Photo: © Michael Morris / Banco Mundial
Cuando la última edición de Alerta sobre precios de los alimentos del Banco Mundial informó la semana pasada que una grave sequía hizo subir los precios de los alimentos básicos clave como el maíz y la soja a un monto máximo este verano, personas de todo el mundo prestaron atención. ¿Qué significará esto para los pobres de las regiones más afectadas por el alza de los precios? ¿Qué consecuencias tendrá para nosotros?
El economista José Cuesta, autor de este informe trimestral del Banco Mundial, pidió a los lectores de nuestra última entrada de blog que enviaran preguntas sobre este tema.
Aquí están sus respuestas a algunas de ellas.
Aline de Bélgica preguntó:
“Quisiera conocer su opinión sobre los OGM (organismos genéticamente modificados) y el posible papel que podrían desempeñar en las crisis alimentarias [para aumentar] la resistencia de los cultivos, la diversificación agrícola, y los rendimientos”.
José Cuesta:
La mejora de la productividad agrícola es fundamental para garantizar que el mundo responda a la demanda creciente de alimentos de una población que aumenta cada día. Sin embargo, hay un acalorado debate sobre los efectos de los OGM para alcanzar ese objetivo, y esta cuestión está lejos de resolverse. Hay cada vez más pruebas de que la biotecnología que no modifica genéticamente pero que hace las especies resistentes a la sequía –por ejemplo, la fitogenética– puede mejorar significativamente los rendimientos en contextos climáticos extremos. En la medida en que estos cultivos sean más resistentes a este tipo de desastres, claramente contribuirán a la seguridad alimentaria.
Ariel preguntó:
“Usted dijo que [los países vulnerables] necesitan invertir en la agricultura y mejorar la producción, y asegurarse de que haya libre comercio para que puedan ir a los mercados internacionales y suavizar estas crisis. Me parece que esto no es correcto. Si la volatilidad de los precios llega desde el exterior (por ejemplo, de las sequías y un impacto negativo en la oferta mundial), la conexión con el mercado internacional transferirá estos altos precios al mercado local.
Dicho esto, en el largo plazo los agricultores podrían beneficiarse de una mayor integración en los mercados mundiales en general, para adquirir insumos más baratos y lo que no puedan producir a bajo precio. Quisiera saber qué piensa sobre esto”.
José Cuesta:
Muchas gracias por compartir sus puntos de vista, Ariel. Tiene razón en separar las dos fuentes diferentes de volatilidad: la que viene de los productos alimenticios básicos que se venden internacionalmente y la de las situaciones internas.
El aumento actual de los precios del maíz y la soja en Estados Unidos tendrá un efecto en los precios internos. La gravedad del impacto dependerá de cuánto dependen los países de las importaciones de cereales, y también de las decisiones políticas que tomen para mitigar la transmisión de los precios internacionales a los mercados locales. Una gran exposición a esas crisis y la aplicación de políticas inadecuadas pueden resultar desastrosas.
Sin embargo, la volatilidad que se observa en los precios de los alimentos de un país, también puede ser causada por factores internos, como malas cosechas, inclemencias meteorológicas, conflictos, desastres humanitarios, altos precios de la energía y el transporte, etc. En tales situaciones, el acceso a los mercados internacionales de alimentos puede mitigar el efecto de las crisis y circunstancias internas.
De hecho, la evidencia apunta a que los factores internos tienen un papel más importante que los factores internacionales en la explicación de la volatilidad de los precios de los alimentos en todos los países en desarrollo, como hemos demostrado en una edición anterior de nuestro informe.
Marcos Méndez Sanguos preguntó:
“¿Por qué subieron tanto los precios internos en Mozambique (113% en el caso del maíz) y Sudán (180% en el caso del sorgo)?”
José Cuesta:
Solo para aclarar, Marcos, no se trata de precios nacionales, sino de mercados específicos de Mozambique y Sudán. De hecho, las tendencias de los precios nacionales de los alimentos en Mozambique son actualmente mucho más moderadas. En la última edición de Alerta sobre precios de los alimentos, se presenta una serie de factores asociados a estos fuertes incrementos, como las malas cosechas en algunas regiones, además de los patrones estacionales en Mozambique y los conflictos sociales en Sudán.
Anónimo preguntó:
“¿Deberán EE. UU. y otros países desarrollados dejar de usar [y] procesar biocombustibles para forzar la reducción de los precios de los cultivos? Además, con la noticia de que los bancos están apostando y ganando dinero con la crisis alimentaria, ¿hay algo que podamos hacer para detener una escasez de alimentos?”
José Cuesta:
Estas son preguntas difíciles y, como usted probablemente sabe, hay un encendido debate sobre los efectos de los biocombustibles. La obtención de estos productos a partir del maíz, que de otro modo podría ser utilizado como alimento o para fines alimentarios, tiene un impacto sobre el precio de los alimentos. Sin embargo, los biocombustibles también ofrecen una alternativa al aumento de los precios de la energía proveniente de combustibles fósiles, cuyos costos crecientes también afectan los precios de los alimentos.
En cuanto a abordar los aumentos bruscos de los precios, le puedo decir que la comunidad internacional está realizando esfuerzos para mejorar la transparencia del sistema internacional de alimentos y reunir más información estadística fidedigna sobre los mercados y los stocks de alimentos. También se están llevando a cabo iniciativas para proteger mejor a los agricultores, productores y consumidores de alimentos en los países en desarrollo a través de productos relacionados con la gestión del riesgo más eficaces y transparentes, y redes de protección social más sólidas.
El aumento de las inversiones para impulsar la productividad agrícola es una importante estrategia a largo plazo para luchar contra los altos y volátiles precios de los alimentos. En todas estas líneas de acción, es esencial la armonización de los esfuerzos de la comunidad internacional y los países.
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