La evolución de los registros sociales en América Latina y el Caribe

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La evolución de los registros sociales en América Latina y el Caribe Foto: Banco Mundial

Un video educativo del gobierno colombiano presenta un personaje rosado y juguetón con una forma corporal indefinida, asimétrica y algo cuadrada. Algunos cuadrados parecen flotar alrededor de su cabeza, sugiriendo que es una aglomeración de cuadrados. El personaje se presenta como "SISBEN": es el registro social de Colombia.

La difícil manera de definir al personaje SISBEN podría ser una buena ilustración de por qué los registros sociales son comúnmente mal entendidos en América Latina y el Caribe. Los registros sociales a menudo han sido discutidos estrictamente por expertos en datos con una difusión limitada a las personas comunes sobre el verdadero papel que pueden desempeñar en sus vidas.

Los registros sociales son sistemas de información que consolidan datos sobre las condiciones de vida y los ingresos de las familias: los cuadrados del personaje rosado. Estos sistemas capturan información esencial como la composición del hogar, niveles educativos, situación laboral, calidad de la vivienda y acceso al agua. Dependiendo del país, los gobiernos recopilan esta información a través de encuestas, ventanillas ciudadanos físicas o digitales, utilizan datos administrativos o una combinación de estos. Más allá de compilar datos, los registros sociales sirven como sistemas de inclusión, actuando como una "puerta de entrada" para que las personas y familias sean consideradas para una potencial inclusión en uno o más programas sociales, como transferencias monetarias, programas de alimentación escolar o subsidios de salud, basados en una evaluación de sus necesidades y condiciones.

En una región donde un cuarto de las personas son pobres y un tercio son vulnerables, tener reglas claras para la focalización de beneficios y servicios sociales es vital para asegurar que los beneficios lleguen a quienes más los necesitan, manteniendo la equidad y la transparencia, optimizando el uso de recursos y permitiendo una monitorización y evaluación efectiva de los programas sociales.

Los registros sociales nacieron y han evolucionado en diferentes tiempos y formas en América Latina y el Caribe, desde 1976 en Chile hasta 2021 en Paraguay, con la mayoría emergiendo en las décadas de 2000 y 2010. Una nueva nota técnica del Banco Mundial explora su naturaleza mixta y evolución.

Cuatro desarrollos recientes se destacan:

1.      Mayor cobertura: los registros sociales ahora cubren proporciones más grandes de la población en América Latina y el Caribe. Mientras que, en décadas pasadas, los registros típicamente cubrían de uno a dos tercios de la población, varios países alcanzaron más del 80% después de la crisis del COVID, incluyendo Chile, Costa Rica y Colombia, que alcanzó el 100% (Figura 1). Una mayor cobertura es útil para mapear las necesidades de una población más amplia, por ejemplo, los vulnerables (aquellos que no son pobres, pero están en riesgo de caer en la pobreza). Sin embargo, no todos los países pueden elegir este camino. Una mayor cobertura puede no ser factible o deseable para países muy grandes como Brasil. No obstante, los países pequeños con registros incipientes, como la mayoría de los países de América Central y el Caribe (que actualmente cubren menos del 20% de sus poblaciones) podrían trabajar en expandir la cobertura asegurando que los pobres y vulnerables sean parte de los registros. 

 

Figura 1. Cobertura de registros sociales por países, 2024

 

Figura 1. Cobertura de registros sociales por países, 2024

Fuente: Banco Mundial 

 

2.      Mejor interoperabilidad: los registros sociales se han vuelto cada vez más interconectados y su información se cruza con otras bases de datos administrativas centrales y locales del gobierno (Figura 2). Esto puede transformar el diseño y la entrega de programas sociales, ya que, gracias a estas bases de datos interconectadas, los trabajadores sociales y los responsables de políticas pueden indagar sobre las características del hogar y evaluar qué beneficios son más relevantes para un hogar específico. Por ejemplo, el proyecto de Gestión Social Local de Chile, apoyado por el Banco Mundial, ha contribuido a mejorar la gestión de los programas sociales de los municipios, haciéndolos menos complejos, menos fragmentados y más sensibles a las necesidades y características específicas de los hogares vulnerables.

 

Figura 2. Niveles de interoperabilidad de registros sociales, 2024

 

The World Bank

Fuente: Banco Mundial 

 

3. Monitoreo y planificación avanzados: los registros sociales avanzados ahora pueden ser utilizados para monitorear y planificar políticas sociales y promover una respuesta rápida a choques y emergencias. Con acceso a más información sobre las características de los hogares y los beneficios que reciben, las autoridades pueden ir más allá de usar los registros como herramientas de focalización y utilizarlos para monitorear el gasto en programas sociales, identificar complementariedades entre intervenciones y planificar políticas futuras. Los registros avanzados también pueden evaluar la vulnerabilidad a desastres naturales para anticipar la respuesta a emergencias o actuar rápidamente después de ellas. Por ejemplo, el registro SIUBEN de la República Dominicana incluye un índice de la probabilidad de que los hogares se vean afectados por eventos climáticos como huracanes, tormentas e inundaciones, que puede convertirse en mapas que muestran niveles de vulnerabilidad.

4. Mayor responsabilidad: más y mejores datos implican más responsabilidades para proteger la información personal y generar confianza con los ciudadanos. Mientras que los registros más avanzados dependen menos de los datos recopilados a nivel de hogar y más de los datos administrativos, todavía es necesario asegurar el consentimiento de los ciudadanos para el intercambio de datos. Los gobiernos deben fomentar la comprensión y la confianza de los hogares para evitar falacias en torno a los registros sociales, crear una cultura de confianza y facilitar la comprensión de los ciudadanos sobre la información que el estado tiene sobre ellos.

¿Cómo deberían evolucionar aún más los registros sociales? Idealmente, los registros incipientes deberían aspirar a una mayor cobertura, especialmente de los vulnerables. Las agencias gubernamentales establecidas que gestionan los registros deberían ser más sólidas con estructuras de gobernanza claras y robustas, presupuestos estables y personal altamente capacitado para usar los datos de manera eficiente y ética y para comunicar claramente a los ciudadanos sobre el amplio papel que desempeñan los registros.

Los personajes rosados y juguetones presentados al comienzo de este blog han evolucionado en seres más fuertes, más grandes y con un mayor nivel de conocimiento. Con sus nuevos poderes, podrían aspirar a promover la implementación de programas sociales más enfocados en las necesidades de los usuarios y así contribuir a reducir la pobreza y la desigualdad en América Latina y el Caribe.


Luz Stella Rodriguez-Novoa

Especialista sénior en Protección Social

Noël Muller

Economista consultor

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