Inteligencia Artificial en los sistemas de salud ¿qué falta en América Latina y el Caribe?

Especialista en inteligencia artificial y salud La IA puede mejorar la precisión y rapidez en el diagnóstico de enfermedades. Foto: iStock - Dragos Condrea

En América Latina y el Caribe hay un problema grave de calidad en los sistemas de salud, lo que es inaceptable para una región de ingreso medio. La realidad es que hay muertes que se pueden evitar, servicios que se pueden mejorar, y el tratamiento y cuidado a la gente puede ser mucho más digno.

En la región, la inversión en salud es significativamente menor que en los países de la OCDE. El gasto público alcanza apenas USD 775 per cápita, menos de una quinta parte del promedio de la OCDE (USD 4,075). Además, el número de enfermeros por cada 1,000 habitantes es tres veces menor en comparación con los países de la OCDE. Estas son solamente algunas de las cifras que demuestran la brecha que aún está pendiente cerrar.

El acceso limitado y de baja calidad a la atención primaria tiene consecuencias directas sobre la salud y el bienestar de la población. En la región, aproximadamente el 40% de las muertes por enfermedades no transmisibles ocurre en personas menores de 70 años, en comparación con el 29% registrado en Europa y Asia Central, lo que indica un exceso de muertes evitables. Además, la región no se ha librado de la desnutrición y ya enfrenta un problema de obesidad considerable.

Los déficits en acceso y calidad de los servicios sanitarios afectan de manera muy desigual a las personas. Mientras que en Guatemala y Honduras el retraso en el crecimiento en niños menores de 5 años supera el 40% y 15% respectivamente, en algunas zonas, en Chile y Brasil es menor al 10%. Más aún, la desigualdad al interior de los países es muy marcada. En Guatemala, la desnutrición crónica en niños menores de 5 años es significativamente mayor en zonas rurales que urbanas.

Fortalecer la atención primaria de salud se presenta como una solución clave para lograr el acceso a servicios equitativo y de calidad para todos. Frente a los desafíos de la región, la inteligencia artificial (IA) ofrece una oportunidad para cerrar más rápidamente las brechas, y abre un espacio de innovación en tres áreas claves:

Lo que es más importante, estas tecnologías pueden mejorar la experiencia de la gente en el sistema de salud. Por ejemplo, un proceso basado en IA y fotografías puede detectar problemas de vista a pacientes con diabetes u otras enfermedades. Si hay algún riesgo, el paciente es enviado rápidamente a un especialista, reduciendo tiempos y el riesgo de ceguera.

El camino que queda por recorrer

Si bien en América Latina y el Caribe algunos establecimientos de salud ya están incorporando el uso de tecnología, la política pública debe centrase en una mejor experiencia para todas las personas, no solo de unos pocos. Para eso hay múltiples tareas pendientes:

Primero, la brecha digital es todavía inexplicablemente alta: Más de la mitad de los hogares rurales no tiene acceso a internet confiable, lo que limita la implementación de servicios de salud digital, para que una persona haga una cita o renueve una prescripción en línea, por ejemplo.

Segundo, seguimos utilizando papel y lápiz. Muchos hospitales y centros de salud siguen utilizando registros en papel, lo que complica la integración de soluciones digitales. En Costa Rica, Chile y México, en promedio, el 65% de los centros de atención primaria usan historias médicas electrónicas, comparado con 93% en los países de la OCDE. Y esta es una cifra que considera solo a unos pocos países, la situación puede ser aún peor. Los sistemas de información digital tienden a estar aislados, fragmentados y subutilizados.

Tercero, hay que cerrar el déficit de competencias digitales: solo un tercio de los trabajadores en la región utiliza herramientas digitales en su trabajo, en comparación con más de la mitad en los países de la OCDE.

¿Qué se necesita para hacer efectivo el uso de la IA en salud?

Lo digital no es algo nuevo en el ámbito de la salud y ya está generando transformaciones significativas. Sin embargo, es fundamental establecer las condiciones básicas que garanticen el uso efectivo de la IA.

  • Los datos deben reflejar la realidad de ALC. Los modelos de IA entrenados con datos de otras regiones no siempre van a reflejar las realidades de ALC, lo que puede limitar la identificación de soluciones adecuadas.
  • Privacidad. Tener muchos datos de una persona puede permitir llegar a ella de manera más eficiente con los servicios que necesita, pero un uso irresponsable de los mismos puede traer consecuencias graves.
  • Interoperabilidad. Sistemas de información interoperables pueden intercambiar datos, facilitando el uso de aplicaciones de IA en el sector salud.
  • Un balance adecuado de la tecnología con el factor humano. Las herramientas digitales potencian el trabajo de los profesionales de la salud. El factor humano y la tecnología se deben combinar de manera óptima para dar un servicio de calidad al menor costo posible.

A medida que los sistemas de salud continúan evolucionando, lo digital y la IA se integrarán en la forma en que se brinda atención médica. Sin embargo, lo anterior demanda un compromiso para mejorar el acceso y la calidad de los servicios de salud, a partir del primer nivel de atención. La Alianza para la Atención Primaria de Salud en las Américas, entre el Banco Mundial, la OPS y el BID busca impulsar esta transformación digital en la región. Si logramos superar juntos los desafíos actuales, millones de personas podrán acceder a un sistema de salud efectivo, digno, y de calidad.


Jaime Saavedra

Director de Desarrollo Humano para América Latina y el Caribe del Banco Mundial

Gianluca Cafagna

Especialista sénior en Salud - Banco Mundial

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