En este blog, exploramos la interrelación entre los datos y las políticas, y sintetizamos los resultados de un novedoso ejercicio de armonización de datos (i) que nos permite comparar información sobre las personas desplazadas por la fuerza y las poblaciones receptoras. El objetivo es aportar soluciones normativas que puedan ser eficaces para ambos grupos.
Armonización de datos
Si bien la mayoría de las personas afectadas por el desplazamiento forzado se encuentran en países de ingreso bajo y mediano (i), casi todas las pruebas disponibles provienen de entornos de ingreso alto, lo que subraya la necesidad de una recopilación de datos más inclusiva.
Sobre la base de trabajos anteriores destinados a recopilar datos representativos sobre las personas desplazadas por la fuerza y las comunidades de acogida, recientemente completamos un nuevo esfuerzo de armonización de datos de varios países. Los conjuntos de datos provienen de encuestas representativas que abarcan desplazamientos entre 2015 y 2020: el flujo de migrantes venezolanos hacia Estados andinos de América Latina; la crisis siria en el Mashreq; el desplazamiento de personas de la etnia rohinyá que se han refugiado en Bangladesh, y el desplazamiento forzado en África subsahariana. Los indicadores de la base de datos proporcionan un primer perfil comparativo de personas desplazadas por la fuerza y comunidades receptoras en distintos contextos.
La armonización de datos es posible gracias a importantes inversiones iniciales. Al mismo tiempo, se reconoce que contar con una base de evidencias adecuada sobre el desplazamiento forzado sigue siendo un ambicioso objetivo. En tres reseñas de políticas (i) se sintetizan las conclusiones clave de nuestros análisis iniciales en los que se comparan los datos de refugiados y de las comunidades de acogida.
El primer análisis del conjunto de datos muestra que a las personas desplazadas les va peor que a las comunidades de acogida, pero esas situaciones se pueden abordar mediante políticas bien fundamentadas.
Las personas desplazadas enfrentan graves desventajas
Las familias desplazadas suelen experimentar más privaciones en comparación con sus contrapartes locales, que incluyen la propiedad de activos domésticos y productivos, los resultados educativos de los niños y los resultados del mercado laboral. Comparamos las condiciones de vida de los refugiados y las familias de acogida en cuatro áreas: vivienda formal; acceso a la electricidad en las viviendas; instalaciones de saneamiento mejoradas, y fuentes de agua más adecuadas (agua potable, agua embotellada, camiones cisterna o tanques comunitarios).
El siguiente gráfico muestra que, en la mayoría de los países, las comunidades receptoras tienen mayores niveles de acceso que los refugiados (la mayoría de los puntos se ubican por debajo de la línea de 45 grados). Esta disparidad es aún más pronunciada en los países de ingreso bajo y entre los refugiados que viven en campamentos.
Gráfico: Vivienda y acceso a servicios básicos para los refugiados y las comunidades de acogida en los distintos países
Fuente: Banco Mundial (2023), A profile of forcibly displaced populations and their hosts (PDF, en inglés)
Las opciones normativas pueden reducir las diferencias
Los datos muestran que el entorno normativo tiene un impacto mensurable en cómo les va a las personas desplazadas (PDF, en inglés), y reduce las diferencias en los resultados entre los desplazados por la fuerza y las comunidades de acogida. Por ejemplo, un entorno de políticas más liberales, que permita a los refugiados el derecho a trabajar y circular libremente, se asocia con niveles más altos de empleo de los refugiados, especialmente en el caso de las mujeres.
La educación favorece un futuro inclusivo
La educación emerge como un factor crucial para el bienestar de las poblaciones desplazadas. Los niños refugiados tienen más probabilidades de asistir a la escuela y lograr mejores resultados educativos cuando las políticas de educación son más inclusivas.
Podemos medir más y mejor
Se ha prestado mucha atención a medir el acceso que tienen los desplazados por la fuerza a necesidades básicas y la pobreza monetaria de estas poblaciones. Sin embargo, estas medidas no reflejan completamente el bienestar de las personas ni las capacidades que pueden configurar su futuro económico (PDF, en inglés). Esto es especialmente evidente cuando las restricciones legales obstaculizan la movilidad y las opciones de empleo de las personas desplazadas por la fuerza, lo que subraya la necesidad de indicadores más amplios para evaluar el bienestar general.
Priorizar las preguntas básicas
La recopilación de datos (por ejemplo, a través de encuestas) será de mayor utilidad para la formulación de políticas si se ponen en primer plano áreas básicas de información y preguntas clave. Los datos demográficos y educativos proporcionan información sobre la composición futura y el capital humano de los desplazados por la fuerza y de las poblaciones de acogida.
La información sobre el mercado laboral arroja luz sobre la capacidad de los refugiados para generar ingresos sostenibles. Es fundamental comprender el papel de la asistencia y su impacto en los ingresos totales, junto con la posible dependencia de la ayuda.
Medir el tiempo transcurrido desde la llegada de los refugiados nos ayuda a entender las trayectorias y la asimilación, mientras que la evaluación de las actitudes, especialmente entre las comunidades de acogida, puede orientar las políticas de integración. Si bien recopilar datos sobre el consumo tiene valor, no debe realizarse a expensas de la medición del empleo, los activos y otros indicadores de integración socioeconómica.
Aprovechar los datos sobre los marcos jurídicos
Las considerables diferencias en las políticas sobre los refugiados entre los países en desarrollo han sido documentadas recientemente en nuevos conjuntos de datos, como la base de datos sobre las políticas relativas a los refugiados y el asilo en el mundo en desarrollo (DWRAP) (i). Esta amplia información sobre las normativas relacionadas con el asilo y los refugiados brinda la oportunidad de ver cómo las políticas influyen en el bienestar de los refugiados en los países que los reciben.
Desarrollar una estrategia de datos sostenible
Es esencial tener una estrategia coherente para priorizar la recopilación de datos, que considere su idoneidad para el propósito previsto y su viabilidad a largo plazo. En entornos con muchos desplazados por la fuerza, la incorporación de estos en encuestas representativas a nivel nacional puede aportar ventajas.
De cara al futuro
Al aprovechar los datos que incluyen tanto a las personas desplazadas como a las comunidades receptoras, se pueden obtener pruebas sólidas para orientar los debates sobre políticas y permitir a los países responder de manera más eficaz a los desafíos que plantea el desplazamiento forzado. Satisfacer las necesidades de ambos grupos, con la vista puesta en su futuro común, es la mejor manera de avanzar.
Los Gobiernos y los asociados deben invertir en datos a fin de generar resultados positivos para todas las personas afectadas por el desplazamiento forzado. En futuras investigaciones y análisis se podrán aprovechar las nuevas herramientas como la DWRAP y la base de datos armonizada del Banco Mundial. Las enseñanzas expuestas anteriormente pueden ayudar a los investigadores a aumentar el impacto de la recopilación de datos en las políticas y los estudios analíticos en el futuro.
Enlaces relacionados:
- Evento: Repercusiones del desplazamiento forzado en el bienestar (i) (8 de noviembre de 2023)
- Reseñas de políticas: Bienestar de las poblaciones desplazadas (i)
- Informe: Desplazados durante las crisis: Lecciones aprendidas de encuestas telefónicas de alta frecuencia y cómo proteger a los más vulnerables (PDF, en inglés)
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