Las mujeres han ingresado a la fuerza de trabajo remunerada en números cada vez mayores en las últimas décadas, y la expansión del empleo en el sector público ha transformado las oportunidades que tienen a su disposición. Algunos estudios indican que las burocracias más representativas conducen a mejores resultados sociales y económicos.
En 2019, la iniciativa "Bureaucracy Lab" publicó un blog (i) relativo a la discriminación por razón de género y la brecha salarial en el sector público, en que se analizaron cinco datos clave de los Indicadores de Burocracia Mundial (i), un conjunto de datos nacionales sobre el empleo y los salarios en el sector público. En los últimos dos años, hemos ampliado el alcance de dichos indicadores, especialmente en temas relacionados con la igualdad de género. He aquí cinco datos más.
Dato 1: El sector público sigue dando empleo a una mayor cantidad de mujeres que el sector privado . A nivel mundial, las mujeres representan el 46 % de la fuerza laboral del sector público, en comparación con el 33 % en el sector privado (Gráfico 1). Si bien los hombres que trabajan en el sector privado superan en número a las mujeres en 130 países, estas sobrepasan a los hombres en el sector público en 55 naciones, según nuevos datos sobre los países de ingreso alto y mediano alto.
Dato 2: La representación femenina en el sector público se correlaciona estrechamente con el nivel de ingreso de los países. Por lo general, se cree que el empleo femenino en el sector privado tiene una relación en forma de U, lo que implica que las tasas de participación femenina en el sector privado aumentan con los niveles de ingreso de los países a un determinado umbral. Sin embargo, a medida que los ingresos continúan aumentando, las tasas de participación de la mujer en el sector privado comienzan a bajar (Goldin, 1986; 1995; Jayachandran, 2020), y los Indicadores de Burocracia Mundial muestran una relación sistemáticamente positiva e importante entre la participación femenina en la fuerza laboral del sector público y el nivel de ingreso de los países.
Dato 3: Si bien en la mayoría de los sectores públicos hay una mayor participación de las mujeres, esta se limita en gran medida a unos pocos sectores y ocupaciones. Más del 64 % de la fuerza laboral del sector de la educación corresponde a mujeres y estas representan más del 70 % de los trabajadores del sector de la salud. Comparativamente, menos del 38 % de la fuerza laboral de la administración pública es femenina (Gráfico 3). Una razón importante de esta disparidad: el sesgo en la asignación de tareas que relega a las mujeres a ocupaciones donde son menos visibles y tienen menos probabilidades de obtener oportunidades para avanzar. En un informe de 2019 de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se indicó que las trabajadoras de la salud se concentran en profesiones de menor nivel, como enfermeras y parteras, mientras que los hombres todavía superan en número a las mujeres entre los médicos y los especialistas médicos.
Dato 4: Las mujeres reciben una prima salarial mucho mayor por trabajar en el sector público que los hombres. Si bien los empleados públicos de la mayoría de los países reciben una prima en comparación con sus contrapartes del sector privado, los salarios más altos no son uniformes en todos los géneros. Las trabajadoras del sector público gozan de casi un 30 % de prima salarial en comparación con las mujeres empleadas en el sector privado (Gráfico 4). En el blog anterior se señaló que el salario promedio de las mujeres representa el 86 % del salario de los hombres en el sector público y el 76 % del salario masculino en el sector privado formal. Esto tiene grandes repercusiones en las tasas de participación femenina en el sector privado dado los enormes costos de oportunidad.
Dato 5: Las desventajas salariales para las mujeres persisten incluso en sectores con alta representación femenina. Las menores tasas de participación femenina en la fuerza laboral son solo una de las fuentes de las brechas de género en los salarios. Sin embargo, incluso en los sectores con una amplia representación femenina (como la educación y la salud), su participación se limita principalmente a ocupaciones peor remuneradas (las mujeres representan más del 84 % de la oferta mundial de profesionales de la enfermería, mientras que siguen siendo una minoría entre los médicos). En 191 de un total de 201 observaciones sobre las primas salariales por género según el sector, las mujeres enfrentan una penalidad salarial en comparación con sus contrapartes masculinas (Gráfico 5). La penalización salarial global media por razón de género es del 14 % en la educación, del 20 % en la salud y del 21 % en la administración pública.
Aunque existe mayor equilibrio entre los géneros en el sector público que en el privado, todavía estamos lejos de lograr la plena igualdad. La pandemia de COVID-19 ha subrayado además la importancia de la fuerza laboral del sector público en la prestación de servicios públicos esenciales. Dada la interseccionalidad entre el género, la ocupación y el empoderamiento económico, comprender y aumentar la representatividad, la calidad y la equidad en el sector público es esencial para una mejor prestación de servicios. La gran amplitud del sector público significa que puede ser un líder estratégico en el cambio de normas y comportamientos y promover una mayor igualdad de género en el empleo en el mercado laboral en general.
Nota del editor: Este blog forma parte de una serie del "Bureaucracy Lab", una iniciativa del Banco Mundial para lograr una mayor comprensión de la situación de los funcionarios públicos en el mundo.
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