relacionados con la polución ocurre en países de ingreso bajo y mediano. En especial, los niños tienen un alto riesgo de sufrir enfermedades relacionadas con la contaminación; la exposición a contaminantes durante el embarazo y la primera infancia aumenta el riesgo de enfermedades, discapacidad y muerte en la infancia y a lo largo de toda la vida.
La polución fuera y dentro de nuestros hogares, las vías fluviales y las zonas costeras, y del suelo contribuye a la carga sanitaria informada por The Lancet. La contaminación atmosférica, química y de la tierra están aumentando, y el mayor incremento se registra en los países de ingreso bajo y mediano de rápido desarrollo y rápida industrialización. No obstante, según The Lancet, la contaminación del aire y el agua en el hogar está disminuyendo lentamente, lo cual es una buena noticia.
Con el fin de ayudar a contener esta enorme carga sanitaria y ambiental, el Grupo Banco Mundial trabaja con los países en desarrollo y nuestros asociados para reducir la contaminación, implementar una gestión adecuada de los residuos, mejorar la calidad del agua y el aire, y fomentar un desarrollo limpio para tener condiciones de vida más saludables y mejores oportunidades económicas. Los compromisos del Banco Mundial (BIRF/AIF) para proyectos de control de la contaminación y salud ambiental totalizaron más de USD 7000 millones entre los ejercicios de 2009 y 2016. Estos compromisos están en consonancia con los dos objetivos del Grupo Banco Mundial de poner fin a la pobreza extrema y promover la prosperidad compartida.
Para abordar el desafío de la contaminación, es necesario tomar medidas en muchos frentes y realizar un esfuerzo sostenido . Necesitamos hacer un mejor seguimiento del problema y aumentar la conciencia pública. Necesitamos formular normativas y hacer que se cumplan. Necesitamos fomentar una buena gestión de los contratos en las industrias contaminantes. Necesitamos controlar el tráfico y el mantenimiento de los vehículos. Necesitamos producir cambios en los comportamientos. Y, algunas veces, tenemos que limpiar los sitios contaminados. La diversidad de grupos involucrados también apunta a la necesidad de contar con mensajes específicos que hagan eco en las diferentes audiencias. Además, se necesita liderazgo —a nivel local, nacional y mundial— para iniciar y mantener coaliciones en favor del cambio; identificar soluciones a gran escala; formular y hacer cumplir las normas; y asegurar el financiamiento para los programas de prevención y reducción de la contaminación.
Gran parte del trabajo hacia adelante precisa el establecimiento de alianzas entre sectores e instituciones. Estas instituciones incluyen a la Organización Mundial de la Salud en su calidad de líder mundial en el sector sanitario, centros de estudios, organizaciones de la sociedad civil, organismos multilaterales y financieros, entidades financieras bilaterales, fundaciones y el sector privado. Sobre la base de nuestra trayectoria y labor multisectorial —en las esferas del medio ambiente, la salud, el buen gobierno, la energía, el agua, la macroeconomía y la gestión fiscal—, el Banco Mundial puede ayudar a los países a impulsar los cambios de políticas y a mejorar la gobernanza, la capacidad institucional, las comunicaciones y los comportamientos para reducir la contaminación. Esto, combinado con inversiones en prevención y actividades de limpieza, ayudará a limitar el papel de la contaminación como una carga importante para la salud pública y el crecimiento económico.
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