En inglés.
Los gobiernos y las instituciones de desarrollo invierten miles de millones de dólares para ayudar a las pequeñas empresas a acceder a financiamiento, con la esperanza de que esto genere empleos y promueva un crecimiento económico inclusivo. Sin embargo, aún sabemos poco sobre si estos programas realmente llegan a las empresas que más lo necesitan y si logran ayudarlas a crecer.
En un estudio reciente, evaluamos un programa de préstamos en Ecuador implementado por la banca de desarrollo estatal Corporación Financiera Nacional (CFN), con apoyo del Banco Mundial. Entre 2021 y principios de 2025, se otorgaron más de 500 millones de dólares en préstamos a más de 24,000 micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes) a través de instituciones financieras privadas.
Evaluación del programa: un experimento natural
Evaluamos el impacto del programa siguiendo a más de 2,000 empresas formales entre 2019 y 2023. Dado que las empresas recibieron los préstamos en distintos momentos en el tiempo, pudimos comparar aquellas que ya habían recibido un préstamo con otras similares que aún no lo habían hecho. Este enfoque nos permitió identificar los efectos del programa sobre las empresas participantes.
¿Qué logró el programa?
El programa mejoró significativamente el acceso al financiamiento de las empresas participantes, incrementando su financiamiento total en un 26 %. Esto les permitió contratar más personal (el empleo aumentó un 9%), invertir hasta un 17% más en activos de corto plazo e incrementar sus ventas en más de un 20%. Tanto las empresas dirigidas por hombres como por mujeres se beneficiaron de forma similar, y estos efectos positivos se fortalecieron con el tiempo (Figura 1).
Un cambio aún más significativo se observó en las empresas que no habían tenido acceso previo a créditos bancarios. Entre las empresas previamente no bancarizadas, los beneficios fueron sustanciales: el empleo creció 27%, los activos de corto plazo aumentaron 87% y los activos de largo plazo 142%. Lo más notable es que estas empresas casi duplicaron sus ventas. En resumen, brindar crédito a empresas que habían estado excluidas del sistema financiero formal les permitió invertir y crecer de una manera no antes vista.
Por otro lado, los beneficios para las empresas que ya tenían acceso al crédito fueron más modestos. Los préstamos les ayudaron a reducir los costos de financiamiento al sustituir créditos caros por otros más baratos, pero no se observó un aumento total del financiamiento ni mejoras significativas en su desempeño.
Figura 1. Impacto del programa
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Nota: Los paneles muestran las estimaciones de Callaway y Sant’Anna de los efectos anuales previos y posteriores al programa sobre la deuda total, el empleo (log), los activos de corto plazo y las ventas. El eje X representa el tiempo relativo al año en que la empresa recibió el préstamo (año 0). El eje Y muestra el efecto promedio del tratamiento sobre las empresas tratadas (Average Treatment Effect o ATT por sus siglas en inglés), es decir, la diferencia promedio entre las empresas tratadas y las similares que aún no habían recibido un préstamo. Los puntos a la izquierda del cero reflejan los resultados antes del préstamo. Los puntos a la derecha muestran la evolución de las empresas tratadas después del programa. Todas las variables financieras están expresadas en niveles (millones de USD), capadas en el 1% superior e inferior. Los gráficos se generaron con el comando event plot en Stata, agrupando los errores estándar a nivel de empresa. Las líneas verticales representan los intervalos de confianza del 95%.
¿Un trade-off entre inclusión y eficiencia?
Los resultados del estudio ponen en evidencia un desafío clave en el diseño de programas de acceso a financiamiento: cómo garantizar que los fondos lleguen a las empresas que más los necesitan. El programa buscaba llegar a empresas sin acceso previo al crédito, pero los bancos tendieron a priorizar mipymes más grandes y menos restringidas financieramente.
Desde una lógica de mercado esto es comprensible, ya que los bancos buscan minimizar riesgos y maximizar retornos. Sin embargo, resalta la tensión entre los objetivos de inclusión financiera, los incentivos de bancos privados y los beneficios de emplear mecanismos de mercado.
Implicaciones de política
- La focalización importa: el impacto del programa fue sustancialmente mayor entre las empresas previamente excluidas del crédito bancario. Los programas que focalizan a este tipo de empresas pueden generar retornos importantes, tanto económicos como sociales.
- El diseño del programa es clave: la CFN actuó como banco de segundo piso, es decir, no otorgó los préstamos directamente a las empresas, sino que canalizó líneas de crédito a bancos privados participantes, los cuales se encargaron de evaluar, seleccionar y prestar a las mypimes. Este modelo permitió a la CFN expandir rápidamente el programa de una manera sostenible (la cartera morosa de segundo piso al día de hoy es cero) y aprovechar el alcance de las instituciones financieras privadas. Sin embargo, también hizo más difícil asegurar que los recursos llegaran a las empresas más restringidas financieramente, ya que los bancos tendieron a priorizar clientes con menor riesgo crediticio.
- Alinear incentivos para maximizar el impacto: los programas de crédito deben considerar la tensión inherente entre los objetivos de inclusión financiera y los incentivos de aversión al riesgo de los bancos privados. Por ejemplo, los incentivos basados en el desempeño podrían motivar a los bancos a prestar a empresas más riesgosas, aunque con alto potencial de crecimiento.
Este programa de préstamos de Ecuador nos demuestra que el acceso al crédito puede impulsar el crecimiento de las pequeñas empresas, especialmente de aquellas que habían sido excluidas del sistema financiero formal. Pero también nos recuerda que estos programas requieren un diseño cuidadoso para alcanzar su máximo potencial.
A medida que los gobiernos y los bancos de desarrollo continúan invirtiendo en las mipymes, este estudio ofrece lecciones oportunas sobre cómo hacer que esas inversiones generen resultados: enfocándose en las empresas con más restricciones crediticias, diseñando los programas de manera estratégica y buscando alinear los objetivos de los bancos con las metas de desarrollo más amplias, para apoyar a las empresas que más lo necesitan.
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