La semana pasada Gobiernos y organizaciones se congregaron en el Foro sobre Fragilidad 2018, organizado por el Banco Mundial, y la comunidad internacional dio un importante paso en la lucha contra la fragilidad. Al escuchar a los afectados, pudimos comprender mejor el problema y pensar de manera colectiva qué deberíamos hacer para poner fin a las situaciones de fragilidad.
Hubo consenso en que se trata de una responsabilidad de todos actuar de forma urgente sobre la base de un mejor entendimiento del problema y de lo que significa para las comunidades vulnerables. Todos hemos sido testigos del sufrimiento de los afectados. En lugares como Siria, Myanmar, Yemen y Sudán del Sur, muchas personas están perdiendo sus vidas, dignidad y medios de subsistencia. Se espera que más de la mitad de los pobres del mundo viva en entornos frágiles para 2030 ; no podemos poner fin a la pobreza a menos que promovamos la estabilidad, la prosperidad y la paz en estos sitios devastados por conflictos y crisis.
Durante el Foro sobre Fragilidad, nuestros asociados plantearon que la única manera de solucionar esta crisis es aumentando urgentemente nuestra labor en el ámbito económico. En particular, es importante:
- Priorizar la prevención en la gestión de los riesgos de conflicto y de crisis. Esto significa centrarse en los factores que impulsan la fragilidad, abordando los riesgos en una fase temprana y, cuando los riesgos son altos o van en aumento, encontrar soluciones inclusivas a través del diálogo y aplicar normativas adecuadas, entre ellas políticas de desarrollo. Este enfoque se destaca en nuestro nuevo informe: Pathways for Peace: Inclusive Approaches to Preventing Violent Conflict (Opciones de paz: Planteamientos inclusivos para prevenir los conflictos violentos). (i) Existen numerosos ejemplos exitosos: países como Indonesia, Kenya y Túnez han aplicado con buenos resultados medidas de prevención contra conflictos.
- Fortalecer las asociaciones entre los actores de los ámbitos de asistencia humanitaria, de seguridad, de la paz y del desarrollo. Cuando ocurre un conflicto, la coordinación estrecha entre las partes interesadas puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Deqa Yasin, ministra de Desarrollo de la Mujer y Fomento de los Derechos Humanos de Somalia, señaló que cuando se produce una crisis importante en su país, las autoridades tienen problemas para conseguir apoyo rápido y efectivo, y lo que se necesita, dijo, “es trabajar de manera coordinada y no de forma aislada”.
- Atraer al sector privado para que sea una fuente de crecimiento, empleos y prestación servicios. El fomento de un sector privado sólido es esencial para impulsar el desarrollo en los países frágiles y afectados por conflictos. En el Grupo Banco Mundial, hemos establecido dos mecanismos de financiamiento para estimular la inversión en estos países: un servicio de asesoría para la creación de mercados que tiene como objetivo satisfacer la creciente demanda de consultoría y aumentar el número de proyectos listos para la inversión, y un nuevo mecanismo para el sector privado de USD 2500 millones que ayudará a catalizar la inversión en los países pobres afectados por conflictos y situaciones de fragilidad.
- Proteger y empoderar a las comunidades vulnerables, como los refugiados, las mujeres y los niños. Si bien nuestra meta principal debe ser la prevención de los conflictos para reducir el número de refugiados y desplazados internos en el mundo, tenemos que centrarnos de inmediato en apoyar las necesidades de desarrollo de los más de 65 millones de refugiados y desplazados internos y de los países que abren sus fronteras para acogerlos. En Jordania, el costo anual de los servicios públicos para los refugiados llega a los USD 1500 millones, alrededor del 4 % del PIB. Es nuestra responsabilidad aportar soluciones de desarrollo junto con soluciones humanitarias para abordar los desafíos que enfrentan los refugiados y las comunidades de acogida. Esto es igualmente cierto para las mujeres y los niños en situaciones de fragilidad, que se ven mucho más afectados.
Estos cuatro enfoques en conjunto ayudarán a nuestros países clientes a enfrentar las situaciones de fragilidad antes de que se conviertan en conflictos , y a apoyarlos durante y después de los conflictos. En el Grupo Banco Mundial nos hemos comprometidos firmemente con esto, e instamos a todos los asociados de la comunidad internacional a hacer lo mismo. En la última reposición de recursos de la Asociación Internacional de Fomento (AIF), nuestro fondo dedicado a los países más pobres, hemos duplicado el financiamiento para aumentar la resiliencia en las zonas frágiles y afectadas por conflictos. También hemos establecido un financiamiento adicional de la AIF dirigido a comunidades vulnerables, como los refugiados, a fin de prevenir que los países en riesgo enfrenten conflictos.
Si trabajamos todos juntos podremos evitar que las situaciones de fragilidad, los conflictos o la violencia sean obstáculos que impidan a las personas salir de la pobreza. Es necesario que todos nosotros actuemos de forma urgente para lograr esa tan anhelada promesa. ¡Manos a la obra!
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