Ya estamos cerca de fin de año, y esta semana que pasó fue especialmente ajetreada. Me gustaría mencionar algunas de las cosas en las que estuve trabajando.
El lunes me uní a los ministros de Finanzas y los gobernadores de los Bancos Centrales del Grupo de los Siete (G-7), a quienes brindé información actualizada sobre las operaciones de préstamo y donaciones que llevamos adelante, los esfuerzos en favor de la reducción y la transparencia de la deuda, los preparativos para las vacunas contra la COVID-19 y la urgencia de la regularización de atrasos de Sudán.
- En 2020, avanzamos según lo previsto para incrementar el financiamiento del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF) y la Asociación Internacional de Fomento (AIF) a aproximadamente USD 70 000 millones, lo que representa un aumento de dos tercios respecto del promedio y el nivel más alto de la historia. La Corporación Financiera Internacional (IFC) y el Organismo Multilateral de Garantía de Inversiones (MIGA) también han expandido rápidamente sus actividades.
- En cuanto a las vacunas, estamos terminando las evaluaciones de las necesidades de 100 países y en breve presentaremos ante nuestro Directorio las operaciones de financiamiento de las iniciativas nacionales de vacunación.
- En lo que respecta a la deuda, si bien el Marco Común sobre Endeudamiento del Grupo de los Veinte (G-20) se acerca un paso más al alivio de la deuda, existe el riesgo de que no resulte suficiente. En la actual ronda de reestructuraciones, las tasas de interés se mantienen elevadas, y se establece un nivel muy bajo de concesionalidad y transparencia. Estamos trabajando con el Fondo Monetario Internacional (FMI) a fin de mejorar la metodología que se emplea para evaluar la sostenibilidad de la deuda y, en los casos en que esta resulta insostenible, lograr una reducción significativa.
- Durante el encuentro, me uní a los demás participantes para agradecer a Steven Mnuchin, anfitrión del G-7, por su fuerte liderazgo y ofrecí el pleno apoyo del Grupo Banco Mundial a la presidencia del G-7 en 2021, que estará en manos del Reino Unido.
Por otro lado, esta semana hablé en diversos ámbitos sobre todos los temas que acabo de mencionar y sobre las perspectivas económicas mundiales para el año próximo: el miércoles en el Foro del Consejo de Directores Ejecutivos de The Wall Street Journal (i) con Kate Davidson, el jueves en DevEx World (i) con Raj Kumar y el viernes en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) (i) con Dan Runde.
En la charla con el CSIS hablé sobre los desafíos del desarrollo, las vacunas, la deuda, por qué la desigualdad entre los países pobres y los desarrollados sigue ampliándose y por qué los ingresos medios en el mundo en desarrollo no han aumentado.
- En particular, señalé que las barreras comerciales, los intereses creados y los tipos de cambio duales eran algunos de los problemas clave que debían abordarse.
El miércoles tuve el agrado de participar junto con el nuevo Centro Geoeconómico del Consejo del Atlántico (i), el grupo de estudio MacroPolo del Instituto Paulson y Eunice Yoon de CNBC en un panel de reflexión sobre las políticas económicas de China y las interacciones de las políticas internacionales.
El jueves me reuní con los titulares de los bancos multilaterales de desarrollo para transmitirles las novedades sobre las evaluaciones del grado de preparación para la implementación de las vacunas contra la COVID-19 que lleva adelante el Grupo Banco Mundial.
- Me dio gusto compartir con ellos información adicional sobre nuestro objetivo de lograr que el 35 % del financiamiento genere cobeneficios climáticos y sobre la importancia de estos beneficios para el desarrollo. También hice hincapié en la importancia de la cooperación en los países para llevar adelante proyectos de desarrollo y en la necesidad de reducir aún más la carga de la deuda que pesa sobre los más pobres.
Asimismo, quisiera asegurarme de que hayan visto el artículo de opinión que escribí sobre educación, publicado en el Financial Times (i) el jueves.
- En vista del deterioro de las mediciones del aprendizaje durante los cierres de escuelas derivados de la pandemia y la ampliación de la desigualdad, un regreso seguro a las aulas es una prioridad fundamental para el desarrollo. La pandemia de COVID-19 ha puesto de relieve que la educación es una experiencia social, por lo que se requiere inversión en protocolos sanitarios para proteger a los docentes y a los estudiantes cuando regresen a clase.
El sábado participé en la Cumbre sobre la Ambición Climática, organizada conjuntamente por las Naciones Unidas, el Reino Unido y Francia, en la que destaqué el nuevo compromiso del Grupo Banco Mundial de lograr cobeneficios climáticos en el 35 % de su financiamiento, en promedio, durante los próximos cinco años.
- El año pasado se registró el mayor volumen de inversiones climáticas de nuestra historia, y tenemos la intención de ir aún más lejos. La COVID-19, el cambio climático, la pobreza y la desigualdad son problemas que definen nuestra era.
- No podemos ayudar a los países a reducir la pobreza sin hacer frente a los desafíos del cambio climático, y el Grupo Banco Mundial tiene la intención de trabajar aún más en esta área en los próximos cinco años.
Les deseo a ustedes y a sus familias todo lo mejor, salud y felices fiestas.
Este artículo se publicó originalmente en LinkedIn (i).
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