Resolver la crisis del agua es fundamental para nuestro futuro en un planeta habitable. La triple amenaza —ya sea en forma de exceso de agua, escasez de agua, o contaminación del agua—, exacerbada por el cambio climático, priva a miles de millones de personas de un acceso confiable a agua potable y saneamiento. Además, pone en riesgo a las economías, impulsa la migración y puede provocar conflictos. Necesitamos una acción global para garantizar la seguridad hídrica y un crecimiento verde, resiliente e inclusivo, y para abordar el nexo entre el agua, el clima y los conflictos.
A pesar de los avances, estamos atrasados en el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) relacionados con el agua, y esto tiene un efecto directo en el desarrollo general. Las tendencias actuales sugieren que, para 2030, 1600 millones de personas no tendrán acceso a agua potable gestionada de manera segura; 2800 millones carecerán de servicios de saneamiento seguros, y 1900 millones no contarán con instalaciones básicas para la higiene de manos.
Para una mejor gestión del agua deben estar presente las cuatro “i”: inversión, innovación, información e instituciones. El sector hídrico necesita un aumento masivo del financiamiento público y privado para satisfacer la demanda. La innovación puede aumentar la eficiencia, reducir los costos y disminuir el desperdicio. La disponibilidad de información —el intercambio de datos y conocimientos mundiales— ayuda a los Gobiernos a mejorar la seguridad hídrica y el saneamiento, al tiempo que promueve alianzas e inversiones específicas. Las reformas institucionales pueden generar un entorno más propicio para la inversión, aumentando la eficiencia e impulsando las economías y la creación de empleo.
Será necesaria una nueva forma de hacer las cosas, una nueva manera de pensar acerca del agua y de su gestión. Este es el propósito de la Semana Mundial del Agua de este año, cuyo tema es “Semillas de cambio: Ideas innovadoras para un aprovechamiento racional del agua en el mundo”. La conferencia, que tendrá lugar del 20 de agosto al 24 de agosto en Estocolmo (Suecia), es una invitación a replantear ideas, innovaciones y sistemas de gestión necesarios en un mundo cada vez más inestable y con escasez de agua.
Eventos mundiales de este tipo son los que pueden ayudar a generar ideas innovadoras y, fundamentalmente, inversiones. Las inversiones en agua ayudan a las personas, el planeta y la economía, y constituyen un factor crítico para acelerar la consecución de los ODS. A nivel mundial, las necesidades de inversión para el sector hídrico son superiores a USD 1,37 billones y los niveles actuales deben multiplicarse por seis para alcanzar el ODS 6 (agua limpia y saneamiento para todos) de aquí a 2030. Sin embargo, en la actualidad, el sector del agua atrae menos del 2 % del gasto público, y un nivel igualmente bajo de inversión privada en los países de ingreso bajo y mediano.
Se requieren medidas y financiamiento de los sectores público y privado, con una especial atención en los países y las regiones que están retrasados respecto de los ODS relacionados con el agua. Lo anterior tendrá impactos beneficiosos: cada dólar invertido en resiliencia genera un rendimiento de 4 dólares que se traduce en menores costos de la atención de la salud y mayor productividad, mejorando la calidad de vida y las perspectivas laborales, especialmente de las mujeres y los jóvenes. Ampliar las inversiones en el sector del agua dará como resultado personas y ecosistemas más saludables, mejores servicios para los agricultores, mejor almacenamiento de agua para lograr resiliencia a largo plazo y beneficios fiscales de larga duración. Los resultados positivos se sentirán especialmente en los países frágiles y vulnerables al clima y a los desastres, donde los conflictos y el cambio climático están ejerciendo una gran presión sobre las comunidades.
El Banco Mundial se focaliza en buscar soluciones. Como la principal entidad multilateral de financiamiento para el sector hídrico en los países en desarrollo, con una cartera de USD 27 000 millones, trabajamos para acrecentar el financiamiento público y privado y resolver la crisis del agua. En el ejercicio de 2023, los programas respaldados por el Banco Mundial proporcionaron acceso a servicios de abastecimiento de agua o saneamiento a casi 30 millones de personas.
Aprovecharemos este impulso y aceleraremos los avances en los próximos tres años. Tenemos previsto instalar sistemas de riego nuevos o mejorados en 8,5 millones de hectáreas, ayudar a 8 millones de agricultores (de los cuales 2 millones son mujeres) a adoptar tecnologías más avanzadas a través de la posible implementación en otros lugares del Programa por Resultados sobre Ahorro de Agua y Reducción de Metano en los Arrozales de Asia y África, y ampliar iniciativas de riego dirigidas por agricultores. También respaldaremos esfuerzos nacionales, como el Proyecto “One-WASH” en Etiopía, cuyo objetivo es proporcionar acceso a agua y saneamiento a 400 millones de personas. Los proyectos de resiliencia climática regional del Banco Mundial apuntan a reducir los riesgos de inundaciones y sequías que enfrentan 25 millones de personas en África oriental y meridional.
También seguiremos movilizando inversiones de hasta USD 50 000 millones en todo el sector del desarrollo y los Gobiernos a través de mecanismos de financiamiento innovadores que utilicen el capital privado y las garantías para mejorar la seguridad hídrica. Esta labor se basará en nuestro Plan de Acción sobre el Aumento del Financiamiento para el Sector del Agua, que se publicará próximamente, en el que se describirán las maneras que considera el Banco Mundial para aprovechar los instrumentos existentes y las nuevas soluciones de financiamiento a fin de movilizar más capital privado, innovación y conocimientos especializados para prioridades relacionadas con el agua y el clima a nivel nacional, regional y mundial.
Un aspecto más imperceptible, pero igualmente importante, del trabajo del Banco Mundial son sus documentos analíticos exhaustivos, respaldados por la Alianza Mundial para la Seguridad Hídrica y el Saneamiento (GWSP), que orientan las políticas y estrategias, fortalecen las instituciones y contribuyen a la agenda de desarrollo mundial. Por ejemplo, en el informe The Hidden Wealth of Nations: Economics of Groundwater in Times of Climate Change (La riqueza oculta de las naciones: La economía de las aguas subterráneas en épocas de cambio climático), publicado este año, se señala que las aguas subterráneas sirven como un seguro para múltiples riesgos de la naturaleza y son clave para la reducción de la pobreza, la resiliencia y la adaptación al cambio climático. En la publicación Droughts and Deficits (Sequías y déficits) se presentan nuevas estimaciones de los efectos de episodios secos y sequías en el producto interno bruto y se destaca la necesidad de proteger los bosques y otras formas de capital natural que afectan el ciclo hidrológico. En el documento What the Future Has in Store: A New Paradigm for Water Storage (Qué nos depara el futuro: Un nuevo paradigma para el almacenamiento de agua) se revela que, si bien la demanda de almacenamiento de agua va en aumento, se observa una reducción en el almacenamiento de agua dulce, lo que genera un déficit mundial en esta área. Además, se insta a una mayor cooperación entre las naciones a nivel de los recursos hídricos internacionales compartidos.
Junto con estas actividades de desarrollo de conocimientos, el Banco Mundial proporciona asistencia a los países en la toma de decisiones basadas en evidencias, a través de iniciativas como el Portal Mundial de Datos sobre el Agua, que se pondrá en marcha próximamente. Asimismo, movilizaremos y utilizaremos todas las asociaciones mundiales pertinentes que ya existen, y que han sido convocadas por el Banco Mundial, para aumentar el financiamiento dirigido a la seguridad hídrica y la adaptación al cambio climático. Todos estos esfuerzos cuentan con el apoyo de la GWSP, que reúne a asociados bilaterales y puede promover las inversiones proporcionando recursos en forma de donaciones ejecutadas por los beneficiarios para complementar las operaciones del BIRF y la AIF y ayudar a atraer financiamiento climático, y del Grupo de Recursos Hídricos 2030, una alianza mundial público-privada dedicada a la seguridad hídrica e integrada por representantes del sector privado y de otros ámbitos.
Pensamos en impulsar el cambio a través de estas asociaciones, como la GWSP y el Grupo de Recursos Hídricos 2030, y la convocatoria de eventos mundiales como la Semana Mundial del Agua, que congrega a asociados en el desarrollo para catalizar medidas concretas. Durante este evento, el Grupo Banco Mundial participará en varias sesiones sobre diversos temas, como la digitalización de las empresas de suministro de agua, las herramientas para gestionar los riesgos de inundaciones y sequías, los servicios de agua para los refugiados y la gestión inteligente del agua en el cultivo del arroz.
Puede seguir nuestras sesiones a través de @WorldBankWater usando la etiqueta #wwweek.
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