“Hoy envié un mensaje a todo el personal del Grupo Banco Mundial con el objeto de señalar el fin de nuestro ejercicio económico y reconocer los extraordinarios esfuerzos que se han hecho para responder a la crisis derivada de la COVID-19 y apoyar a los países en los que trabajamos y a su población. Para aquellos que se interesan por la labor de nuestra organización, este es el mensaje que envié”.
Estimados colegas:
Tras la reunión de esta mañana con todo el personal, quería tomarme un momento para agradecerles por su arduo trabajo y su dedicación durante el ejercicio económico que acaba de terminar. En los últimos meses han surgido algunos de los desafíos más grandes que han debido enfrentar jamás nuestros clientes: la crisis económica y sanitaria provocada por la pandemia mundial de COVID-19, la plaga de langostas en África oriental que ha dejado a millones de personas amenazadas por el hambre, el aumento de la carga de la deuda, la profundización de la desigualdad y, en las últimas semanas, el hecho auspicioso de la creciente atención que ha generado el problema del racismo en nuestras sociedades. Nuestra misión, que se centra en aliviar la pobreza y respaldar los esfuerzos de los países por incrementar los ingresos y mejorar la calidad de vida de todos, es ahora más urgente que nunca.
La crisis derivada de la COVID-19 amenaza con destruir gran parte de los avances logrados en los últimos años en el desarrollo y volver a sumir a cientos de millones de personas en la pobreza. Los países han debido responder con rapidez y determinación frente a las enormes perturbaciones sufridas por sus sistemas de salud, sus economías y los medios de subsistencia de sus ciudadanos. Me ha conmovido la respuesta del Grupo Banco Mundial: nos hemos movilizado con rapidez para brindar apoyo urgente a los países a fin de minimizar la pérdida de vidas, mitigar las graves penurias económicas, preservar los avances en el desarrollo tan arduamente logrados, y proteger a los más pobres y vulnerables. Nuestra labor ha continuado aun en circunstancias complejas: la mayoría de nosotros hemos estado trabajando desde casa y tratando de equilibrar las demandas de la familia y otras exigencias en estos tiempos difíciles.
En mayo alcanzamos una meta significativa con la puesta en marcha de proyectos de emergencia en 100 países que representan el 70 % de la población mundial. A través de la Corporación Financiera Internacional (IFC) y del Organismo Multilateral de Garantía de Inversiones (MIGA), brindamos un apoyo crucial al sector privado en los países en desarrollo, en particular a las empresas de sectores productivos vulnerables, y ayudamos a garantizar que los sectores financieros pudieran continuar otorgando préstamos a las empresas locales.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) se unió a nosotros para exhortar a los acreedores bilaterales a suspender los pagos de la deuda de los países clientes de la Asociación Internacional de Fomento (AIF). En abril, los líderes de los países que integran el Grupo de los Veinte (G-20) acordaron participar en la implementación del alivio de la deuda a través de la Iniciativa de Suspensión del Servicio de la Deuda y la suspensión de los pagos del servicio de la deuda bilateral a partir del 1 de mayo. La mencionada iniciativa allana el camino para adoptar medidas que están pendientes desde hace ya mucho tiempo, dirigidas a mejorar la sostenibilidad y la transparencia de la deuda. Gracias al arduo trabajo de muchas personas del Grupo Banco Mundial, pudimos contribuir a generar un cambio profundo en favor de la transparencia de la deuda durante este ejercicio económico: se creó un sitio web en el que se muestra la composición de los pagos anuales proyectados para el servicio de la deuda de los 73 países que pueden recibir alivio a través de esta iniciativa. La transparencia de todas las inversiones y los compromisos financieros gubernamentales es un paso clave para generar un clima atractivo para la inversión, y este año pudimos generar avances significativos que permitirán lograr mejores resultados en favor de los habitantes de los países en desarrollo.
Más allá de la crisis sanitaria inmediata, estamos abocados a ayudar a los países a reabrir sus economías, restablecer el empleo y los servicios, y sentar las bases para una recuperación resiliente y con bajos niveles de emisión de carbono. Estamos ayudando a los países a ampliar sus redes de protección social. Esto incluye las operaciones de transferencia de efectivo tanto a través de sistemas presenciales como digitales, con los que se busca garantizar que los Gobiernos puedan brindar con eficiencia este apoyo crucial para las personas más vulnerables. También estamos trabajando con los Gobiernos para eliminar o reorientar los subsidios a los combustibles —costosos y perjudiciales para el clima— y reducir las barreras a los alimentos y los suministros médicos.
Con la decimonovena reposición de recursos de la AIF (AIF-19), en diciembre de 2019, se logró un paquete de financiamiento de USD 82 000 millones para los 76 países más pobres del mundo. En el marco de la AIF-19, estamos incrementando nuestro apoyo a los países afectados por fragilidad, violencia y conflictos.
Para respaldar nuestra misión, hemos asumido compromisos ambiciosos con los que buscamos ampliar nuestra presencia en el mundo y estar más cerca de nuestros clientes y de las operaciones sobre el terreno. La primera Estrategia del Grupo Banco Mundial sobre Fragilidad, Conflicto y Violencia, puesta en marcha en febrero de 2020, se basa en la experiencia acumulada durante décadas por nuestra entidad en contextos frágiles y refleja las opiniones aportadas por miles de partes interesadas de casi 100 países. Por otro lado, esperamos superar por tercer ejercicio consecutivo nuestra meta sobre cobeneficios climáticos. Asimismo, establecimos una nueva meta mundial: reducir la pobreza de aprendizajes al menos a la mitad para 2030 y contribuir de ese modo a garantizar que los niños cuenten con las habilidades que necesitarán para tener éxito y desarrollar todo su potencial como adultos. Con 1500 millones de niños que no están asistiendo a la escuela a causa de la crisis de la COVID-19, es crucial que mantengamos el rumbo.
Ayudamos a los países a movilizar nuevas tecnologías digitales y ampliar así el acceso a los servicios financieros, en particular para las mujeres y otros grupos vulnerables, y colaboramos con los Gobiernos para que brinden servicios de forma más eficiente, incluso a través de programas transformadores de protección social. También estamos ayudando a las mujeres a desplegar todo su potencial económico. En febrero, pronuncié las palabras de apertura en la cumbre regional de la Iniciativa de Financiamiento para Mujeres Emprendedoras (We-Fi) en Dubai. Esta iniciativa, con sede en el Grupo Banco Mundial, trabaja para eliminar los obstáculos regulatorios y legales que enfrentan las mujeres y ayudarlas a acceder al financiamiento, los mercados y las redes que necesitan para lograr el éxito. Las operaciones del Grupo Banco Mundial también buscan brindar a las mujeres mayor capacidad de acción y representación en sus comunidades, garantizando que las niñas puedan aprender en las escuelas y promoviendo una atención sanitaria de calidad para madres y niños.
Durante el último ejercicio, hemos ayudado a los países a fortalecer su sector privado, un paso clave para crear empleo y generar crecimiento económico. IFC avanzó con el aumento de su capital y puso en marcha un paquete de respuesta ante la pandemia para ayudar a sus clientes a preservar el empleo y continuar con sus operaciones durante la crisis. MIGA también respondió con rapidez y reorientó sus esfuerzos hacia la compra de equipos médicos que se necesitaban con urgencia, el suministro de capital de trabajo para pequeñas y medianas empresas, sociedades y personas físicas, y el apoyo a los Gobiernos para cubrir sus necesidades de financiamiento a corto plazo. Este trabajo fue liderado por el nuevo vicepresidente ejecutivo de MIGA, HIroshi Matano, a quien dimos la bienvenida en noviembre de 2019.
El Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI) completó la sólida respuesta del Grupo Banco Mundial al pasar casi de la noche a la mañana a funcionar de manera remota en las audiencias o las presentaciones de casos cuando comenzamos a trabajar desde casa. Por esto ha recibido merecidamente comentarios elogiosos de los usuarios que agradecían el apoyo recibido para lograr soluciones a las disputas referidas a inversiones. Durante el último ejercicio el CIADI también dedicó enormes esfuerzos a reformar sus reglas de procedimiento, que deberían estar listas para someterse a votación en los próximos meses.
La reorganización de nuestra institución, que entra en vigor hoy, tiene el objetivo de poner el conocimiento de calidad en el centro de las operaciones e impulsar el trabajo en el área de las políticas de desarrollo. Estoy ansioso por trabajar en nuestro programa con el equipo directivo, excepcionalmente talentoso. Durante este ejercicio se sumaron nuevos dirigentes al Grupo Banco Mundial, lo que fortaleció aún más nuestra organización en los niveles jerárquicos más altos: Anshula Kant se incorporó como directora gerente y oficial financiera principal, Mari Pangestu como directora gerente de Políticas de Desarrollo y Alianzas, Hiroshi Matano al frente de MIGA, y por supuesto Axel van Trotsenburg como director gerente de Operaciones tras la partida de Kristalina Georgieva al FMI. Además, en este ejercicio asumieron 12 nuevos vicepresidentes (8 nombramientos y 4 rotaciones): Carmen Reinhart (primera economista), Mouhamadou Diagne (Integridad), Annette Dixon (Recursos Humanos), Anna Bjerde (Europa y Asia central), Ousmane Diagana (África occidental y central), Hafez Ghanem (África oriental y meridional), Felipe Jaramillo (América Latina y el Caribe), Mamta Murthi (Desarrollo Humano), Juergen Voegele (Desarrollo Sostenible), Chris Stephens (Consejero Jurídico General, IFC), Alfonso García Mora (Asia y el Pacífico, IFC) y Ethiopis Tafara (oficial principal de Riesgo, Asuntos Legales y Administrativos, MIGA).
En la primera mitad del ejercicio pude realizar varios viajes, tanto a países donantes como clientes, por ejemplo, a la Cumbre del G-20 en Japón, a la Cumbre de Inversiones Reino Unido-África, a la reunión del Grupo de los Siete (G-7) en Francia, a Alemania, Canadá, India, Pakistán, Ucrania, China, México, Bahrein y Emiratos Árabes Unidos. En los últimos meses, como la mayoría de ustedes, he estado trabajando desde casa pero he podido continuar con mi labor y con reuniones virtuales con muchos dirigentes gubernamentales y asociados.
Ninguno de los logros que obtuvimos en los últimos 12 meses habrían sido posibles sin ustedes, nuestro personal dedicado y apasionado. En circunstancias normales, los esfuerzos que han realizado durante este ejercicio habrían sido ya destacables. Pero lo son aún más porque alcanzaron estos logros al mismo tiempo que se adaptaban también a los desafíos del trabajo desde casa. Como dije en la reunión de hoy, prevemos que la gran mayoría del personal seguirá trabajando desde sus casas al menos hasta fin de septiembre.
Les agradezco profundamente su dedicación, su inventiva y su flexibilidad en estas circunstancias difíciles. No solo han aunado esfuerzos para ponerse al servicio de nuestros clientes, sino que también se han unido de numerosas formas para ayudarse mutuamente. Por tal motivo tengo confianza en que, como comunidad, lograremos avanzar en el desafío que implica abordar el racismo y respaldar a nuestros colegas para superar las inevitables dificultades mentales y el estrés derivados de la situación actual. Pueden confiar en que tanto yo como el resto del equipo directivo buscaremos formas adicionales para apoyarlos.
En un momento en que el mundo continúa lidiando con los impactos de la pandemia, mantenemos nuestro compromiso de brindar el apoyo y la asistencia que los países necesitan para superar la crisis y lograr una recuperación sostenible e inclusiva para beneficio de toda su población.
Muchas gracias.
David
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