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Responder a la crisis con pagos digitales destinados a la protección social

Une jeune femme utilisant un téléphone mobile au Kenya. Photo : © WorldRemit [Creative Commons BY-SA 2.0] Une jeune femme utilisant un téléphone mobile au Kenya. Photo : © WorldRemit [Creative Commons BY-SA 2.0]

Los pagos de los Gobiernos a los particulares (G2P) nunca fueron tan importantes como ahora, en un momento en que los Gobiernos de todo el mundo buscan formas de responder a las consecuencias económicas y sociales de la pandemia de COVID-19. Hasta el momento, 84 países han informado sobre la incorporación de cambios en sus sistemas de protección social en respuesta a la enfermedad; 58 de ellos están ampliando sus esquemas de transferencias de efectivo. Durante la crisis actual, muchos Gobiernos consideran la posibilidad de implementar también transferencias financieras directas para hogares y pequeñas empresas, aparte de los mecanismos tradicionales de protección social. En muchos países en desarrollo, la escala de estos pagos no tiene precedentes: en Argentina, Pakistán y Perú, los nuevos programas abarcan un tercio de la población; en Filipinas, más del 70 % de los hogares recibirá transferencias de emergencia. Para los 656 millones de personas que viven en la pobreza extrema en todo el mundo, el apoyo inmediato a través de dinero en efectivo puede ser vital. 

Los países que poseen ecosistemas avanzados de pagos de G2P pueden implementar transferencias con suma rapidez

El desafío de hacer llegar estos pagos masivos a los pobres y a los trabajadores informales pone de relieve las diferencias entre los ecosistemas de pagos de G2P de los distintos países. Los que poseen ecosistemas avanzados pueden implementar transferencias con suma rapidez. En Chile, la CuentaRut, una cuenta básica vinculada con el documento de identidad, a través de la cual se brinda servicios a la mayor parte de las personas de ingreso bajo, permitirá acreditar en abril el “Bono COVID-19” directamente en las cuentas bancarias de más de 2 millones de chilenos en situación de vulnerabilidad. En Perú, las autoridades sacan provecho de experiencias anteriores en las que se canalizaron con éxito pagos de G2P a través de cuentas para incrementar durante la emergencia los pagos a beneficiarios nuevos y ya existentes. Además, están ampliando el conjunto de prestadores de servicios financieros para incluir bancos privados y proveedores de dinero móvil, como BIM, con el fin de llegar a más beneficiarios. Para que estos nuevos modelos tengan éxito, será fundamental sacar provecho de la amplia red de agentes minoristas del país. Las recientes reformas introducidas en Tailandia le permiten enviar pagos a cuentas bancarias a través de su sistema PromptPay, que ofrece plena interoperabilidad, en el contexto de un ecosistema de pagos digitales en rápido crecimiento que también reduce la necesidad de retirar efectivo. Estos países tienen la ventaja adicional de contar con sistemas de identificación digital que les permiten identificar inequívocamente a los receptores, con lo que pueden determinar su elegibilidad y depositar fondos directamente en la cuenta que el beneficiario tiene asociada a su identificación. Cabe destacar que ambos países pudieron también implementar con rapidez programas significativos de transferencias de efectivo para mitigar el impacto de la COVID‑19 en los trabajadores informales. En términos más generales, en los países donde los servicios financieros digitales están más difundidos, resultará relativamente más sencillo garantizar la continuidad del acceso a los servicios financieros , así como propiciar y aprovechar las innovaciones de la economía digital, como el comercio electrónico, la telemedicina y el aprendizaje a distancia.

En los países donde los servicios financieros digitales están más difundidos, resultará relativamente más sencillo garantizar la continuidad del acceso a los servicios financieros

En los países donde aún no se han realizado inversiones en infraestructura de pagos y servicios financieros digitales, y donde todavía no se han modernizado las regulaciones, será más difícil ampliar los pagos de G2P y preservar el acceso a los servicios financieros. En reconocimiento de la importancia crucial de estas funciones durante la crisis de la COVID‑19, muchos Gobiernos están buscando formas creativas de distribuir dinero en efectivo de manera segura a un número más amplio de personas. Pero hay límites respecto de lo que se puede hacer, en particular cuando se desalienta la interacción física. No obstante, algunos países pueden establecer fácilmente una infraestructura a gran escala introduciendo cambios regulatorios básicos, por ejemplo, permitiendo que las entidades no bancarias ya existentes que brindan servicios de dinero electrónico ofrezcan también servicios de retiro de efectivo. Asimismo, los países que están relativamente avanzados en las reformas regulatorias pueden acelerar el ingreso de nuevos actores (por caso, otorgando licencias para emitir dinero electrónico a los operadores de telefonía móvil) con los marcos normativos adecuados y facilitando la interoperabilidad.

A medida que los países avancen, será necesario garantizar que la digitalización de los pagos no derive en la exclusión de las poblaciones vulnerables, como los que no tienen acceso a la tecnología, los ancianos, los discapacitados y las personas que viven en zonas aisladas. Los problemas con la tecnología no deberían conducir a la privación de servicios de bienestar fundamentales; en los programas de pagos de G2P se deben abordar proactivamente todos los obstáculos que puedan surgir como consecuencia de la transición hacia pagos digitales.

A medida que los países avancen, será necesario garantizar que la digitalización de los pagos no derive en la exclusión de las poblaciones vulnerables

Comprendemos que no es posible crear de cero ecosistemas de pago completamente nuevos en plena crisis, y en muchos países esta será la realidad. La única alternativa en el corto plazo será la aplicación de medidas que mitiguen los impactos que puedan tener los mecanismos de pago ya existentes respecto de la salud pública y el sector financiero. No obstante, en algunos casos, la crisis puede representar una oportunidad para acelerar cambios que ya están en marcha en áreas tales como la interoperabilidad, la adopción del dinero móvil y los servicios financieros digitales en general. 

Las transferencias de efectivo serán fundamentales para respaldar la recuperación, reconstruir los medios de subsistencia y prepararse para los desafíos futuros. También pueden generar beneficios en el largo plazo, entre ellos, la inclusión financiera (elemento fundamental para lograr resiliencia frente a las crisis económicas) y el empoderamiento económico de la mujer. Esto reviste especial importancia para las mujeres, puesto que el hecho de tener una cuenta a su nombre con depósitos previsibles puede darles más independencia y control sobre el gasto de los hogares. Estos beneficios surgen cuando los receptores reciben sus pagos en una cuenta de transacciones plenamente funcional y saben con claridad cómo usarla, por ejemplo, para enviar remesas dentro del país y al exterior, efectuar compras en los comercios locales o pagar los aranceles de las escuelas. Este ecosistema de pagos digitales (el objetivo de crear un entorno que respalde plenamente la inclusión financiera en épocas normales) es ahora más útil que nunca, dada la necesidad de mantener la distancia social a fin de poner freno a la pandemia y preservar la salud de las personas. Del mismo modo, a medida que se acelera esta digitalización, es aún más importante establecer sólidas salvaguardas institucionales, legales y técnicas para proteger los datos y preservar la privacidad.

La modernización de los pagos de G2P era ya una prioridad de largo plazo para el Grupo Banco Mundial desde antes de la crisis

La modernización de los pagos de G2P era ya una prioridad de largo plazo para el Grupo Banco Mundial desde antes de la crisis y, en los últimos años, los equipos que trabajan en las áreas de protección social y sector financiero han estado abordando este tema con los países clientes, con el apoyo de asociados como el Departamento de Desarrollo Internacional del Reino Unido (DFID).y la Secretaría de Estado para Asuntos Económicos de Suiza (SECO). A comienzos de 2020, y reconociendo que podemos maximizar el impacto aunando los esfuerzos de distintas áreas del Grupo Banco Mundial, pusimos en marcha una nueva iniciativa denominada G2Px en asociación con la Fundación Bill y Melinda Gates. En ella confluyen conocimientos técnicos de las áreas de protección social, sector financiero, gobernanza, desarrollo digital, género y protección de los datos, con el objetivo de mejorar los pagos de G2P en gran escala en favor de la inclusión y el empoderamiento, de manera integral, intersectorial y responsable. En la actualidad, estamos adaptando esta iniciativa con rapidez para asegurarnos de que pueda ayudar a los responsables de los programas públicos de protección social a abordar la nueva realidad originada con la pandemia.

Ya sea en época de crisis o en tiempos normales, para que las transferencias de efectivo den buenos resultados es necesario aplicar un enfoque que abarque todo el Gobierno e incluya a los diversos ministerios. El Banco Mundial está preparado para brindar apoyo a los países en la ampliación de los sistemas modernos de pago de G2P.

A medida que los programas de protección social adaptan y amplían las transferencias de efectivo de G2P, alentamos a sus responsables a analizar cómo pueden mejorar los resultados, tanto para los beneficiarios como para el Gobierno

Esta crisis exige una respuesta efectiva, integral e inmediata. Al mismo tiempo, los Gobiernos de todo el mundo requerirán herramientas que respalden la resiliencia y la recuperación a largo plazo. A medida que los programas de protección social adaptan y amplían las transferencias de efectivo de G2P, alentamos a sus responsables a analizar cómo pueden mejorar los resultados, tanto para los beneficiarios como para el Gobierno. Si bien no esperamos que esta ampliación resulte sencilla, confiamos en que las dificultades que surjan podrán abordarse mediante la coordinación y la colaboración. Tenemos sumo interés en trabajar junto con todos nuestros asociados para crear el impulso multisectorial e intergubernamental que se necesita para modificar el paradigma de los pagos de G2P a fin de respaldar tanto la respuesta a la crisis como los objetivos de largo plazo de inclusión financiera y empoderamiento.

ENLACES RELACIONADOS

El Grupo Banco Mundial y la COVID-19 (coronavirus)


Autores

Michal Rutkowski

Director superior del Departamento de Prácticas Mundiales de Protección Social y Trabajo del Banco Mundial

Alfonso Garcia Mora

Director mundial del Departamento de Prácticas Mundiales de Finanzas, Competitividad e Innovación

Greta L. Bull

Directora ejecutiva de CGAP

Boutheina Guermazi

Directora de Integración Regional para África subsahariana, Oriente Medio y Norte de África del Banco Mundial

Caren Grown

Ex Directora Global de Género del Grupo Banco Mundial

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