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Todos podemos contribuir a ampliar el espacio para un acuerdo político sobre el cambio climático

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La creciente expectación en torno al llamado del secretario general de las Naciones Unidas de un mayor liderazgo contra el cambio climático ha sido evidente en las últimas semanas, y especialmente hoy aquí en Nueva York durante la “Movilización Climática de los Pueblos”, y el inminente inicio de la Semana del Cambio Climático y a solo dos días de la Cumbre sobre el Clima de la ONU
 
En el Grupo del Banco Mundial, hemos recibido llamados de nuestros clientes —los países y las empresas— quienes nos piden apoyo y quieren saber cómo pueden participar en las diferentes iniciativas relacionadas con el cambio climático que se están realizando en todos los sectores de la economía. 

La semana pasada, mientras esperaba en el patio de la escuela de mi hija, conversé con otros padres y descubrimos que muchos de nosotros participaríamos en la marcha de Nueva York. La comunidad religiosa de nuestras familias puso buses a disposición y ofreció alojamiento a quienes quisieran ir a esta ciudad a participar en la jornada, cuyo objetivo era exigir que se tomen medidas contra este problema. Nueva York es solo uno de los lugares. Los organizadores de la marcha dijeron que había más de 150  otros eventos relacionados a través de todo el mundo.
 
A continuación, trataré de exponer cómo creo que esta Cumbre puede ayudar a promover la acción y a lograr la rapidez y el nivel de las medidas que necesitamos. 
 
1. La Cumbre puede ampliar la zona para un posible acuerdo  
 
En la teoría de la negociación —específicamente, las negociaciones basadas en intereses—, existe el concepto de una zona de posibles acuerdos. La Cumbre puede ayudar a expandir el espacio político y ampliar esa zona.
 
En la Cumbre, observaremos una extraordinaria variedad de acciones concretas originadas en las asociaciones —alianzas de trabajo— que crean ese espacio político. Se inicia con la fijación del precio del carbono. Hemos visto una notable oleada de apoyo a la fijación del precio del carbono (i) a medida que los países, estados, provincias, ciudades y empresas comparten sus experiencias de cómo lo están haciendo ahora, cómo estos mecanismos están aumentando la innovación y generando empleos, y cómo planificarán sus futuros. 
 
Dado que tantos líderes se han comprometido a afrontar los factores económicos que impulsan el cambio climático, empezamos a abrirnos a la posibilidad de un mejor acuerdo durante las negociaciones internacionales sobre el cambio climático en París en 2015. No estamos diciendo más que “si solo pusiéramos un precio al carbón entonces las cosas serían diferentes o mejor”. Ahora, una considerable parte de la población mundial ha fijado el precio del carbón, y muchas más jurisdicciones están planeando hacer lo mismo. Las empresas que producen los cereales que comemos al desayuno, que fabrican nuestros teléfonos móviles, que nos transportan por todo el mundo, y nos proveen servicios bancarios y gestionan nuestros fondos de pensiones están incluyendo la fijación del precio del carbono en sus procesos de toma de decisiones. (i) Tras superar la situación del “si” y el “cuándo”, ahora podemos concentrarnos en el “cómo” y aprender unos de otros. 
 
2. La Cumbre ha asegurado, de una vez por todas, que el cambio climático nos incumbe a todos
 
Por primera vez desde la ronda de negociaciones sobre el cambio climático de Copenhague en 2009, este tema está de nuevo en las carpetas de los presidentes y primeros ministros. En el Grupo del Banco Mundial, estamos trabajando para apoyar a los ministros de Economía, Hacienda y Planificación quienes deben abordar la complejidad del cambio climático. 
 
Desde la  Cumbre de Copenhague, también es algo nuevo la movilización de los directores ejecutivos de todos los sectores económicos alrededor del mundo, quienes dicen que la acción en materia climática es fundamental para la planificación empresarial. Es un tema central para la planificación a largo plazo y la rentabilidad de las empresas en todas las áreas de la economía. Resulta muy diferente la realización tanto en el sector público como en el sector privado que esto tiene que ser hecho de manera conjunta. Necesitamos el liderazgo en ambos sectores, y necesitamos que actúen juntos. 
 
Profundizando incluso más en esto, al ver a representantes de comunidades confesionales, la sociedad civil, las empresas, las mujeres, los Gobiernos y el secretario general de la ONU marchando codo a codo para exigir medidas hoy, el mensaje es sin lugar a dudas que “el cambio climático está determinando mi futuro, y este es un asunto de mi incumbencia”. 
 
3.  El liderazgo es realmente importante
 
Hemos visto en los días pasados, cercanos a la Cumbre, la publicación de muchos informes económicos y a muchos comentaristas de temas de economía planteando que las medidas para mitigar el cambio climático son asequibles, y que afrontar los efectos de este será cada vez más caro mientras más nos demoremos en hacerlo. 
 
En los últimos años, surgió un notable consenso científico. Ahora, un sólido consenso económico está también emergiendo. El elemento faltante es un liderazgo político generalizado. El secretario general de la ONU ha convocado a todos a esta Cumbre, y 125 o más jefes de Estado han confirmado su asistencia.
 
El liderazgo es importante. Nuestros líderes tienen en frente de ellos los análisis científicos y económicos. Ellos tendrán que actuar en los próximos 15 meses, y cómo lo hagan importará mucho.
 
4. El cambio climático es el máximo intensificador de la amenaza
 
El cambio climático hace más difícil cada aspecto del desarrollo. Desde ahora y hasta 2015, al mismo tiempo que tratamos de forjar un acuerdo sobre medidas relativas al clima más allá de 2020, el mundo también está embarcado en negociaciones respecto de la próxima generación de objetivos de desarrollo. La Cumbre nos recuerda a todos el contexto que existe para el logro de los objetivos de desarrollo y este es que estamos enfrentando un mundo en que las emisiones de carbono están limitadas, donde los impactos climáticos son profundamente desestabilizadores, donde los pobres son más vulnerables, y donde el cambio climático podría empujar a más personas a sumirse de nuevo en la pobreza.
 
Este entorno modifica completamente la manera cómo podemos alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible (ODS), y hace que las medidas para mitigar el cambio climático y fortalecer la resiliencia  sean prioridades políticas y económicas cruciales y, francamente, que sean el sostén moral de los ODS.
 
5.  Los movimientos se crean en los lugares donde nuestras vidas son afectadas 
 
La marcha, las actividades de la Semana del Cambio Climático y la Cumbre  han empezado a dejar claro que esto es un asunto importante para todos nosotros, que nos incumbe a todos y que existen maneras a través de las cuales todos podemos sentirnos útiles.
 
El último punto es fundamental para sostener el movimiento. Esto es enorme y tiene un carácter mundial,  pero se trata de usted y de mí. Es algo que los líderes deben decidir, sin embargo se trata de a quién elegimos que nos dirija en este camino. Necesitamos a todos los líderes gubernamentales, empresariales, financieros, religiosos y a cualquiera que le importe crear un futuro en que podamos vivir. Todos nosotros somos necesarios. 


Autores

Rachel Kyte

Vicepresidenta y enviada especial para el Cambio Climático del Grupo Banco Mundial

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