¿Qué herramientas y tácticas deben usar los asociados en el desarrollo en el esfuerzo mundial para acabar con la pobreza extrema y promover una prosperidad compartida? El presidente Jim Yong Kim señaló que la próxima frontera para el Grupo del Banco Mundial incluirá un fuerte enfoque en una entrega consistente, para garantizar que los bienes y los servicios lleguen a los beneficiarios previstos incluso en las condiciones más difíciles. ¿Cómo podemos solucionar los problemas de entrega que contribuyen a una elevada y creciente desigualdad global?
Como en otros sectores, la entrega coherente en el desarrollo requiere proporcionar a los líderes que están a la vanguardia el mejor conocimiento disponible sobre lo que funciona, pero al mismo tiempo haciéndolos responsables de generar datos sobre el desempeño, y después usar esta información para adaptar sus enfoques a las realidades locales.
Comprendemos muy bien (i) cómo generar las evidencias sobre qué funciona a través de experimentos en terreno y ensayos aleatorios controlados, herramientas inspiradas por los periodos de prueba de la medicina. Sin embargo, hay mucho menos consenso sobre cómo conseguir lo que el Dr. Kim denomina (i) una buena disposición para hacer “ajustes constantes, la voluntad de asumir riesgos inteligentes y la persistente atención en los detalles durante la ejecución”.
En un reciente blog, (i) Owen Barder describe el desafío fundamental del desarrollo global —la complejidad— recurriendo a metáforas de la industria del software. Owen sostiene que la comunidad del desarrollo sigue un modelo en cascada basado en la aplicación rígida de un plan maestro cuidadosamente preparado, más que un desarrollo ágil, es decir un enfoque adaptativo y reiterativo y que sea altamente sensible a las métricas de desempeño a lo largo de la ejecución. El cambio hacia la agilidad es crítico en muchos sectores, nos recuerda Owen, porque “uno no puede diseñar soluciones para los problemas complejos: ellos solo se pueden resolver mediante la adaptación y la iteración”.
De hecho, la mayor parte del trabajo de la mayoría de los organismos de desarrollo se ajusta perfectamente al modelo en cascada. Sin embargo, por todas partes a nuestro alrededor están surgiendo los “primeros brotes” de un modelo de desarrollo ágil. En el centro de este nuevo modelo reside un conjunto de técnicas que surgieron (i) primero en Silicon Valley para gestionar la incertidumbre y limitar el riesgo de fallas catastróficas. En gran medida, gracias a los expertos tecnológicos, estos métodos están siendo aplicados en programas que apuntan a los desafíos más difíciles de la entrega de bienes y servicios y en el campo del desarrollo global.
Un procedimiento, al nivel de los proyectos, es el diseño centrado en el usuario, una metodología que obliga a los encargados de definir políticas a probar sus hipótesis con los usuarios finales a lo largo de la formulación del proyecto. Con una serie de asociados, entre ellos el Banco Mundial, el Ministerio de Agricultura de Jamaica implementó (i) hace poco tal diseño para enfrentar el problema del hurto agropecuario y el robo de productos agrícolas y de ganado. En mi reciente blog con Aleem Walji, pedimos la creación de “equipos multidisciplinarios con experiencia en áreas que incluyen la ciencia del comportamiento, la tecnología y la evaluación del impacto" para que usen técnicas de desarrollo ágil que "trabajen con expertos del sector en los desafíos más difíciles de la entrega”.
Otro método, al nivel de la cartera, es exigir que se usen plataformas de software abiertas y públicamente disponibles para todos los sistemas técnicos que sean críticos en la entrega de bienes y servicios a los pobres. Consideremos la disposición de agua potable y saneamiento, definida (i) por el Grupo de Alto Nivel sobre la Agenda para el Desarrollo después de 2015, como una meta global ilustrativa.
La elaboración de mapas sobre los puntos de suministro de agua es un insumo importante para la entrega eficaz, dándoles a los expertos en el tema datos en tiempo real sobre quién tiene acceso a dicho elemento y qué patrones están asociados con fallas permanentes. En un programa de abastecimiento de agua y saneamiento rural en Viet Nam, apoyado por el Banco Mundial y AusAID, los equipos operacionales usaron una plataforma abierta llamada FormHub, que permite crear formularios simples de recolección de datos a través de teléfonos inteligentes y ver en Internet cuáles puntos de suministro de agua están en funcionamiento. FormHub es clave para seguir el avance de los indicadores vinculados al desembolso que se basan en el porcentaje de la población que tiene acceso a agua potable.
En vez de reinventar la rueda, una región podría requerir la utilización de FormHub u otras herramientas existentes. De esa manera, los expertos locales en agua y los desarrolladores de software podrían, con una buena idea y una cantidad pequeña de códigos, probar una hipótesis sobre qué hace funcionar la entrega de agua potable y de saneamiento en su país. Los estándares abiertos pueden también acelerar mecanismos innovadores de financiamiento, tales como bonos de impacto del desarrollo, (i) que prometen una rentabilidad financiera a los inversionistas privados que ejecutan programas que cumplen indicadores de desarrollo predefinidos.
Cuando la comunidad mundial se reunió en Nueva York en el año 2000 para fijar los objetivos de desarrollo del milenio (ODM), la tecnología fue una idea tardía. A medida que comenzamos a prepararnos para fijar la agenda de desarrollo para después de 2015, la tecnología es el medio que facilita la innovación. Siete mil millones de celulares crean la posibilidad de dar una nueva forma a la entrega y a la manera en que los Gobiernos y los ciudadanos interactúan entre sí. Sin embargo, una oportunidad incluso mayor puede ser aprovechar la tecnología para hacer que los proyectos de desarrollo estén más basados en los datos y adaptados al contexto local a través de un proceso de reinvención y adaptación. En una palabra, que sean más “ágiles”.
Únase a la conversación