Publicado en Voces

Poner fin a la violencia en las escuelas: lo que sabemos y cómo acelerar los avances

Plan de iniciativas de inversión para poner fin a la violencia en las escuelas. (PDF en inglés)
Plan de iniciativas de inversión para poner fin a la violencia en las escuelas. (PDF en inglés)

La violencia en las escuelas afecta profundamente a los niños, muchas veces por el resto de su vida. Las cifras son alarmantes. Uno de cada tres estudiantes en las escuelas secundarias se ve afectado por violencia física y uno de cada cuatro por acoso escolar.  Si bien existen diferencias entre los países, la prevalencia de la violencia en las escuelas es alta en prácticamente todos los países. En muchos, el castigo corporal por parte de los maestros también sigue siendo generalizado, aunque se ha demostrado que no es un mecanismo eficaz para el aprendizaje.

Un nuevo plan de iniciativas de inversión para poner fin a la violencia en las escuelas (i) fue dado a conocer el 21 de julio de 2021, junto con una nueva estrategia de la iniciativa "Safe to Learn" (Un lugar seguro para aprender) durante un evento paralelo de la cumbre de la Alianza Mundial para la Educación. En el plan se estima que el costo económico (de por vida) de la violencia en las escuelas podría ser de USD 11 billones debido a que los niños abandonan la escuela o no aprenden tanto como lo hubieran hecho si no existiese violencia. 

Además, ser víctima de violencia en la escuela tiene una amplia gama de otros efectos negativos. Se asocia con una mayor probabilidad de trastornos de salud como no dormir bien y dolor de cabeza y de espalda, así como comportamientos de riesgo como consumir drogas y alcohol o tener relaciones sexuales a una edad más temprana. La probabilidad de considerar o planificar un suicidio también es mayor cuando los niños sufren violencia en la escuela. Para prácticamente todas las variables de las que se dispone de datos en las encuestas de salud escolar, la violencia se relaciona con resultados negativos estadísticamente importantes.

Un mensaje clave del plan de iniciativas de inversión es que sabemos por evidencias internacionales que diversos programas pueden ser eficaces para reducir la violencia en las escuelas y sus alrededores . Las intervenciones deben implementarse a lo largo del ciclo de vida, comenzando en la primera infancia y continuando en las escuelas primarias y secundarias. Muchos de esos programas tienen múltiples beneficios. Por ejemplo, las iniciativas para impulsar el aprendizaje socioemocional mejoran las conductas prosociales y el aprendizaje de los estudiantes. Las técnicas de aprendizaje colaborativo también mejoran el aprendizaje, las relaciones y las percepciones positivas de sí mismos de los estudiantes.

Si bien muchas de las evaluaciones de impacto existentes se han realizado en países de ingreso alto, la base empírica también está ampliándose en los países de ingreso bajo. Un ejemplo que se cita a menudo es un programa para mejorar el ambiente escolar ("Good School Toolkit") (i) que se implementó de manera experimental en Uganda. Con esta iniciativa se involucra a toda la escuela para promover cambios del comportamiento. El programa logró reducir la violencia física por parte de los maestros y el personal escolar en un 42 % al enfocarse en el establecimiento de metas, la disciplina positiva, la empatía, la reflexión y la adopción de nuevos comportamientos. También mejoró el bienestar de los estudiantes, los sentimientos de pertenencia a su escuela y la sensación de seguridad, aumentando al mismo tiempo la satisfacción de los maestros con su papel en la escuela.

Las iniciativas exitosas tienden a tener altos cocientes de costo-beneficio. Cada dólar invertido en estos programas genera múltiples beneficios futuros para los niños. Este es, por ejemplo, el caso de los programas para poner fin al acoso escolar como Olweus (i) y KiVa (i). En el plan mencionado también se indica que, además de las intervenciones específicas que deben adaptarse al rango de edad de los niños, se necesitan políticas nacionales y enfoques escolares integrales para poner fin a la violencia en las escuelas. El programa para mejorar el ambiente escolar en Uganda es un buen ejemplo de un enfoque escolar integral que involucra no solo a maestros y estudiantes, sino a toda la comunidad escolar para generar respeto y confianza y transformar el entorno de las escuelas. Estos enfoques son el núcleo de la nueva estrategia de la iniciativa "Safe to Learn" (i) que fue publicada el 21 de julio de 2021 con el apoyo de los 14 miembros de la iniciativa. El Banco Mundial es uno de los integrantes de "Safe to Learn", y contribuyó activamente a la estrategia.

El resumen y la grabación del evento de una hora realizado el 21 de julio está disponible en esta página (i). Además de breves presentaciones sobre el plan de iniciativas de inversión y la nueva estrategia de "Safe to Learn", en el evento participaron como oradores Joy Phumaphi, copresidenta del Directorio de la Alianza para Acabar con la Violencia; Helen Grant, enviada especial del primer ministro del Reino Unido para la educación de las niñas y coanfitriona de la Cumbre Mundial sobre Educación; Gavin Dykes, director de Programas del Foro Mundial de Educación; Jaime Saavedra, director mundial de Educación del Banco Mundial; Jo Bourne, directora técnica de la Alianza Mundial para la Educación, y Bernadette Madrid, cofundadora de la Coalition for Good Schools. También estuvieron presentes jóvenes activistas, entre ellos Carol Mumbi de Kenya y Chad Rattray de Jamaica. Los comentarios finales fueron pronunciados por Janet Museveni, primera dama y ministra de Educación y Deportes de Uganda, y Howard Taylor, director ejecutivo de la Alianza Mundial para Acabar con la Violencia contra los Niños.

Garantizar que las escuelas sean seguras e inclusivas es el cuarto pilar de la visión del Banco Mundial sobre el futuro del aprendizaje dada a conocer en diciembre de 2020. Poner fin a la violencia en las escuelas no solo es lo correcto. También es una gran inversión en el capital humano y se dispone de evidencias de cómo se puede lograr dicho objetivo. 


Autores

Quentin Wodon

Economista principal, sector de Educación, Banco Mundial

Chloe Fevre

Directora, iniciativa mundial "Safe to Learn"

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