Aerial View of Mexico City.
Desde los crecientes asentamientos informales hasta las ciudades en expansión y la urgente necesidad de mejores estrategias de asequibilidad, es ampliamente conocido que América Latina y el Caribe enfrenta importantes desafíos en el ámbito de la vivienda. Sin embargo, existen prácticas efectivas para abordarlos que deberían ser objeto de mayor discusión.
Aquí presentamos cuatro lecciones aprendidas sobre programas y políticas de vivienda en la región de América Latina y el Caribe :
1. Urgencia ante el cambio climático: Necesitamos estrategias para mitigar el impacto del cambio climático en el sector de la vivienda.
El cambio climático está teniendo un efecto significativo en las metas de vivienda en América Latina. Con el aumento del nivel del mar, las tormentas más frecuentes e intensas y los patrones climáticos impredecibles, muchas comunidades costeras enfrentan un mayor riesgo de inundaciones, erosión y otros desastres. Como resultado, tanto la población como los gobiernos se ven obligados a tomar medidas proactivas para adaptarse a estos nuevos desafíos. Es especialmente preocupante la vulnerabilidad de los asentamientos informales de la región al cambio climático, ya que suelen ubicarse en áreas de alto riesgo. Esta situación se agrava por la necesidad de más infraestructura y servicios, lo que dificulta que los residentes se preparen y respondan a los desastres.
Los gobiernos en la región se están enfocando en aumentar la resiliencia del sector escalando el desarrollo de viviendas ecológicas y reacondicionando viviendas para garantizar que la estructura pueda resistir eventos climáticos extremos . Por ejemplo, en México, el programa de Acciones de Mitigación Nacionalmente Apropiadas (NAMA por sus siglas en inglés) promueve conceptos de construcción costo-efectivos y energéticamente eficientes en el sector, centrándose en viviendas de interés social. Además, brinda asistencia técnica al sector financiero y a los desarrolladores de viviendas en relación con estrategias de vivienda ecológica, así como incentivos financieros y apoyo técnico para proyectos de pequeños y medianos desarrolladores e intermediarios financieros.
2. De la vivienda al desarrollo urbano sostenible: Observamos la transformación del sector hacia enfoques multidisciplinarios.
El sector de la vivienda está evolucionando de centrarse únicamente en la provisión de viviendas hacia un enfoque más holístico que incorpora el desarrollo urbano sostenible. Este enfoque considera los impactos sociales, económicos y ambientales más amplios de la vivienda, y busca integrar las intervenciones con estrategias de desarrollo y planificación urbana más integrales, como el transporte público, el espacio público y el desarrollo de infraestructuras. Un ejemplo destacado es la transformación lograda en la ciudad de Medellín, Colombia, a través del diseño e implementación de proyectos urbanos integrados. Estos proyectos incluyen inversiones en viviendas, transporte e infraestructuras públicas, y han permitido integrar barrios anteriormente marginados en el tejido de la ciudad. En Asunción, Paraguay, el gobierno está trabajando en planes ambiciosos para transformar la zona costera a través de una mejor planificación e inversiones en movilidad, espacio público, infraestructura básica y vivienda para aumentar la resiliencia urbana, social y ambiental .
3. Transformación socio-urbana como nuevo paradigma: Estamos presenciando una transición hacia intervenciones más sostenibles centradas y lideradas por las comunidades.
Un nuevo paradigma en el sector de la vivienda se centra en las intervenciones dirigidas por la comunidad. Este enfoque reconoce que las comunidades son cruciales en la planificación, diseño e implementación de proyectos de vivienda y desarrollo urbano . Implica empoderar a las comunidades para que se apropien del proceso de desarrollo y participen activamente en la toma de decisiones. Los proyectos de mejoramiento urbano en Buenos Aires, Argentina y Manaos, Brasil, muestran que las intervenciones lideradas por la comunidad crean un sentido de propiedad y orgullo en el entorno construido, lo que conduce a una mayor sostenibilidad y resiliencia de las inversiones a largo plazo.
4. Innovación: Debemos seguir trabajando en estrategias innovadoras para la planificación urbana, el diseño de viviendas verdes/sostenibles, mecanismos de financiamiento flexibles y la colaboración público-privada para acelerar los resultados y el impacto.
La innovación es fundamental para que el sector de la vivienda aborde los desafíos de la asequibilidad, la sostenibilidad y la inclusión . Esto implica el desarrollo de nuevas tecnologías, materiales y procesos para mejorar la eficiencia, la calidad y la asequibilidad de la vivienda. También implica la implementación de mecanismos de financiamiento innovadores para hacer que la vivienda sea accesible para los hogares informales y de bajos ingresos.
El intercambio de conocimientos desempeña un papel fundamental, ya que ayuda a garantizar que las mejores prácticas, las innovaciones y las lecciones se compartan entre organizaciones, regiones y países. A través del programa "Vivienda Sostenible para Todos", hemos aprendido estas cuatro lecciones a partir de iniciativas y proyectos exitosos a nivel regional y global, lo que puede conducir a una toma de decisiones más informada, un desarrollo de políticas más efectivo y una innovación más significativa en el sector de la vivienda.
Además, este programa ha promovido la colaboración y la creación de asociaciones entre los responsables de formular políticas y los profesionales del sector de la vivienda. Al compartir conocimientos y trabajar juntos, todos podemos construir redes más sólidas y desarrollar asociaciones que nos permitan abordar de manera más efectiva los problemas complejos relacionados con la vivienda.
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