Imagine un mundo donde todas las niñas y las mujeres pueden gestionar sus períodos menstruales con dignidad y sin perjudicar su educación, salud, sentido de autoestima, movilidad social y oportunidades económicas.
Al mejorar el acceso a los servicios de higiene y salud menstruales de calidad en todo el mundo, podemos lograr avances significativos en la lucha contra la pobreza y la desigualdad de género.
La falta de acceso a productos para la menstruación, instalaciones de higiene, gestión de desechos y educación (“period poverty”) es una crisis real que perjudica a 500 millones de mujeres y niñas en todo el mundo.
Las instalaciones sanitarias inadecuadas afectan las experiencias de las niñas en la escuela; muchas de ellas faltan a clases durante el período menstrual, o incluso abandonan el sistema educativo por completo. Un estudio realizado en Kenya reveló que el 95 % de las niñas que menstrúan pierden entre uno y tres días de clases en cada período menstrual, y más de la mitad dice que se retrasa como resultado de su inasistencia. Las estudiantes que abandonan la escuela tienen menores oportunidades de empleo y perspectivas de ingresos. Al mismo tiempo, la falta de acceso a materiales sanitarios seguros aumenta el riesgo de infecciones, que pueden causar otras complicaciones de salud.
Es cada vez más claro que se necesita un enfoque holístico para mejorar la salud y la higiene menstruales, por medio del cual las partes interesadas puedan coordinar intervenciones con el objetivo general de poner fin al estigma relacionado con la menstruación, impartir educación sobre higiene menstrual, ampliar el acceso a productos menstruales asequibles y seguros, y garantizar la infraestructura sanitaria adecuada y operativa en las escuelas, los lugares de trabajo y los espacios públicos. Pero los esfuerzos para superar este desafío no se refieren solo a la menstruación: se relacionan también con igualar las condiciones para lograr avances socioeconómicos y en materia de género.
Si bien los desafíos continúan, Kenya se destaca por sus políticas y regulaciones integrales relativas a la salud y la higiene menstruales. La nación de África oriental fue una de las primeras en eliminar el impuesto al valor agregado sobre las toallas higiénicas, y trabaja para asegurar el acceso universal a la información, los productos menstruales, los servicios y las instalaciones, y la capacidad de eliminar los desechos menstruales de manera segura. Su experiencia sobre la combinación de políticas y programas (PDF, en inglés) en este proceso complejo aporta enseñanzas valiosas a otros países.
El Grupo Banco Mundial reconoce que la salud y la higiene menstruales son fundamentales para el logro de sus resultados de desarrollo y se ha comprometido a poner fin a la falta de acceso a productos para la menstruación, instalaciones de higiene, gestión de desechos y educación. En los últimos años, el Banco Mundial ha coordinado y combinado iniciativas que apoyan este objetivo, concentrándose en la salud menstrual, el abastecimiento de agua y saneamiento, la educación y la disponibilidad de productos, y con mayor frecuencia evalúa cómo influyen estos esfuerzos en la asistencia de las niñas a la escuela.
En Ghana, el Proyecto de Abastecimiento de Agua y Saneamiento en el Área Metropolitana del Gran Accra (GAMA) tiene como objetivo mejorar los servicios de suministro de agua y saneamiento, en particular en las zonas de bajos ingresos. Hasta la fecha, el proyecto ha instalado 450 baños con vestuarios en las escuelas para dar acceso a las niñas a prácticas de higiene menstrual. Además, ha impartido capacitación sobre las mejores prácticas de salud e higienes menstruales a 500 profesionales de la enfermería y
funcionarios de las áreas de salud ambiental y seguridad ocupacional. Ha elaborado también material didáctico en braille sobre dichos temas para estudiantes con discapacidad visual.
En Madagascar, un proyecto nacional de abastecimiento de agua trabaja para mejorar las instalaciones de higiene menstrual en 230 escuelas de la capital y ciudades secundarias, y evaluará los resultados monitoreando si las niñas faltan menos días a la escuela producto de estos esfuerzos. Cuatro ministerios —Agua, Saneamiento e Higiene; Educación Nacional; Salud Pública, y Gestión de la Tierra— coordinan el proyecto para garantizar que se aplique un enfoque bien integrado y armonizado sobre el agua, el saneamiento y la higiene, en general, y la salud y la higiene menstruales, en particular.
Mientras tanto, en Tanzanía, a través de un programa de agua y saneamiento en las zonas rurales, se procura mejorar las instalaciones de saneamiento en las escuelas, proporcionando letrinas separadas para niñas y niños, puertas con llave para asegurar la privacidad y estaciones para el lavado de mano, al objeto de promover la gestión de la higiene menstrual y la seguridad de las niñas. Con el programa, se incentiva a las escuelas a designar a una consejera en el área para generar mayor conciencia sobre la gestión de la higiene menstrual y proporcionar apoyo a las niñas en este campo. El programa se amplió recientemente a todo el país y se focaliza actualmente en 1853 escuelas primarias.
En Malawi, un proyecto de educación respalda la construcción de 1000 instalaciones de saneamiento en escuelas, donde las aulas no cuentan con el espacio suficiente. El proyecto no solo apoya la construcción de dos letrinas (una para los niños y otra para las niñas), sino también vestuarios separados para que las niñas puedan mantener su salud menstrual, que tienen contenedores de desechos sanitarios especiales e instalaciones para el lavado de manos.
Y en Yemen (i), la construcción de instalaciones de saneamiento para las escuelas es un elemento clave de un proyecto centrado en atraer y mantener a las niñas en la escuela. Además, se repararán, restaurarán y mantendrán instalaciones de servicios de agua, saneamiento e higiene (WASH) en las 1000 escuelas en las cuales se focaliza el proyecto.
En el ejercicio de 2022, la mitad de los proyectos de abastecimiento de agua y saneamiento aprobados por la Práctica Global de Agua del Banco Mundial incluyó aspectos relacionados con la gestión de la higiene menstrual. A través de la Práctica Global de Educación, aproximadamente el 25 % de todos los proyectos tienen una intervención que se centra en la creación o la mejora de instalaciones de WASH, específicamente para las niñas. Además, en los últimos años, la mayoría de los proyectos que incorporaron componentes de salud e higiene menstruales adoptaron un enfoque holístico. Las actividades de medición y evaluación también han ido más allá de “solo” considerar el número de instalaciones de agua, saneamiento e higiene respetuosas con la higiene menstrual y se han dedicado a áreas como medir la asistencia a la escuela y la percepción de la reducción del estigma.
Como resultado, los proyectos del Banco Mundial se centran cada vez más en enfoques multisectoriales para la higiene menstrual y utilizan herramientas innovadoras, entre ellas la guía educativa sobre la gestión de la higiene menstrual, una solución gratuita y ampliable para educar a las niñas sobre la menstruación elaborada por WASH United, y que se incluye en más de 300 proyectos en todo el hemisferio sur, o el paquete de recursos relativo a la salud y la higiene menstruales (PDF, en inglés).
Al trabajar con asociados, nos comprometemos a crear un mundo en el que ninguna mujer o niña no pueda alcanzar su pleno potencial debido a la menstruación.
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