Riesgo climático y pobreza: prevenir es invertir

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Pescadores en el río Paraná, en febrero de 2022. Pescadores en el río Paraná, en febrero de 2022.

En un contexto en donde vemos a miles de paraguayos y paraguayas afectados por fenómenos climáticos extremos como desbordes de ríos y olas de calor, las respuestas reactivas no son suficientes para hacer frente a los impactos negativos. Identificar a quiénes corren más riesgos es esencial para desarrollar planes de emergencia sólidos y proactivos.  

En este blog compartimos resultados preliminares de un estudio que está realizando el Banco Mundial en el marco del Diagnóstico de Pobreza y Equidad. Combina datos de encuestas de hogares geolocalizados con mapas de riesgo de inundaciones y de calor extremo para identificar a la población vulnerable y contribuir al diseño de políticas que permitan mejorar la capacidad de respuesta ante choques climáticos.  

El clima de Paraguay ha experimentado cambios significativos en las últimas décadas. Las temperaturas han aumentado, las olas de calor se han triplicado, y las sequías e inundaciones se han vuelto más frecuentes.  En 2019, el país experimentó no solo el año más caluroso de su historia sino también sequías extremas, inundaciones y olas de calor.   

Calor extremo, inundaciones, y sequía: principales factores de riesgo  

Los periodos de sequía y de inundaciones en Paraguay están asociados con fuertes reducciones del PIB per cápita y con aumento de la pobreza  (Figura 1). Esto se debe -en parte- a que el cambio climático supone un riesgo para los principales sectores generadores de ingresos (agricultura, ganadería, y en menor medida, producción de energía), y, por ende, a los esfuerzos del país por reducir la pobreza. 

Figura 1 - Cambios anuales en el crecimiento del PIB per cápita (%), tasas de pobreza (p.p.), y choques externos 

​​​ Gráfico - Cambios anuales en el crecimiento del PIB per cápita (%), tasas de pobreza (p.p.), y choques externos

Fuente: Equipo del Banco Mundial en base a datos del World Development Indicators y del the Emergency Event Dataset (EM-Dat) 

A pesar del creciente problema de las inundaciones y el calor extremo en Paraguay, se sabe poco sobre las zonas de mayor riesgo, así como sobre su posible impacto en la vulnerabilidad y la pobreza.  

Vulnerabilidad a la pobreza   

El estudio utiliza una definición innovadora para determinar la vulnerabilidad que tiene una persona de caer en pobreza. El cálculo se basa en las características de los ingresos de los hogares, en su probabilidad de caer en la pobreza ante un choque negativo. Esta medida incorpora la probabilidad de que incluso hogares que no son pobres puedan caer en pobreza como consecuencia de estos choques. Las estimaciones muestran que -con una probabilidad del 50%-, 4 de cada 10 paraguayos podrían caer en situación de pobreza en cualquier momento de los próximos dos años. Notablemente, la tasa de vulnerabilidad es mayor en áreas rurales que en áreas urbanas. Así también, los departamentos con mayor pobreza, como Caaguazú, Caazapá y San Pedro, son los departamentos con mayor vulnerabilidad. Asimismo, se ve que este impacto afectaría más a los hogares con jefatura femenina. 

Figura 2 - Tasas de pobreza y vulnerabilidad por zonas de residencia, estados representativos y sexo del cabeza de familia  

  Gráfico Tasas de pobreza y vulnerabilidad por zonas de residencia, estados representativos y sexo del cabeza de familia

Fuente: Equipo del Banco Mundial con base en datos de la EPH 2021   

Los mapas de riesgos a desastres naturales combinados con encuestas georreferenciadas permiten identificar no solo la probabilidad y severidad de evento climático extremo, sino también las zonas y los hogares vulnerables a dichos fenómenos climáticos.  

En este estudio nos enfocamos en el calor extremo y las inundaciones, dado que estos representan los eventos climáticos de mayor riesgo para el país.  

El calor extremo afecta a una mayor proporción de la población, mientras que las inundaciones tienden a afectar desproporcionalmente a los más pobres    

Una gran parte de la población paraguaya corre un alto riesgo de sufrir calores extremos. Por ejemplo, en un evento de menor magnitud (con probabilidad de 20% en cualquier año) casi el 40% de la población podría experimentar calor extremo severo ​​(Figura 3), con una mayor proporción en áreas urbanas que rurales. Uno de los hallazgos más resaltantes es que toda la población de Asunción está expuesta a calor extremo severo, tanto en eventos de menor como de mayor magnitud.  

Figura 3 - Población en peligro de calor extremo (%) por periodo de retorno, área, y departamento de residencia  

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Fuente: Equipo del Banco Mundial con base a datos de la EPH 2021 y los mapas de riesgos de calor extremo de Vito   

Las inundaciones tienen una exposición de riesgo menor: 2 de cada 10 paraguayos están en riesgo de sufrir inundación fluvial o pluvial. El riesgo varía a nivel regional y por tipo de inundación (Figura 4). Por ejemplo, el 3% de la población urbana está en riesgo de inundación fluvial comparado con el 1,7% en áreas rurales.  

Figura 4 - Población en riesgo de inundación (%), por tipo de inundación, área y departamento de residencia  

Figura 4 - Población en riesgo de inundación (%), por tipo de inundación, área y departamento de residencia?

Fuente: Equipo del Banco Mundial con base a datos de la EPH 2021 y los mapas de riesgos a inundaciones de Fathom   

No obstante, el riesgo de inundación afecta de manera desproporcionada a la población pobre y vulnerable, sobre todo en las zonas urbanas. Una posible explicación es que las áreas urbanas de Paraguay tienen mayor densidad poblacional y menos tierra disponible, por lo que muchas familias pobres y vulnerables tienden a asentarse en lugares con mayor riesgo a fenómenos climáticos severos . De la población urbana en riesgo de inundación cerca del 26% se encuentra en situación de pobreza.  

Los cambios climáticos experimentados en el país representan una llamada a la acción  

En un contexto de múltiples choques relacionados al cambio climático contar con información certera permitirá que el diseño de políticas públicas transite, de las medidas reactivas de hoy, a medidas más proactivas, reduciendo su impacto negativo sobre los más vulnerables.  

Es por ello que el Banco Mundial está colaborando con el Ministerio de Desarrollo Social (MDS) en la actualización del Plan Nacional de Reducción de la Pobreza, que incorporará dentro de sus ejes estratégicos una “Estrategia Social de Adaptación y de Gestión de Riesgos al Cambio Climático”. Esta actualización se realizará en base a la evidencia, aprovechando el modelo de abordaje territorial del MDS, construyendo resiliencia ante el clima con un enfoque sostenible por medio de proyectos piloto. 


Autores

Eliana Rubiano-Matulevich

Economista sénior en la práctica global de Pobreza y Equidad para América Latina y el Caribe del Banco Mundial

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