Los programas de Educación y Formación Técnica y Profesional (EFTP) están bien posicionados para jugar un papel importante en la pandemia del COVID-19. Tienen un potencial importante para contribuir en tres etapas: la fase actual de “afrontamiento”; una fase intermedia, cuando las escuelas y los negocios reabran gradualmente; y durante el periodo de recuperación, cuando los cambios estructurales se den tanto en el sistema educativo como en el mercado laboral.
Sin embargo, en este momento hay más de 1.2 mil millones de estudiantes en todo el mundo afectados por el cierre de escuelas en medio del COVID-19, incluido el sistema de EFTP. A menudo, el aprendizaje se lleva a cabo de manera remota, a través de internet, televisión o radio, por ejemplo. Sin embargo, el grado en que el aprendizaje puede seguir dándose fuera del salón de clases, incluso en el caso de la EFTP, suele estar limitado por falta de acceso a la electricidad, conexión a internet, dispositivos o materiales, plataformas de aprendizaje o la preparación inadecuada de los instructores y estudiantes para la educación a distancia. Algunos estudiantes, en particular las mujeres y niñas, afrontan limitaciones adicionales en términos de disponibilidad de tiempo debido a responsabilidades coincidentes, como cuidar a niños y miembros mayores de la familia, además de otros trabajos domésticos. Adaptarse a la educación a distancia puede ser más difícil en contextos de ingresos bajos y entre estudiantes vulnerables.
El distintivo de EFTP –su enfoque en habilidades prácticas y empleabilidad– hace que la educación a distancia sea particularmente un desafío. Las habilidades prácticas se adquieren, a menudo, mediante el aprendizaje práctico, que ocurre en los talleres y laboratorios que tienen su base en la escuela o a través de la experiencia directa en el lugar de trabajo. Los enfoques de la educación a distancia son un débil sustituto para los ejercicios prácticos o materiales que no suelen encontrarse dentro de los hogares. En algunos contextos y para algunas ocupaciones, la capacitación práctica puede ser simulada remotamente, por ejemplo, las experiencias de realidad virtual o aumentada. Sin embargo, en términos generales, los programas de EFTP que tienen más dificultades para adaptarse a la educación a distancia son aquellos que dependen en gran medida del aprendizaje mediante la práctica. En contraposición, los programas que pueden adecuarse con mayor facilidad a la educación a distancia son los que ponen mayor énfasis en temas académicos o en habilidades laborales específicas que no requieren actividades manuales. Por ejemplo, un programa sobre ciberseguridad será relativamente fácil de que pase a enseñarse en línea, en comparación con un programa sobre mecánica automotriz, dado que este último requiere una notable experiencia práctica.
Un aspecto positivo para algunos estudiantes y programas de EFTP es que el aprendizaje basado en el trabajo puede continuar en los casos en los que los negocios permanezcan abiertos. En algunos contextos, se pueden tomar medidas preventivas para permitir que los estudiantes terminen su capacitación práctica. En el caso de algunas ocupaciones y algunos contextos con la conectividad adecuada, el aprendizaje basado en el trabajo también puede seguir sin interrupciones a través de prácticas o pasantías virtuales. Dicho esto, donde el cierre de negocios es generalizado o prolongado, o existen grandes límites de distanciamiento físico a medida que los negocios reabren, es posible que los requisitos de graduación o certificación asociados con el aprendizaje en base al trabajo deban ser modificados o pospuestos.
Los enfoques específicos, de corto plazo y potencialmente modulares de EFTP pueden ayudar a los países a afrontar la crisis. En el momento presente, cuando los países se concentran en hacer frente al COVID-19, el sistema de capacitaciones también puede ayudar a abordar las necesidades del cuidado de la salud de los trabajadores, aquellas relacionadas con la producción de equipo médico importante (como equipo de protección personal y ventiladores), o aquellas que ofrecen servicios esenciales para el cuidado infantil y para personas mayores. Pandemias anteriores ofrecen la oportunidad de comprender mejor el potencial de los programas de EFTP durante las crisis. Durante el brote del Ébola en 2014/15 en Sierra Leona, se estableció una Academia Nacional de Capacitación sobre el Ébola ofreciendo una plataforma de módulos de capacitación clínica para el personal sanitario de primera línea que se enfrentaba al Ébola. Se halló que las capacitaciones intensivas de corto plazo impartidas a través de la Academia contribuyeron a controlar el brote. También podría ser posible lograr la efectiva participación de estudiantes de EFTP en la respuesta al COVID-19.
En la fase intermedia, cuando las actividades se reanuden y las escuelas reabran gradualmente, la EFTP puede jugar un papel apoyando la transición a lo que probablemente sea una “nueva normalidad”. Levantar el cierre de escuelas y negocios implicará prestar mayor atención a las medidas de salud y seguridad, así como al aumento de la necesidad de prepararse para posibles alteraciones en el caso de un nuevo brote de COVID-19. La EFTP puede brindar apoyo para la capacitación de los profesionales necesarios, continuando en el sector de salud, pero también en ocupaciones como profesionales para el cuidado infantil, que pueden permitir que los cuidadores vuelvan a sus trabajos y los adolescentes a la escuela. Al mismo tiempo, los sistemas de EFTP pueden ofrecer el tan necesario apoyo de habilidades socioemocionales para maestros y estudiantes, para manejar los impactos en la salud mental como resultado de la crisis.
En la fase de recuperación del COVID-19, existen oportunidades de inversión inteligente en capacitación inicial de EFTP y capacitación de adultos para “reconstruir mejores” programas y sistemas. En esta fase, la EFTP puede atender a los estudiantes que abandonaron la escuela durante el cierre y volver a capacitar o mejorar las habilidades de las personas que han quedado desempleadas. La EFTP también puede promover el desarrollo de las habilidades necesarias para la adaptación a los cambios estructurales generados por la pandemia del COVID-19. El enfoque continuo en garantizar la adquisición o el desarrollo de habilidades cognitivas y socioemocionales fundamentales como la empatía y la resiliencia, que se han vuelto cada vez más valoradas bajo las circunstancias presentes, mejorará la empleabilidad y otros resultados de desarrollo humano para los estudiantes de EFTP. Es más, la inversión en tecnologías del aprendizaje y habilidades digitales de los instructores y estudiantes de EFTP pueden garantizar el acceso permanente a oportunidades de aprendizaje y la adaptabilidad de la fuerza laboral futura.
Entonces, ¿cómo van los programas y los estudiantes de EFTP durante la crisis del COVID-19? ¿Cómo están planeando los países adaptar la EFTP a lo que está por venir? El Banco Mundial ha aunado esfuerzos con la OIT y la UNESCO para recabar esta información de proveedores de EFTP, responsables de formular políticas y actores sociales. Usted puede ayudarnos a obtener un panorama integral de lo que están haciendo los programas de EFTP para continuar con sus tareas esenciales y ayudar a mitigar los impactos del COVID-19 participando en esta encuesta (EN /FR /SP /RU /AR /CH/ VN/PT), que cierra el 15 de mayo de 2020. Informaremos sobre los resultados y brindaremos ejemplos sobre los diferentes enfoques que los países están siguiendo. ¡Manténgase conectado!
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