Publicado en Voces

No podemos viajar, pero podemos tomar medidas para proteger los empleos en el sector turístico

Las torres gemelas de Viru Gate en el antiguo pueblo de Tallinn, Estonia. El país adoptó su campaña en Twitter, cambiando el mensaje «Visita Estonia» por «Visita Estonia, más adelante» #stayhome (quédate en casa). Foto: © Boris Stroujko/Shutterstock.
Las torres gemelas de Viru Gate en el antiguo pueblo de Tallinn, Estonia. El país adoptó su campaña en Twitter, cambiando el mensaje «Visita Estonia» por «Visita Estonia, más adelante» #stayhome (quédate en casa). Foto: © Boris Stroujko/Shutterstock.

El sector del turismo está paralizado. Aun cuando los encargados de formular políticas en todo el mundo buscan maneras para mitigar el impacto económico de la pandemia de COVID-19, la recuperación no puede empezar hasta que la emergencia sanitaria esté bajo control y las restricciones para viajar se puedan levantar con seguridad. Mientras más dure la crisis, será más difícil para las empresas sobrevivir, especialmente las pequeñas y medianas empresas (pymes) que representan un gran porcentaje del ecosistema turístico, y los trabajadores sufrirán un mayor nivel de angustia.

Los Gobiernos se preocupan, con razón. Según las últimas cifras del Consejo Mundial de Viajes y Turismo, 50 millones de empleos turísticos están en riesgo en el mundo , lo que equivale a una reducción de entre el 12 % y el 14 % (i). En muchos países, el turismo es el sector que más contribuye al producto interno bruto (PIB) y al mercado de divisas y brinda mayores oportunidades de empleo especialmente a los grupos vulnerables, las mujeres y los jóvenes. Para los países en desarrollo cuyo PIB depende fuertemente del turismo —la actividad representa el 20 % en 37 países (i)— la crisis sanitaria es ya una crisis económica de carácter nacional.

A principios de la crisis, muchos de los destinos turísticos que no estaban afectados invirtieron en campañas de marketing para atraer personas que aún deseaban viajar. Ahora está claro que la promoción de cualquier tipo de viaje —incluso de tipo doméstico— es irresponsable.  En consonancia con la orientación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), todos tenemos la responsabilidad de hacer nuestra parte para «aplanar la curva» y frenar la transmisión de la enfermedad. Esto significa restringir el desplazamiento de las personas y reducir todas las formas de interacción, incluidos los viajes.

El sector más vanguardista y las marcas de destino tienen como objetivo mostrar sensibilidad y crear confianza. Por ejemplo, Estonia adaptó su campaña en Twitter, cambiando el mensaje «Visita Estonia» por «Visita Estonia, más adelante» #stayhome (quédate en casa). 

Es difícil saber cuándo empezará la recuperación. Pero en el corto plazo, los Gobiernos y las empresas privadas están implementando medidas de crisis para proteger al sector tanto como sea posible.  Es probable que la recuperación sea más rápida donde se adopten diversas acciones coordinadas e integradas. A continuación, presento algunas ideas interesantes.

  • Generar ingresos alternativos. Los destinos turísticos y el sector del turismo están contemplando maneras innovadoras para mantener algunas fuentes de ingreso y, al mismo tiempo, desincentivar los viajes. Por ejemplo, estas incluyen mecanismos de cupones «pagados por adelantado», como «el programa Yo amo Manchester» (i); contenido «para consumir en casa», como visitas virtuales, audioguías para paseos, recetas de cocina en línea de restaurantes u hoteles, clases de yoga y de spa, y servicios de reparto de comida a domicilio.
  • Minimizar la pérdida de ingresos. El sector turístico está renunciando a los cargos por cambios de reservas e incentivando a los viajeros a posponer sus viajes en vez de cancelarlos.
  • Planificación y comunicación. Las asociaciones y comunidades de destinos turísticos están formando grupos de respuesta de emergencia por Internet, con objetivos, que incluyen unirse para cerrar todas las atracciones turísticas y hacer seguimiento y comunicarse con los compradores comerciales y los consumidores a través de las redes sociales. Los mejores mensajes deberían centrarse de manera transparente en los riesgos para la salud, los casos y las medidas de mitigación, como las páginas sobre Copenhague y Salzburgo (Austria) (i). Acuerdos conjuntos acerca de las cuestiones más importantes que preocupan a los Gobiernos, el sector financiero, las asociaciones sectoriales y los sindicatos pueden también agilizar las medidas.
  • Informar al sector. Los Gobiernos y las asociaciones pueden preparar orientaciones y actualizaciones sobre todas las medidas que se toman y comunicárselas al sector y los miembros que las integran. Además, mantenerlos informados respecto de las maneras de obtener apoyo. La Federación Nacional de Trabajadores Autónomos y Pequeñas Empresas del Reino Unido tiene un desglose completo de todas las medidas de asistencia (i).
  • Reducir la carga tributaria. Los Gobiernos están suspendiendo o reduciendo los pagos de impuestos sobre la renta, las tasas para las empresas, el impuesto al valor agregado (IVA) y otros cargos que se aplican a las empresas, incluidos el aplazamiento de la retención de impuestos en la fuente y el pago de las licencias por enfermedad para proporcionar alivio al personal con ingresos reducidos. Nueva Zelandia anunció paquetes masivos de reducción de impuestos (i) y Myanmar (i) suspendió el 2 % del impuesto anticipado sobre las exportaciones.
  • Apoyo para enfrentar la contaminación. Entregar apoyo financiero público o suministros a las empresas para gestionar los costos derivados de hacer frente a los efectos del virus, como servicios de limpieza profunda. Un ejemplo es el fondo de asistencia para la limpieza de los hoteles en Singapur (i).
  • Proporcionar liquidez. Los Gobiernos, las instituciones financieras y otros organismos están ofreciendo donaciones, fondos o capital alternativo para aquellos que están en mayor riesgo (las pymes), por ejemplo véase la respuesta de la Administración de Pequeños Negocios de los Estados Unidos, así como aumentando las líneas de crédito o el capital de trabajo.
  • Reducir la deuda. Los bancos están ampliando la asistencia en materia hipotecaria y los aplazamientos del reembolso de los préstamos.
  • Redistribuir los recursos. Los destinos turísticos están analizando oportunidades para reasignar al personal o redistribuir los recursos turísticos a fin de apoyar los programas de salud pública, como por ejemplo entrenar a los auxiliares de vuelo para que ayuden en las instalaciones donde se realizan pruebas de detección del virus o utilizar los hoteles como sitios para brindar atención médica a los pacientes de bajo riesgo.

El Grupo Banco Mundial trabaja con sus asociados para proporcionar información y datos confiables sobre qué esperar y qué podemos aprender de crisis pasadas que afectaron al turismo, como la crisis financiera mundial, la gripe A (H1N1), el síndrome respiratorio agudo grave (SRAG), los tsunamis y el virus del Ébola. En los lugares donde estemos ejecutando programas de fomento del turismo que incluyan a clientes como destinos, estudiaremos la reorientación de recursos para ayudar a enfrentar la crisis inmediata y asistir a los Gobiernos clientes a medida que adoptan acciones para aumentar la resiliencia del sector y se preparan para la recuperación que eventualmente se producirá posteriormente.

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Autores

Caroline Freund

Directora mundial de Comercio, Inversión y Competitividad del Banco Mundial

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