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Se buscan empresarios para ayudar a poner fin a la pobreza

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Los Gobiernos de muchos países en desarrollo se esfuerzan para llegar a las personas que viven en la pobreza extrema e incorporarlas en la economía formal. Pero hay un tipo especial de empresarios que está haciendo, incluso en los lugares más difíciles, lo que los Gobiernos no suelen poder hacer. 

Valiéndose de la innovación (i) y la tecnología, están proporcionando bienes, servicios y empleo esenciales a grupos de población pobres y marginados, especialmente cosas imprescindibles como agua limpia y energía, desagües sanitarios en los barrios marginales, y servicios sanitarios en zonas remotas. También están impartiendo formación rápida de jóvenes en tecnologías de la información, prestando servicios agrícolas para mejorar los ingresos de los pequeños agricultores, y ayudando a reducir la violencia contra la mujer.

Estos "empresarios sociales" combinan la misión de una asociación sin fines de lucro con la disciplina de una empresa privada.  Tengo el honor de conocer a algunos de ellos esta semana en el Foro Mundial Skoll de Emprendimiento Social (i) en la Escuela de Negocios Saïd de la Universidad de Oxford.

No podría estar más de acuerdo con el objetivo del Foro: promover planteamientos y soluciones empresariales a los problemas más acuciantes del mundo. Sin la participación del sector privado, nos resultará imposible alcanzar los ambiciosos Objetivos de Desarrollo Sostenible antes de fines de 2030.

Impulsados por su pasión por generar un impacto, los empresarios sociales pueden ser especialmente eficaces en los países en desarrollo, y sus empresas están logrando resultados. Los siguientes son algunos ejemplos:

  • Mobisol, (i) una empresa social con fines de lucro, provee a hogares de Rwanda y Tanzanía sistemas de energía solar a precios asequibles. Valiéndose de un modelo operativo novedoso de arrendamiento con opción de compra y pagos de dinero móvil, Mobisol ha llegado a más de 70 000 hogares. IFC, la institución miembro del Grupo Banco Mundial que se ocupa del fomento del sector privado, ha invertido más de 5 millones de euros en la empresa
  • Waterlife, (i) otra empresa social con fines de lucro, se vale de tecnología para abastecer de agua potable a precios asequibles a los grupos de población subatendidos de Asia meridional y de África al sur del Sahara. Gracias a una pequeña donación y apoyo para el fortalecimiento de la capacidad proporcionados por el Banco Mundial, Waterlife amplió el alcance de su modelo en los estados más pobres de India. En la actualidad, tiene 600 emplazamientos que llegan a más de 7 millones de clientes.
  • También en India, en el marco del Programa de Apoyo Rural Aga Khan (i) se ha colaborado con más de 20 000 agricultores para ayudarlos a reducir los costos agrícolas. Con dicho programa se capacitó a los agricultores para preparar y usar fertilizantes orgánicos y para comercializarlos profesionalmente con el fin de obtener ingresos adicionales. Se ha capacitado a 50 agricultoras como microempresarias, quienes están produciendo y vendiendo fertilizantes orgánicos, y obteniendo beneficios.
Desde 1998, el Grupo Banco Mundial ha otorgado donaciones por valor de USD 132 millones por concurso a través del programa de la Feria del Desarrollo, y ha respaldado programas mundiales de negocios inclusivos como parte del Programa de Acción del Grupo de los Veinte (G-20). (i)

Los empresarios sociales generan un impacto social y económico elevado aplicando modalidades novedosas de negocios (i) para crear empleo en los mercados de ingreso bajo o frágiles y afectados por conflictos. Debido a su sólida comprensión de las condiciones de las comunidades que atienden, los empresarios sociales suelen innovar y repetir para desarrollar un modelo operativo que sea eficaz en función de los costos, pero que también proporcione un buen rendimiento en los mercados de ingreso bajo. Sus productos deben ser validados por los clientes para que la empresa siga funcionando.

Estos factores permiten a los empresarios sociales abordar eficazmente problemas cruciales. Por ejemplo, estos empresarios han desarrollado modelos para ayudar a las comunidades de refugiados (i) a integrarse en los países en los que han encontrado refugio. El planteamiento consiste en lo siguiente:
  • Mejorar la capacidad y las oportunidades de empleo, respaldar a los empresarios refugiados, e integrar a los refugiados en los mercados de trabajo locales. Por ejemplo, impartir formación técnica a través de un modelo de campamento de entrenamiento seguido de capacitación en el empleo puede proporcionar a la empresa una fuente de ingresos para subvencionar la educación de nuevos estudiantes.
     
  • Mejorar la seguridad y reducir la violencia contra la mujer y los niños mediante innovaciones que se valen de la tecnología y soluciones impulsadas por la comunidad para promover cambios conductuales. Estas soluciones comprenden campañas de difusión por telefonía móvil, sistemas de alerta, y ayuda para las víctimas, todo lo que se ha implementado en campamentos de refugiados en Kenya.
     
  • Llenar las lagunas de la prestación de servicios. Los refugiados que crean empleo para prestar servicios a otros refugiados pueden cumplir una función importante para cicatrizar heridas y empoderar a la comunidad. Además, estos son empleos que no desplazan del trabajo a los nativos de los países de acogida ni recargan servicios públicos sobrepasados.
Las empresas sociales también ayudan a abordar las causas básicas de los conflictos al crear comunidades con mayor resiliencia gracias a la generación de medios de subsistencia sostenibles. Con otras iniciativas del Grupo Banco Mundial, como un programa de USD 300 millones en Jordania, (i) se procura permitir a los refugiados trabajar durante su estada en los países de acogida, lo que complementaría los planteamientos de las empresas sociales.

En calidad de banco mundial de desarrollo, el Grupo Banco Mundial tiene la capacidad de dar un mayor alcance a ideas prometedoras, y convertir proyectos piloto locales en iniciativas de alcance regional o mundial de gran escala. Debemos prestar apoyo a los empresarios de los países en desarrollo que encaran problemas para poner en marcha empresas de alto crecimiento. 

Nos encontramos en un medio volátil e incierto en el que problemas como el desplazamiento forzado, la desigualdad, el extremismo violento y el cambio climático amenazan con invertir décadas de progreso. Solo aprovechando el poder del sector privado de nuevas maneras podremos superar esas dificultades y garantizar la estabilidad y las oportunidades para todos.
 

Autores

Jim Yong Kim

Ex Presidente del Grupo del Banco Mundial

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