También diponible en: English
En general, las escuelas públicas de la provincia de Buenos Aires entregan gratuitamente a los alumnos libros de texto y otros materiales. Esto es importante, dado que el 40 % más pobre de la población de Argentina utiliza en gran medida los servicios públicos, como la educación. Pero ¿qué sucede cuando las escuelas no pueden comprar libros para los estudiantes?
Los gastos fijos, incluidos los gastos en personal, suelen dejar un margen limitado para otros gastos educativos orientados a mejorar la calidad, como los libros de texto y los materiales de capacitación. En 2013, ante la inesperada presión que experimentaron dichos gastos, algunas escuelas se vieron obligadas a reducir considerablemente el material didáctico para los docentes y otros recursos educativos que suelen proveerse de manera gratuita. Como resultado, varios padres se vieron de pronto obligados a decidir entre comprar materiales didácticos para la educación de sus hijos o pagar las cuentas.
Este escenario ilustra de qué manera la credibilidad presupuestaria y las modificaciones en los programas de gastos más allá de los usos previstos, como el desempeño de otros componentes del sistema de gestión de las finanzas públicas (GFP), tienen un impacto directo en la prestación de servicios. De ello se infiere que una mayor rendición de cuentas del Gobierno mediante reformas en la GFP puede mejorar la prestación de servicios, dado que contribuiría a la asignación eficiente, al uso adecuado y a la transparencia de los recursos públicos.
De qué manera las reformas de la GFP relacionadas con la credibilidad presupuestaria inciden en la prestación de servicios
En la última década, la provincia más grande de Argentina ha introducido mejoras significativas en sus sistemas de GFP. En efecto, el presupuesto de Buenos Aires es actualmente un instrumento creíble y un buen indicador de la asignación efectiva de los recursos provinciales. Sin embargo, el incumplimiento del presupuesto a menudo genera modificaciones entre las distintas categorías de gastos, lo que históricamente se ha traducido en ajustes negativos a los bienes y servicios para compensar la presión al alza sobre los salarios.
Se han logrado avances considerables en materia de supervisión externa y auditorías. Con la asistencia técnica del Banco Mundial, la provincia ha implementado a modo experimental nuevas herramientas de auditoría y funciones de control. El honorable Tribunal de Cuentas, el órgano judicial que ejerce el control externo del sector público, también ha comenzado a modernizar sus controles basados en el cumplimiento que solían ser estrictamente jurídicos y financieros, y a realizar auditorías piloto del desempeño de los programas públicos. Dichas auditorías externas ayudan a identificar cuellos de botella relacionados con la gestión o los procedimientos que afectan a los programas y los proveedores de servicios públicos, y proponen recomendaciones para mejorar su funcionamiento general.
Estas auditorías piloto, que se basan en las buenas prácticas de la Organización Internacional de las Entidades Fiscalizadoras Superiores, ya han permitido evaluar la eficacia, la eficiencia y la economía de la Dirección de Vialidad y de un programa de salud materno-infantil a nivel municipal. Se prevén nuevas auditorías, a saber, del Programa de Prevención, Diagnóstico y Tratamiento del Paciente Diabético y de un hospital municipal de trauma y emergencias en el Gran Buenos Aires. El resultado final es la mejora en la prestación de servicios: los recursos se asignan de forma más adecuada y se destinan a los fines previstos, lo que contribuye a su optimización.
Las ineficiencias en la prestación de los servicios de salud y educación afectan mayormente a los más pobres —quienes más utilizan los servicios públicos—, de modo que los pobres serán los más beneficiados por las medidas que se adopten para subsanarlas. Pero ¿cómo se hace para vincular directamente el desempeño en materia de GFP con la prestación de servicios?
La Unidad de Gestión y Movilización de los Recursos Públicos del Departamento de Prácticas Mundiales de Buen Gobierno ha procurado identificar los posibles vínculos entre el desempeño en materia de GFP y los resultados obtenidos en la prestación de servicios. La evaluación de la GFP en los sectores de salud y educación de la provincia de Buenos Aires ha impulsado la agenda en esa dirección ayudando a identificar algunos nexos preliminares. La posibilidad de medir los efectos tangibles de dichas reformas —la reducción del monto de las transferencias entre las partidas presupuestarias durante el ejercicio, por ejemplo— nos ayuda a garantizar que los docentes de las escuelas reciban su material didáctico en forma automática y predecible todos los años.
Para mejorar la prestación de los servicios y aliviar la pobreza se necesitan esfuerzos complejos que requieren reformas de la GFP en varios frentes. Asimismo, exigen otros tipos de intervenciones que acompañen a las que se realicen en ese ámbito. Nuestro equipo busca constantemente nuevos datos empíricos e información sobre reformas exitosas y no tan exitosas. ¿Cuáles han sido sus experiencias? Lo invitamos a compartir sus opiniones y participar en el debate.
Únase a la conversación