El cambio climático está impactando diversos aspectos de nuestras vidas, incluida la producción de los cultivos agrícolas, la productividad laboral, y la salud y el bienestar de las personas. En América Latina y el Caribe (ALC), las personas están sufriendo olas de calor, eventos de precipitación intensa, aumento del nivel del mar y cambios en los ecosistemas. Sin embargo, no todos sentimos los impactos de un clima cambiante de la misma manera.
Cuatro factores críticos que exacerban los impactos del cambio climático en la salud de la población — especialmente entre los más vulnerables— son la débil gobernanza y las escasas políticas de preparación y adaptación al clima, las profundas desigualdades sociales, los altos niveles de pobreza e informalidad laboral y los sistemas de salud abrumados.
La carga de enfermedades transmisibles y no transmisibles significativas, junto con sistemas históricamente sub-financiados y escasos de personal, han dificultado la prestación de servicios de salud adecuados y la correcta satisfacción de las necesidades de la población en ALC. Desafortunadamente, considerando las proyecciones del cambio climático, así como también las actuales políticas climáticas y los niveles de resiliencia climáticas de los sistemas de salud, los escenarios futuros son más devastadores en términos de morbilidad y mortalidad, lo que presionará aún más los ya sobrecargados sistemas de salud.
En la versión 2023 del Panorama de la Salud: América Latina y el Caribe, analizamos la resiliencia climática de los sistemas de salud en los países de ALC, basándonos en los componentes esenciales de los sistemas de salud planteados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Aunque se ha avanzado en el fortalecimiento de los sistemas de salud en general, aún existen muchas oportunidades de mejora.
¿Cómo están relacionados la salud y el clima en los países de América Latina y el Caribe?
Si bien los países reconocen que el sector de la salud es altamente vulnerable al cambio climático, hay menos evidencia sobre políticas y planes específicos que integren acciones de adaptación climática para fortalecer los sistemas de salud . Por ejemplo, solo cuatro países de ALC tienen planes nacionales de salud y clima o planes nacionales de adaptación en salud completamente desarrollados, lo que demuestra la limitada capacidad, coordinación y colaboración intersectorial actualmente en marcha.
Los trabajadores de la salud son clave en el funcionamiento y la resiliencia de los sistemas de salud; sin embargo, las oportunidades de capacitación sobre clima y salud todavía son escasas e informales. La capacidad de comunicarse con los trabajadores de la salud durante una emergencia de salud pública es extremadamente débil en ALC, siendo Argentina, Perú, Chile, México y San Vicente y las Granadinas los países mejor preparados.
Los sistemas de información en salud son clave para apoyar la toma de decisiones al proporcionar intercambio y análisis de datos oportunos, especialmente cuando se trata de los impactos del cambio climático. El Caribe está más avanzado que el resto de la región y ya cuenta con estructuras adecuadas a lo que se necesita, pero aún se requieren más capacidades y recursos. Hasta 2022, la mayoría de los países habían realizado evaluaciones de vulnerabilidad y adaptación al clima; sin embargo, se requiere una mayor estandarización, difusión y aplicación de los hallazgos a nivel local.
A medida que las condiciones climatológicas cambian y condicionan un aumento en las enfermedades transmitidas por vectores, las capacidades de vigilancia y laboratorio en ALC deben mejorar. En general, los sistemas de vigilancia de enfermedades infecciosas están bien establecidos, pero existen diferencias significativas entre los países. Por ejemplo, en 2020, 30 países informaron casos de dengue, pero solo 15 confirmaron el serotipo, limitando aún intervenciones de salud pública posteriores. Además, la vigilancia de la salud mental es un desafío importante en toda la región, lo que restringe la comprensión de la magnitud y gravedad de estas enfermedades, que se ven exacerbadas por los impactos del cambio climático.
Los sistemas de alerta temprana y los planes de comunicación de riesgos varían entre los países. En el Caribe, estos sistemas están relativamente bien establecidos; sin embargo, en otros países aún no existen, lo que deja a la población sin la oportunidad de estar informada de manera oportuna y adecuada. Solo seis países han informado públicamente tener sistemas de alerta temprana informados por el clima para enfermedades transmitidas por vectores, a pesar de los brotes endémicos y emergentes de enfermedades transmitidas por mosquitos en toda la región.
Dos formas de fortalecer sistemas de salud resilientes al cambio climático:
- Recursos financieros. Todavía hay pocos proyectos de cambio climático y salud financiados por fondos internacionales, los que escasamente son complementados por inversiones nacionales. Por ejemplo, Bahamas, Belice, Colombia, Granada, Guatemala, Guyana, Jamaica, Perú, y San Cristóbal y Nieves han estado recibiendo fondos internacionales para apoyar los planes de adaptación al cambio climático y la salud. Además, el Programa de Preparación del Fondo Verde para el Clima ha proporcionado apoyo financiero en el Caribe para fortalecer la resiliencia del sector de la salud. El Grupo Banco Mundial también ha sido uno de los mayores financiadores multilaterales de la acción climática en los países en desarrollo, destinando un monto récord de 31 700 millones en financiamiento climático en el año fiscal 2022.
- Fortalecer la colaboración intersectorial a nivel nacional y local. Los países de ALC se convertirán en resilientes al clima al invertir en sistemas de alerta temprana para enfermedades transmitidas por vectores, infraestructura que pueda resistir eventos climáticos extremos y mejorar la vigilancia y control de la calidad del aire. Además, es necesario una mayor colaboración entre los sistemas de salud y otros sectores determinantes, como la agricultura y la planificación urbana, para abordar las causas subyacentes del cambio climático y su impacto en la salud.
La siguiente figura ilustra algunos ejemplos de cómo los sistemas de salud resilientes al clima pueden reducir los impactos del cambio climático en la salud, al mismo tiempo que promueven mejor salud, bienestar, desarrollo social y de capital humano.
Al construir sistemas de salud resilientes al clima, la región no solo responderá mejor a los impactos inmediatos del cambio climático en la salud, sino que también sentará las bases para un mejor desarrollo humano a largo plazo. Un sistema de salud resiliente al clima puede proporcionar una base sólida para el crecimiento económico, la cohesión social e inclusión, y la sostenibilidad ambiental, todo lo cual es crucial para el desarrollo de los países de ALC y su contribución a la agenda mundial sobre el clima y la salud.
Únase a la conversación