Se espera que el índice de precios de los productos básicos del Banco Mundial caiga un 4 % en 2024, tras un descenso de casi un 24 % en 2023, la disminución más pronunciada desde la pandemia. Según las proyecciones, los precios de la energía disminuirán casi un 5 % en 2024 y se mantendrán relativamente estables en 2025. Por su parte, los precios agrícolas bajarían durante el período de pronóstico, mientras que los precios de los metales descenderían en 2024, pero registrarían un aumento del 6 % en 2025. En los pronósticos se asume que el conflicto en Oriente Medio tendrá un impacto limitado en los precios de los productos básicos, aunque los riesgos geopolíticos siguen siendo elevados. El decepcionante desempeño del crecimiento mundial plantea un riesgo a la baja, especialmente en el caso de los productos básicos industriales. Las restricciones comerciales adicionales y la intensificación de El Niño podrían hacer subir aún más los precios de los alimentos.
Los precios de los productos básicos aumentaron un 5 % en el tercer trimestre de 2023, impulsados por el alza de los precios del petróleo. El inicio del conflicto en Oriente Medio a principios de octubre provocó un repunte inicial de los precios, aunque el impacto hasta ahora ha sido leve: a fines de octubre, los precios de los productos básicos se mantenían un 29 % por debajo del nivel máximo de junio de 2022. La disminución refleja una combinación de la desaceleración de la actividad económica que afecta los precios de los metales y las condiciones climáticas favorables que impulsaron los rendimientos agrícolas. No obstante, los precios de la mayoría de los productos básicos son superiores al promedio del período 2015-19.
Los precios del petróleo subieron de USD 72 a más de USD 90 al final del tercer trimestre. El aumento fue impulsado principalmente por los recortes del grupo OPEP+, especialmente Arabia Saudita, cuya producción en el cuarto trimestre de 2023 se espera que sea casi 2 millones de barriles por día (mb/d) más baja en comparación con el año anterior. El precio del petróleo de los Urales, el valor de referencia de Rusia, ha aumentado aún más rápido y supera significativamente el límite máximo establecido por los países del Grupo de los Siete (G7). Aunque los precios del petróleo Brent experimentaron una volatilidad considerable tras el inicio del conflicto de Oriente Medio a principios de octubre, desde entonces han disminuido a USD 83 por barril a fines de noviembre, antes de la reunión mensual de la OPEP, una cifra por debajo de los niveles anteriores al conflicto. Se prevé que los precios del petróleo alcancen un promedio de USD 84 por barril en 2023 (lo que implica un promedio de USD 90 por barril para el cuarto trimestre de 2023), una disminución respecto a los USD 100 por barril de 2022. En 2024 podrían llegar en promedio a los USD 81 por barril como respuesta a la desaceleración de la demanda y la mejora de los suministros de los países no pertenecientes a la OPEP, y mantenerse en torno a este nivel en 2025.
Los precios del gas natural en Europa siguen siendo elevados y sensibles a las interrupciones en las terminales para GNL. Los precios cayeron un 5 % en el tercer trimestre de 2023 respecto al trimestre anterior, luego de los marcados descensos registrados a principios de año en medio de las débiles importaciones de gas natural licuado (GNL) por parte de China y la sustitución ordenada del gas ruso de gasoducto por GNL en la Unión Europea (actualmente más del 95 % de su capacidad total). Los precios alcanzaron su punto máximo a principios de octubre tras el cierre de un yacimiento de gas frente a las costas de Israel, una explosión en un interconector del mar Báltico y las preocupaciones sobre la escalada del conflicto en Oriente Medio. Tras una disminución prevista del 68 % en 2023, se prevé que los precios del gas natural europeo disminuyan un 4 % adicional en 2024, debido a la desaceleración de la demanda. También se espera que los precios del gas natural y el GNL de Estados Unidos disminuyan en un 20 % y un 7 %, respectivamente, en 2024.
Las condiciones de la oferta de productos básicos agrícolas y alimenticios han mejorado, pero persisten los riesgos. Los precios agrícolas se han mantenido relativamente estables durante los últimos 12 meses, como lo demuestra una modesta caída del 2 % en el tercer trimestre de 2023 y una disminución del 3 % respecto al año anterior. Los precios de los alimentos experimentaron mayores caídas durante el año pasado (-6 %). Factores como la no renovación de la Iniciativa de Cereales del Mar Negro, la prohibición de exportar arroz no basmati en India y la intensificación de El Niño se han visto contrarrestados por mejores perspectivas de suministro de productos alimentarios básicos, entre ellos el maíz, la soja y el trigo. Luego de una disminución proyectada del 7 % en 2023, se prevé que los precios agrícolas caerán otro 2 % en 2024 y 2025, debido a los abundantes suministros.
A pesar de los abundantes suministros de alimentos, la inseguridad alimentaria sigue siendo una preocupación importante. La inseguridad alimentaria sigue siendo una de las principales amenazas en muchos países, pese a los abundantes suministros de alimentos y la menor inflación de los precios de los alimentos. Tras disminuir varios años hasta 2015, la inseguridad alimentaria va en aumento y el número de personas afectadas superó los 900 millones de personas en 2022. Es probable que el reciente conflicto en Oriente Medio, que se produjo inmediatamente después de la guerra de Ucrania, exacerbe aún más el problema. Por ejemplo, incluso antes de este último conflicto, el 53 % de la población de Gaza ya sufría inseguridad alimentaria.
Los precios de los metales se han debilitado en medio de las preocupaciones sobre la demanda. Los precios de los metales cayeron un 2 % en el tercer trimestre de 2023 en relación con el trimestre anterior y ahora se encuentran aproximadamente en el mismo nivel que hace un año. La debilidad de los sectores de la industria pesada y la construcción de viviendas en China se ha visto compensada por una demanda resiliente en la fabricación de productos de energía renovable con uso intensivo de metales, en medio de una abundante oferta de metales. Tras una disminución prevista del 12 % en 2023, se espera que los precios de los metales básicos disminuyan un 5 % en 2024 debido a la desaceleración de la demanda. Sin embargo, se prevé que se recuperarán en 2025 a medida que mejora la actividad mundial y se acelera la demanda de metales en las tecnologías de energía renovable.
La demanda de algunos minerales críticos está en alza. Dado que los vehículos eléctricos ahora representan 1 de cada 5 automóviles vendidos a nivel mundial, la demanda de minerales utilizados en la producción de vehículos eléctricos y baterías, como cobalto, litio y molibdeno, continuará aumentando. A corto plazo, han seguido la tendencia a la baja de los precios de los metales básicos, aunque los precios siguen siendo volátiles debido al carácter estratificado y concentrado de los mercados de minerales. Según las previsiones, un crecimiento mundial firme, junto con políticas para ampliar la infraestructura de energía renovable, apuntalarán el repunte de los precios de los metales y minerales en 2025. La inversión mundial en infraestructura de energía limpia ha crecido casi un 28 % entre 2021 y 2023, y sigue aumentando rápidamente, impulsando un fuerte incremento de la demanda de cobre, litio y níquel.
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