Rechazar ideas erradas sobre las mujeres que son muy comunes en la agroindustria podría ayudar a aumentar las oportunidades de negocios para el sector privado
Líderes de todo el mundo se reunieron en el último Foro Económico Mundial en Davos (PDF, en inglés) para analizar algunas de las cuestiones más apremiantes en la actualidad, entre ellas la agricultura y la seguridad alimentaria y una mayor inclusión social. Dado que se espera que la población mundial aumente a más de 9000 millones para 2050 y que la demanda de alimentos suba bruscamente, (PDF, en inglés) es más urgente ahora que en el pasado abordar los problemas en materia de seguridad alimentaria. También es necesario adoptar medidas más estrictas para reducir las disparidades de género, ya que las mujeres no deberían esperar 170 años para superar las brechas existentes. (i)
En vísperas de la reunión de Davos, la Corporación Financiera Internacional (IFC) dio a conocer un informe sobre la agroindustria titulado Investing in Women along Agribusiness Value Chains (PDF, en inglés) en el que se plantea cómo las empresas pueden aumentar la productividad y la eficiencia en el sector agrícola cerrando las brechas económicas y sociales entre mujeres y hombres a lo largo de las cadenas de valor, desde las explotaciones agrícolas hasta el comercio minorista y otros actores. Las investigaciones que realicé para el informe indican que encontrar una solución para abordar dos de los desafíos más apremiantes —la seguridad alimentaria y la igualdad de género— no es difícil.
Las mujeres representan más del 40 % de la mano de obra agrícola en todo el mundo y desempeñan un papel principal en la agricultura. Sin embargo, ellas enfrentan diversos obstáculos, como un acceso limitado a insumos agrícolas, tecnologías, financiamiento y redes. Como indica el informe, un número cada vez mayor de empresas reconocen ahora que invertir en las mujeres puede ayudar a aumentar los resultados de las empresas y, al mismo tiempo, mejorar las condiciones de vida de las personas en las zonas rurales.
Sin embargo, a pesar de la clara justificación comercial, uno se pregunta por qué las iniciativas de las empresas exitosas no están siendo reproducidas por una mayor cantidad de compañías. La respuesta probablemente reside en los conceptos erróneos que predominan en la agroindustria acerca de las mujeres, pese a los promisorios modelos de negocios de inversiones inteligentes en relación con el género implementados por empresas multinacionales como Mondelēz International y Primark. (PDF, en inglés)
Las empresas agroindustriales necesitan apoyo para identificar dónde y cómo pueden cerrar las brechas de género en sus cadenas de valor. Un buen punto de partida sería rechazar las ideas erradas sobre las mujeres que son muy comunes en el sector.
Tres conceptos erróneos comunes
1. Las mujeres no desempeñan funciones importantes en la agroindustria
Las mujeres desempeñan funciones importantes en la agricultura, pero sus labores no siempre son reconocidas. Por ejemplo, las actividades agrícolas de las pequeñas agricultoras suelen considerarse parte de sus tareas domésticas. Como consecuencia, sus aportes siguen siendo informales y no reciben el debido reconocimiento. Esto tiene un efecto en cadena —acceso restringido a los mercados, las organizaciones de agricultores y las cooperativas— que afecta la productividad de las agricultoras y su visibilidad ante los vendedores y comerciantes.
En las explotaciones agrícolas de cacao en África occidental, por ejemplo, las mujeres son responsables de secar los granos de cacao, un paso crucial en el procesamiento del cacao y que determina la calidad del producto final. Para estabilizar el suministro y formalizar el aporte de las mujeres, la fábrica de chocolate Nestlé definió las funciones de las agricultoras en su cadena de suministro en Côte d’Ivoire.
2. Las mujeres no son un mercado de clientes rentable
Reconocer a las mujeres como una base de clientes (i) puede dar lugar a oportunidades de mercado para las empresas agroindustriales. Las empresas procesadoras de alimentos ya están a la vanguardia en este ámbito, ya que se concentran en el mercado femenino y aprovechan el interés de los consumidores en soluciones inteligentes desde la perspectiva de género. Por ejemplo, Twin Trading promueve sus productos “café de mujeres”, (PDF, en inglés) los que son reconocidos por su calidad superior y vendidos a precios altos. Es una tendencia alentadora que las empresas que operan en otras etapas de la cadena de valor, como los proveedores de insumos, reconozcan ahora enfoques inclusivos en materia de género para llegar de forma efectiva a sus clientes, incluidas las agricultoras. Un ejemplo exitoso es la microfranquicia Krishi Utsho, (PDF, en inglés) operada por CARE Bangladesh, que creó mercados y tiendas para insumos de alta calidad en zonas rurales de Bangladesh centrándose en las agricultoras. Estas agricultoras, que suelen enfrentar desafíos para obtener insumos, resultaron beneficiadas después de que la compañía abrió más de 100 tiendas. Krishi Utsho planea inaugurar más de 200 tiendas de este tipo.
3. Los hombres no se benefician de los programas de igualdad de género
Es un error común pensar que los programas sobre igualdad de género en la agricultura y otros sectores están dirigidos exclusivamente a las mujeres. No obstante, los programas de este tipo exitosos procuran cerrar la brecha entre mujeres y hombres para beneficiarlos a todos ellos. Empresas como la productora de chocolate Mondelēz International (PDF, en inglés) colaboraron con IFC para determinar el papel que desempeñan las mujeres y los hombres en el sector del cacao y evaluar su contribución en las diversas etapas del proceso de producción. Los análisis sobre cuestiones de género permiten a las empresas evaluar las disparidades y definir las oportunidades para las mujeres y los hombres que participan en la producción agrícola y adaptar los programas de género de las empresas según corresponda.
Sobre la base de esos estudios analíticos, las familias de los agricultores pueden apreciar mejor el valor que cada miembro aporta al hogar y entender más el rol de los pequeños establecimientos agrícolas como empresas familiares. Esto puede conducir a una mayor cooperación entre los integrantes del hogar, fortaleciendo al mismo tiempo a las familias agrícolas y las cadenas de suministro agroindustriales.
La publicación de IFC Investing in Women along Agribusiness Value Chains (i) muestra de qué manera esos conceptos erróneos pueden ser eliminados, especialmente porque las oportunidades de negocios para el sector privado son demasiado valiosas como para desaprovecharlas.
Los asistentes a la reunión de Davos destacaron la importancia de la seguridad alimentaria y la igualdad de género. Invertir en las mujeres en cada etapa de la cadena de valor agroindustrial reúne estas dos agendas. Las inversiones inteligentes desde la perspectiva de género son parte de la solución para encarar estos desafíos mundiales, ya que pueden fortalecer las cadenas de valor, apoyar el suministro de alimentos a nivel mundial y mejorar los medios de subsistencia, beneficiando tanto a los agricultores como a las empresas.
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