El mercado de sukuk en 2024
Los sukuk son certificados financieros y el instrumento que cumple con la ley islámica más parecido a los bonos convencionales. La emisión total de sukuk en 2024 ascendió aproximadamente a USD 180 000 millones, y el mercado va en camino de alcanzar un monto pendiente total de USD 1 billón en los próximos años.
En 2024 se concretaron varias operaciones internacionales importantes como la emisión de sukuk verdes a 30 años de Indonesia, una emisión de USD 5000 millones de Arabia Saudita y un sukuk de sostenibilidad de USD 2500 millones emitido por el Banco Islámico de Desarrollo. Estas transacciones demuestran la extraordinaria profundidad de este mercado. Las principales jurisdicciones emisoras durante el año fueron Malasia, Arabia Saudita e Indonesia.
¿Qué impulsará un mayor crecimiento en 2025?
Aunque el crecimiento interanual de los volúmenes de sukuk sigue siendo impresionante, la clave para liberar todo el potencial del mercado es atraer a más inversionistas institucionales tradicionales. A excepción de los principales centros financieros islámicos miembros del Consejo de Cooperación del Golfo y ubicados en el sudeste asiático (y algunos compradores habituales de sukuk en Europa y Estados Unidos), los inversionistas institucionales desconocen los sukuk o los consideran un producto exótico que está al margen de su mandato de inversión. El mercado de los bonos islámicos podría alcanzar otro nivel de desarrollo si un mayor número de estos inversionistas tratara este instrumento como equivalente de los bonos, que son considerados inversiones de renta fija.
Los sukuk verdes, una clave para ampliar el mercado
A lo largo de los años, los comentaristas han señalado puntos en común entre los sukuk y los bonos verdes. Por ejemplo, ambos instrumentos se centran en el uso de los fondos y utilizan órganos de validación externos e independientes (consejos de la sharia en el caso de los sukuk y proveedores de opinión neutrales en el caso de los bonos verdes). Y, lo que es más importante, tanto los sukuk como los bonos verdes proporcionan a los inversionistas productos que se ajustan a sus creencias éticas, así como a sus rendimientos financieros previstos.
Además, la aparición de los sukuk verdes, que se emitieron por primera vez en Malasia en 2017, ha unido a ambos productos. Desde esa primera emisión, los sukuk verdes (junto con los sukuk sostenibles) han crecido hasta representar alrededor del 10 % del mercado total de los bonos islámicos. Los emisores en este mercado son diversos, y abarcan desde entidades soberanas (como Indonesia) y supranacionales (como el Banco Islámico de Desarrollo) hasta empresas e instituciones financieras. A pesar de las similitudes entre los sukuk y los bonos verdes y el desarrollo de un mercado de sukuk verdes, ambos instrumentos han permanecido en gran medida en sus propias esferas. Los sukuk y los bonos verdes han prosperado entre diferentes bases de inversionistas en distintas regiones del mundo. En el gráfico 1 se muestra el crecimiento de los mercados de bonos verdes, sukuk y sukuk sostenibles.
El efecto de la “hamburguesa de tofu”
Las recientes medidas para estandarizar el mercado de los sukuk verdes ofrecen el potencial de crear un puente entre los dos mundos de la inversión. El acontecimiento más importante fue la publicación, en abril de 2024, de un documento de orientación sobre los sukuk verdes, sociales y de sostenibilidad, elaborado conjuntamente por el Banco Islámico de Desarrollo, la Asociación Internacional de Mercados de Capitales y la Bolsa de Valores de Londres. Para muchos inversionistas tradicionales, las orientaciones de este tipo promulgadas por reconocidos líderes del mercado deberían tener el efecto de “envolver” lo desconocido (los sukuk) en algo que resulte familiar y que ha sido probado (el sólido marco de bonos verdes y sociales).
A esto lo llamamos el efecto “hamburguesa de tofu”. Cuando el tofu se popularizó inicialmente en Estados Unidos en la década de 1970, la proteína a base de leche de soja era desconocida para la mayoría de los consumidores. Al igual que un fondo de pensiones tradicional presentado por primera vez con los sukuk, un consumidor podría haber decidido que el producto era simplemente demasiado exótico para comprarlo. Para que los consumidores se sintieran cómodos con el tofu, fue necesario poner el producto en algo familiar y bien conocido, como un pan de hamburguesa.
En esta analogía, la orientación conjunta serviría como el equivalente del pan de hamburguesa; podría hacer que los sukuk fueran percibidos como algo menos extraño por amplios segmentos de inversionistas tradicionales.
Conclusión
A pesar de las dificultades causadas por la inflación persistente y la incertidumbre geopolítica, en 2024 diversos emisores accedieron al mercado de los sukuk y se lograron acuerdos sin precedentes tanto en términos del volumen como del vencimiento. Esperamos que el sólido desempeño continúe en 2025, y creemos que los sukuk verdes son clave para aumentar la capacidad de los emisores de sukuk en el mercado.
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