El mundo debe aumentar los esfuerzos para dar acceso a educación a un gran número de jóvenes, de modo que estos puedan enfrentar los desafíos del siglo XXI. Ese fue un mensaje clave del Simposio de “Aprendizaje para Todos”: Invertir en un futuro más prometedor, realizado durante las Reuniones de Primavera del Grupo del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional (FMI).
El evento, moderado por la presentadora de noticias de PBS Judy Woodruff y transmitido en tres idiomas, vinculó lo que varios participantes describieron como una “crisis de aprendizaje” en curso con el alto nivel de desempleo de los jóvenes en todo el mundo.
Aunque se han logrado grandes avances en la asistencia de los niños a la escuela, 57 millones de niños aún están fuera del sistema educativo. Los estudios han comprobado que las brechas educativas constituyen un obstáculo para el desarrollo de habilidades, el crecimiento económico y la competitividad en todo el mundo. En 2011 se estimó que 73 millones de jóvenes estaban desempleados a nivel mundial. En la mayoría de los países, las tasas de desempleo juvenil son dos a cuatro veces más altas que las de los adultos.
Se estima que unos 250 millones de niños no saben leer o escribir después de más de tres años de escolaridad. Según el último Informe de Seguimiento de la Educación para Todos en el Mundo de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por sus siglas en inglés), 100 millones de mujeres jóvenes de países de ingreso bajo y mediano no pueden leer una sola frase, dijo el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon.
Aun así, “no es suficiente que la educación forme individuos que sepan leer, escribir y contar; la educación debe ser transformadora y práctica, y promover valores comunes”, dijo Ban Ki-moon.
El ex primer ministro británico, Gordon Brown, ahora enviado especial de las Naciones Unidas para la Educación Mundial, señaló que el mundo debe acelerar los esfuerzos para alcanzar el objetivo de desarrollo del milenio que aboga por la educación primaria universal en 2015. "Necesitamos una coalición durante estos próximos 21 meses para ver qué tan lejos y qué tan rápido podemos brindar oportunidades a los 57 millones de niños que no asisten a la escuela, que de otro modo nunca las tendrán”.
El presidente del Grupo del Banco Mundial, Jim Yong Kim, dijo que las metas posteriores a 2015 también deben garantizar que todos los “niños estén preparados para llevar una vida productiva y enfrentar los desafíos del siglo XXI”.
Se deberán crear unos 700 millones de puestos de trabajo para 2020, según la Organización Internacional del Trabajo, dijo Børge Brende, ministro de Asuntos Exteriores de Noruega. “Debemos contar con más y mejor educación y formación profesional en los países en desarrollo” y trabajar más estrechamente con el sector privado para identificar las habilidades que se necesitan, agregó.
Ministros de Bangladesh, Malawi, Papua Nueva Guinea y Senegal plantearon durante un panel que la educación es una prioridad importante y crucial para el desarrollo de sus países. Sin embargo, enfrentan desafíos como la falta de un número suficiente de maestros y la exigencia de adaptar la educación a las realidades del mundo actual.
Las necesidades son aún mayores para los niños afectados o desplazados debido a situaciones de conflicto, dijo Rajiv Shah, administrador de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID). Shah afirmó que la educación debe ser una prioridad en esas situaciones y que se deben implementar programas innovadores, como No Lost Generation (No a una generación perdida), una iniciativa para ayudar a niños refugiados de Siria.
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