Hoy, el Gobierno del Reino Unido y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) organizaron conjuntamente la primera Cumbre de la Niña para movilizar esfuerzos destinados a poner fin al matrimonio infantil, precoz y forzado, así como a la mutilación genital femenina. Según un informe de 2013 de UNICEF, 30 millones de niñas corren el riesgo de sufrir mutilación genital en la próxima década. Informes recientes del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) y UNICEF sugieren que más de un tercio de las niñas se casan antes de los 18 años.
La incidencia del matrimonio infantil está disminuyendo, pero lentamente. En muchos países, se han adoptado leyes para impedir el matrimonio antes de los 18 años, pero a menudo no se hacen cumplir y todavía quedan cosas por hacer. Existe consenso generalizado de que el matrimonio infantil viola los derechos de las niñas, limita sus logros escolares, su aprendizaje y sus futuros ingresos, y tiene efectos negativos en su salud y la de sus hijos. El matrimonio infantil contribuye claramente a la pobreza y limita el crecimiento económico. Y sin embargo, esta práctica sigue siendo percibida habitualmente como un problema social y no económico.
¿Cuál es el costo económico del matrimonio infantil? En realidad no lo conocemos. Los estudios –incluyendo los del Banco Mundial– sugieren una serie de impactos negativos de esta práctica sobre los resultados de desarrollo humano. Por ejemplo, el personal del Banco ha estimado que en África al sur del Sahara el casamiento de los niños puede ser responsable en algunos países de hasta una quinta parte de la deserción escolar de las niñas en el nivel secundario, y cada año de retraso adicional en la edad para casarse puede aumentar potencialmente en varios puntos porcentuales la probabilidad de que las niñas afectadas se alfabeticen y completen la escuela secundaria. Otro estudio publicado hace unos años en el Journal of Political Economy sugiere impactos similares en el caso de Bangladesh.
Lamentablemente, más allá de estos estudios, hay muy poca investigación sobre los efectos generales del matrimonio infantil en los países y sus economías, en particular en términos de pérdida de salarios, productividad y, en última instancia, crecimiento. Si se estimara mejor el costo económico del matrimonio infantil, esto podría proporcionar incentivos para que los Gobiernos invirtieran más en la eliminación de la práctica.
Con este fin, la Fundación Bill y Melinda Gates y Children’s Investment Fund Foundation (CIFF), anunciaron hoy una nueva inversión de US$4,2 millones destinada a un programa único de investigación de tres años de duración para medir el costo económico del matrimonio infantil. La investigación será dirigida en forma conjunta por el Centro Internacional de Investigación sobre la Mujer (ICRW, por sus siglas en inglés) y el Banco Mundial. Generará nuevas pruebas a nivel mundial, regional y nacional sobre las consecuencias del matrimonio infantil y su costo económico.
El programa de investigación tendrá tres fases, cada una de las cuales durará un año aproximadamente. En la primera etapa, se preparará un marco conceptual para documentar las diversas vías por las cuales el matrimonio infantil afecta a las niñas, sus hijos y familias, sus comunidades y las sociedades en general. En esta fase, se usarán las encuestas de hogares existentes para medir el impacto del matrimonio infantil en una serie de resultados y en el desarrollo económico.
En la segunda fase, los investigadores llevarán a cabo la recopilación y análisis de datos en profundidad en tres países para validar los modelos desarrollados en la primera fase. En la tercera fase, los resultados de las dos primeras fases serán sintetizados y difundidos ampliamente para el diálogo sobre políticas y la promoción. También se organizarán una serie de eventos de difusión y fortalecimiento de la capacidad.
Este nuevo programa de investigación proporcionará las primeras estimaciones mundiales del costo económico del matrimonio infantil, así como estudios piloto de caso en profundidad para tres países que podrán luego ser repetidos por otros investigadores en otros lugares. La investigación informará a los encargados de la formulación de políticas no solo acerca del costo del matrimonio infantil, sino también sobre los tipos de intervenciones que pueden ayudar a eliminar la práctica.
Esperamos poder colaborar con ICRW, CIFF, y la Fundación Bill y Melinda Gates en esta importante iniciativa. Las niñas de todas partes tienen el derecho a ser protegidas del matrimonio precoz y forzado para que puedan estar sanas, educarse, y alcanzar su máximo potencial.
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