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Ya no podemos buscar el crecimiento de la economía degradando nuestro capital natural

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Si no frenamos el cambio climático, durante la próxima década al menos 132 millones de personas se verán empujadas a la pobreza.  Esto muestra en qué medida la prosperidad humana está vinculada al bienestar de nuestro planeta. Si administramos mal los activos naturales y hacemos la vista gorda frente a los impactos de nuestras acciones a largo plazo, es probable que nuestra prosperidad —y la de las generaciones futuras— sufra graves consecuencias.

¿Estamos valorando correctamente los activos naturales? Cuando pensamos en riqueza, ¿pensamos solo en negocios, edificios, automóviles, tal vez petróleo o minerales? ¿Qué hay de los bosques, los manglares, el agua, los peces o el aire limpio? 

En 2005, el Banco Mundial publicó un documento crucial, titulado Where is the Wealth of Nations? (¿Dónde está la riqueza de las naciones?). En ese informe se señalaba que la medición del producto interno bruto (PIB) por sí sola no permite determinar si el desarrollo de un país es sostenible. En muchos casos, el crecimiento económico se produce a expensas de la naturaleza y, por lo tanto, a costa de la prosperidad futura. Para entender la sostenibilidad del crecimiento, debemos observar el valor de todos los activos que generan ingresos y, en última instancia, bienestar: esto se denomina "contabilidad de la riqueza". Pensémoslo como si fuera el balance de un país. El PIB y la contabilidad de la riqueza son indicadores complementarios para medir el desempeño económico y muestran un panorama más amplio cuando se evalúan en conjunto.

Ahora, 16 años después, hemos dado a conocer La riqueza cambiante de las naciones 2021 (i), el cuarto volumen de la serie, que contiene las cuentas de la riqueza de las naciones más completas publicadas en el mundo hasta la fecha y abarca 146 países, desde 1995 hasta 2018. En este documento se analizan cuatro tipos principales de bienes: los activos renovables y no renovables proporcionados por la naturaleza (el capital natural), los activos creados por las personas (el capital producido), la riqueza contenida en las propias personas (el capital humano) y los activos extranjeros netos.

Esta investigación nos muestra que ya no podemos hacer crecer nuestras economías agotando y degradando la riqueza que brinda la naturaleza.  En algunos países en los que el crecimiento del PIB se logra consumiendo o degradando recursos naturales —por ejemplo, mediante la pesca excesiva o la degradación de los suelos—, la riqueza total disminuye. Dicho de otra manera, los países que han mostrado una merma en la riqueza total per cápita fueron a menudo aquellos que también degradan sus activos naturales renovables. Si esta tendencia continúa, las generaciones actuales y futuras sufrirán las consecuencias de un mundo sumamente degradado.

Si bien la riqueza mundial va en aumento, persiste la desigualdad entre los países, y los de ingreso bajo están quedando aún más rezagados en la participación en la riqueza mundial. El capital natural renovable tiene particular importancia para los países de ingreso bajo, ya que representa el 23 % de su riqueza total. Esto significa que la gestión cuidadosa de los activos naturales renovables es aún más crucial para poder cumplir con los objetivos de desarrollo sostenible y garantizar el bienestar de las personas más vulnerables.

Históricamente, activos tales como los combustibles fósiles han sido sobrevalorados ignorando sus efectos contaminantes y de calentamiento, mientras que los activos que contribuyen a la mitigación del cambio climático, como los bosques y los manglares, se han subestimado y, en consecuencia, se los ha degradado o agotado. Los Gobiernos pueden establecer incentivos regulatorios para reflejar el verdadero valor sostenible de la riqueza.

Tomemos el ejemplo de los manglares, los arbustos y pequeños árboles que crecen en aguas saladas costeras. Su valor creció 2,5 veces entre 1995 y 2008. Esto se debe a que las zonas costeras que contribuyen a proteger han aumentado de valor y, al mismo tiempo, se han vuelto más expuestas a los riesgos de inundación. La riqueza mundial que representan los manglares ahora se calcula en más de USD 547 000 millones.  Debido a que probablemente el cambio climático incrementará la frecuencia e intensidad de las tormentas costeras, ese valor continuará elevándose. Las políticas dirigidas a rehabilitar y ampliar la cobertura de los manglares pueden crear y preservar aún más riqueza, a medida que aumenta el valor de los activos que estos protegen.

Los recursos de energía renovable, como el agua, el viento y la luz solar, constituyen otra fuente de riqueza potencialmente significativa que aún no se tiene en cuenta. Los cálculos experimentales muestran que, en algunos países, el valor de los activos hidroeléctricos ya se equipara al de los activos de combustibles fósiles. Si se establecen políticas energéticas y climáticas más adecuadas, se puede desbloquear rápidamente un volumen considerable de riqueza derivada de la energía solar y eólica, especialmente si en los mercados de electricidad se cierran las centrales existentes alimentadas a combustibles fósiles cuando dejan de ser competitivas.

A medida que el mundo avanza hacia una muy necesaria descarbonización, los países cuya riqueza depende en gran parte de los combustibles fósiles enfrentan diversos riesgos.  Las simulaciones efectuadas para el informe La riqueza cambiante de las naciones 2021 muestran que la transición hacia un modelo con bajos niveles de carbono podría reducir el valor de los activos de combustibles fósiles en hasta USD 6,2 billones entre 2018 y 2050, una pérdida que se distribuiría de manera desigual entre los distintos países y combustibles, según los caminos que sigan las políticas internacionales. Algunos países de ingreso bajo, incluidos los frágiles y afectados por conflictos que poseen pocos activos más allá de los combustibles fósiles, requerirán cooperación tecnológica y financiera para desarrollar y diversificar sus fuentes de riqueza, y conformar los sistemas necesarios para atravesar la transición hacia un modelo bajo en carbono.

Riqueza mundial sin precedentes, riesgos sin precedentes. 

Los funcionarios gubernamentales pueden adoptar medidas, por ejemplo, a través de políticas y precios, para reflejar con precisión el valor de los activos e impulsar un crecimiento económico que sea sostenible y resiliente frente a los riesgos futuros. Pero los Gobiernos no son los únicos actores. Tanto los individuos como las empresas y los inversionistas son administradores de activos, y las decisiones que tomen tendrán un impacto significativo en el futuro de nuestro planeta y la prosperidad de las próximas generaciones.

Si bien hemos recorrido un largo camino en la medición de la riqueza, todavía queda mucho por hacer. Los servicios que brindan los ecosistemas a través de la energía renovable, el agua y la captura de carbono representan también activos cruciales para la sostenibilidad y el bienestar que aún no se han incluido en las cuentas de riqueza. Estas cuentas solo pueden medir lo que los mercados valoran. Los activos naturales, que no tienen propietarios definidos ni precios de mercado fácilmente observables, a menudo escapan a dicha valoración. Los nuevos desafíos mundiales exigen nuevos conceptos, datos y herramientas en el ámbito de la economía, por lo que será importante continuar ampliando nuestra comprensión de la riqueza. 

En la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CP 26) y la Conferencia del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CP 15) que se celebrarán próximamente, las naciones de todo el mundo establecerán nuevas metas en relación con el clima y la naturaleza. Estos encuentros constituirán valiosas oportunidades para tener en cuenta las lecciones aprendidas sobre riqueza y sostenibilidad, y usarlas para trazar un camino de desarrollo más verde, más resiliente y más inclusivo.

 

Enlaces relacionados

Informe: La riqueza cambiante de las naciones 2021 (i)

Artículo: Adoptar una perspectiva integral de la riqueza para enfrentar los desafíos de desarrollo actuales

Comunicado de prensa: La riqueza mundial ha aumentado, pero a expensas de la prosperidad futura

Video: Más allá del PIB: midiendo la riqueza de las naciones para un crecimiento verde, inclusivo y resiliente.

 


Autores

Juergen Voegele

Vicepresidente de Desarrollo Sostenible del Banco Mundial

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